Misionero diocesano y corresponsal de Religión Digital en la Amazonía peruana César Luis Caro, nuevo vicario general de San José del Amazonas
Designado también párroco de la misión de Indiana, sede canónica del Vicariato, situada en el Amazonas a una hora de navegación de Iquitos
César Caro es sacerdote de la diócesis de Mérida-Badajoz y misionero en Perú desde 2014
El Vicariato apostólico de San José del Amazonas es un territorio de más de 155.000 km. cuadrados (una extensión similar a Galicia, Extremadura y Andalucía juntas) formado por 15 puestos de misión a lo largo de los ríos Amazonas, Napo, Putumayo y Yavarí
El Vicariato apostólico de San José del Amazonas es un territorio de más de 155.000 km. cuadrados (una extensión similar a Galicia, Extremadura y Andalucía juntas) formado por 15 puestos de misión a lo largo de los ríos Amazonas, Napo, Putumayo y Yavarí
| Redacción
Mons. José Javier Travieso, obispo del Vicariato Apostólico de San José del Amazonas, ha nombrado al sacerdote diocesano César Luis Caro Puértolas como vicario general de esta iglesia misionera.
También le ha designado párroco de la misión de Indiana, sede canónica del Vicariato, situada en el Amazonas a una hora de navegación de Iquitos río abajo.
César Caro es sacerdote de la diócesis de Mérida-Badajoz, donde sirvió en Valencia del Ventoso, Valverde de Burguillos, Zafra, Atalaya, La Lapa, Monesterio, Valle de Santa Ana y Valle de Matamoros.
Marchó al Perú en septiembre de 2014. Fue destinado a la parroquia de Rodríguez de Mendoza, diócesis de Chachapoyas, donde permaneció hasta enero de 2017, fecha en que pasó al Vicariato San José del Amazonas. Allí ha trabajado en la misión de Islandia hasta su nombramiento y traslado.
Corresponsal bloguero de Religión Digital
Vicariato apostólico de San José del Amazonas
El Vicariato apostólico de San José del Amazonas es un territorio de más de 155.000 km. cuadrados (una extensión similar a Galicia, Extremadura y Andalucía juntas) formado por 15 puestos de misión a lo largo de los ríos Amazonas, Napo, Putumayo y Yavarí.
Su obispo es el extremeño Mons. José Javier Travieso y en él hay 60 misioneros de 9 nacionalidades que caminan con las comunidades ribereñas e indígenas buscando nuevos caminos de evangelización y desarrollo como pide el Sínodo para la Amazonía.
César Luis Caro en RD
Soy de Mérida y nací en 1970. Fui salesiano durante catorce años: me he educado en casa de Don Bosco, en la pasión por los jóvenes y en contextos urbanos. Pasé muchos veranos en África haciendo pequeñas experiencias misioneras y acompañando grupos de voluntarios; la gente que conocí y todo lo que viví me marcó.
Soy licenciado en Química y en Antropología Social y Cultural. Me ordenó don Carlos Amigo en el año 2000 y desde 2004 formo parte del presbiterio diocesano de Mérida-Badajoz, mi tierra.
"Junto con mis compañeras religiosas brasileñas acompañamos la vida de 32 comunidades ribereñas"
Durante diez años he trabajado como cura en pueblos pequeños, en el mundo rural extremeño, para el que nunca me preparé. Allí descubrí muchas cosas sorprendentes: estupendos compañeros, proyectos ilusionantes, el Movimiento Rural Cristiano, los Ejercicios Espirituales de San Ignacio y, sobre todo, el Evangelio hecho vida concreta en la sencillez y el día a día de la gente de los pueblos a los que he servido: Valencia del Ventoso, Valverde de Burguillos, Zafra, Atalaya, La Lapa, Monesterio, Valle de Santa Ana y Valle de Matamoros. Pueblos entrañables y palpitantes de vida en los que he aprendido a ser sacerdote. Me considero cura de pueblo.
En septiembre de 2014 fui enviado como misionero a Perú, a la diócesis de Chachapoyas, a la parroquia de Rodríguez de Mendoza, que comprende la provincia entera del mismo nombre. Allí trabajé dos años, hasta que por casualidad conocí la selva y quedé enamorado sin remedio. Desde febrero de 2017 soy misionero en el Vicariato San José del Amazonas, en la región Loreto, el nororiente peruano. Mi misión es el río Yavarí y vivo en Islandia, una pequeña ciudad levantada sobre el agua cerca de la triple frontera Perú-Colombia-Brasil. Junto con mis compañeras religiosas brasileñas acompañamos la vida de 32 comunidades indígenas y ribereñas. Una misión apasionante, desafiante y preciosa. Aquí vivo, desde aquí escribo y aquí aprendo a ser misionero, cura de pueblo y cura de jóvenes, y soy feliz en el intento.
"Aquí vivo, desde aquí escribo y aquí aprendo a ser misionero, cura de pueblo y cura de jóvenes, y soy feliz en el intento"