¡Feliz viernes! ¡Y qué cuarteto y compositor! Cada vez que su música se nos cuela por los oídos asistimos a toda una cascada de emociones. Desgraciadamente, su corta vida nos ha privado de otras muchas obras. Por las que tenemos le estamos infinitamente agradecidos.

Hoy estará con nosotros el grandísimo Wolfgang Amadeus Mozart (1756-1791), compositor austríaco nacido en Salzburgo. Hay una anécdota muy sabrosa que relaciona a Mozart y a su gran amigo y maestro Joseph Haydn. Se cuenta que este le escribió una carta a Wolfgang Amadeus diciendo que había una obra de este que no podía ser interpretada (por lo difícil que era). En efecto, Haydn se sentó al teclado y se puso a intentar tocarla. Llegó un momento en que la mano derecha tocaba una parte aguda y la izquierda una grave, pero en la partitura había una nota intermedia que Haydn no veía cómo ejecutarla. Mozart dijo que él sí era capaz. Se sentó y tocó el pasaje. Cuando llegó a la nota... ¡la tocó con la nariz! Haydn le dijo: «Con una nariz como la tuya resulta hasta fácil». Eran amigos íntimos que se querían y se admiraban mutuamente.

Disfrutemos de su Cuarteto de cuerda n.º 28 en la mayor, K. 464. Es el quinto de su grupo y hay quien ha descrito su música como un río que fluye; fue compueso en 1785. Su primer movimiento es un Allegro non troppo, con dos motivos principales, que evolucionan al modo menor. Diversas repeticiones también ofrecen variación a una música elegante. El segundo movimiento es un Minuetto, con atractivos pasajes en unísono y un trío llenó de sonidos radiantes. El tercer movimiento es un Andante. Presenta un rico tema en dos partes y lleno de esa gran expresividad tan propia del salzburgués. Termina la composición con un Allegro que es otra maravilla del contrapunto.

La partitura de la obra puede descargarse aquí.

La interpretación es del Cuarteto Hagen.