Asdrúbal Zeledón Ruiz fue detenido por la Policía Nacional, se desconoce su paradero y no hay acusación formal Denuncian la detención de un sacerdote de la diócesis de Jinotega, norte de Nicaragua
El sacerdote nicaragüense Asdrúbal Zeledón Ruiz, de la Diócesis de Jinotega, en el norte de Nicaragua, fue detenido por la Policía Nacional, denunció este jueves la abogada e investigadora Martha Patricia Molina
Zeledón Ruiz es el rector del Santuario Nuestro Señor de Esquipulas y un cercano colaborador del obispo Carlos Enrique Herrera, que preside la Diócesis de Jinotega
De momento, ni el Gobierno de Nicaragua ni la Policía Nacional han ofrecido sus versiones sobre la denuncia de esa detención, y generalmente no suelen pronunciarse
Las relaciones del Gobierno de Ortega y la Iglesia católica viven momentos de gran tensión, caracterizadas por la expulsión y encarcelamiento de sacerdotes, la prohibición de actividades religiosas y la suspensión de sus relaciones diplomáticas
De momento, ni el Gobierno de Nicaragua ni la Policía Nacional han ofrecido sus versiones sobre la denuncia de esa detención, y generalmente no suelen pronunciarse
Las relaciones del Gobierno de Ortega y la Iglesia católica viven momentos de gran tensión, caracterizadas por la expulsión y encarcelamiento de sacerdotes, la prohibición de actividades religiosas y la suspensión de sus relaciones diplomáticas
| RD/EFE
El sacerdote nicaragüense Asdrúbal Zeledón Ruiz, de la Diócesis de Jinotega, en el norte de Nicaragua, fue detenido por la Policía Nacional en medio de tensiones entre el Gobierno que preside el sandinista Daniel Ortega y la Iglesia católica, denunció este jueves la abogada e investigadora Martha Patricia Molina.
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«Policía sandinista secuestra a sacerdote Asdrúbal Zeledón de la Diócesis de Jinotega. Se desconoce su paradero y no existe acusación formal en su contra», señaló en X la abogada Molina, autora del estudio ‘Nicaragua: ¿Una Iglesia perseguida?’ y que da seguimiento a esos casos.
Zeledón Ruiz es el rector del Santuario Nuestro Señor de Esquipulas y un cercano colaborador del obispo Carlos Enrique Herrera, que preside la Diócesis de Jinotega.
De momento, ni el Gobierno de Nicaragua ni la Policía Nacional han ofrecido sus versiones sobre la denuncia de esa detención, y generalmente no suelen pronunciarse.
En agosto pasado, el Ejecutivo sandinista envió al Vaticano a un grupo de nueve sacerdotes de la Diócesis de Matagalpa que se encontraban detenidos y bajo vigilancia policial en el Seminario Interdiocesano Nuestra Señora de Fátima, en Managua.
El pasado 26 de agosto, el presidente Ortega señaló al Vaticano de ser parte del «conglomerado del fascismo», y de ser un Estado «que está claramente a favor del imperio», en alusión a Estados Unidos. aunque no ofreció pruebas.
El mandatario nicaragüense también acusó a la Santa Sede de haber sido «cómplices de los nazis» de Alemania y de los fascistas de España e Italia en el siglo pasado».
La crítica de Ortega al Vaticano ocurrió un día después de que el papa Francisco animara al «amado» pueblo de Nicaragua a renovar su «esperanza» en Jesucristo, en medio de las tensas relaciones con el Gobierno de Ortega y el encarcelamiento y expulsión de sacerdotes.
Relaciones diplomáticas están suspendidas
Las relaciones del Gobierno de Ortega y la Iglesia católica viven momentos de gran tensión, caracterizadas por la expulsión y encarcelamiento de sacerdotes, la prohibición de actividades religiosas y la suspensión de sus relaciones diplomáticas.
Un total de 245 religiosos han sido obligados al exilio o han sido expulsados de Nicaragua desde que estalló la crisis social y política en abril de 2018, según el estudio ‘Nicaragua: ¿Una Iglesia perseguida?’, de la investigadora exiliada Martha Patricia Molina.
El agosto de 2023 Ortega ordenó la disolución en el país de la Compañía de Jesús, los jesuitas, orden a la que pertenece el propio papa Francisco, además de expropiar todo su patrimonio.
Meses antes, el pontífice había arremetido contra el régimen de Ortega calificándolo de «dictadura grosera», tras la condena del obispo nicaragüense, Rolando Álvarez.
El Gobierno nicaragüense ha acordado con la Santa Sede la liberación de determinados clérigos presos en el país y su traslado al Vaticano, como fue el caso en enero de los obispos Rolando Álvarez e Isidoro Mora, así como de otros 15 curas y dos seminaristas.
La última liberación y destierro fue el pasado 18 de agosto, de los sacerdotes Leonel Balmaceda y Denis Martínez, que habían sido detenidos una semana antes, y que estuvo precedida de la expulsión de otros siete curas.
Nicaragua atraviesa una crisis desde abril de 2018 que se ha acentuado tras las elecciones de noviembre de 2021, en las que Ortega fue reelegido para un quinto mandato, cuarto consecutivo y segundo junto a su esposa, Rosario Murillo, como vicepresidenta, con sus principales contendientes en prisión.
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