"Mi mayor deseo es que los pobres sean felices", dice el vicario apostólico de Esmeraldas Eugenio Arellano: "El misionero, cuando llega, deshace la maleta ya para toda la vida"

Eugenio Arellano Fernández (Corella, 1944) es el vicario apostólico de Esmeraldas (Ecuador). De origen navarro lleva casi toda su vida en el país ecuatoriano, porque se considera un "misionero ad vitam". Denuncia la situación de su vicariato "abandonado por todos los Gobiernos y, todavía más, por el de Correa", dice que su sueño es que "los pobres sean felices" y se proclama firma opositor al aborto. "Es rídículo respetar las mariposas... y matar a los niños". Incluso, en caso de violación. "En ese caso, hay que salvar a los dos: la mamá y el niño, pero matar a niños es una doble violación".

¿Dónde nació usted, monseñor?

Soy navarro. De Corella.

¿Cuántos años lleva de misionero en Ecuador?

19 años como sacerdote y como obispo 24 más.

¿O sea, que se ordenó y ya se fue para allá?

Casi.

¿Es Fidei donum?

No, soy misionero comboniano.

Como el neo cardenal, monseñor Ayuso

Sí.

¿Le conoce?

Mucho.

¿Se alegraron los combonianos de tener un cardenal en sus filas?

Muchísimo, entre otras cosas, porque es el primero que tenemos.

¿Nunca habían tenido un cardenal? Pasará a la historia de su congregación, entonces

Claro.

Usted es obispo en Esmeraldas, que es el vicariato apostólico donde trabaja y también es presidente de la Conferencia episcopal de Ecuador

Sí.

Presentó la renuncia, según tengo entendido, hace poco

Sí, hace muy poquito porque, ya, el 13 de noviembre, cumplo 75 años.

Pero el Papa no se la ha aceptado todavía

Responderá más tarde, me imagino.

Entonces, sigue ejerciendo las dos cosas: obispo y presidente del episcopado ecuatoriano

Así es.

Esmeraldas, tengo entendido que es un vicariato de la selva ecuatoriana, de la Amazonía

Es un vicariato, pero no de la Amazonía. Es de la selva. Es decir, yo estoy en el límite de la frontera con Colombia por la zona del mar. Por la zona de los manglares.

En el Pacífico

En pleno Pacífico. Esmeraldas tiene costas e islas del Pacífico y selva húmeda tropical.

¿Y población?

Negra. Somos más o menos 500.0000 habitantes en una superficie de unos 15.000 kilómetros cuadrados.

¿Cuántos sacerdotes tiene?

Sacerdotes míos, tengo, en este momento, 24. Y sacerdotes misioneros que vienen a ayudarnos, serán unos 22.

¿Se apaña con eso?

Bueno, pues si no hay más, tenemos que apañarnos. ¡Qué remedio!

¿Los obispos ecuatorianos no hacen comuniones de bienes, también en los sacerdotes?

También la hacemos. Yo, de hecho, he compartido mi pobreza. He dado algunos sacerdotes a iglesias más necesitadas.

¿Porque hay, todavía, iglesias más necesitadas que la suya, en el mismo Ecuador?

Sí.

Imagino que en la zona de la Amazonía

Toda la zona de la Amazonía, que allá llamamos del Oriente, porque en la zona del Oriente la población está muy dispersa. Hay poca gente y a grandes distancias y de difícil acceso.

¿La gente de su vicariato es pobre?

Sí. En su mayor parte. Son empobrecidos. Porque están en una tierra que es rica en recursos. Esmeraldas es rico, pero ha sido siempre explotada por otros.

¿Qué recursos tiene? ¿Naturales?

Sí, pero hemos sido siempre marginados por los gobiernos de turno, que no han invertido.

¿Por todos los gobiernos? ¿Por el de Correa, también?

Correa, más todavía.

¿Más?

En el sentido que Correa fue un hombre que gastó mucho dinero. Hizo grandes obras, porque le tocaron años en los que el petróleo estaba muy caro. Disponía de miles de millones y se lo gastó todo. Y encima se endeudó más. Ahora nos encontramos muy mal porque hasta el petróleo lo sacó con preventas. Estamos sacando petróleo que él cobró y estamos muy mal ahora. Pero muy, muy mal; el gobierno tiene que hacer auténticos equilibrios para no quebrar como país.

O sea, que con Lenin Moreno están mejor que antes

Con Lenin Moreno tenemos democracia, al menos. No somos gobierno de pensamiento único, como era antes. Hay una democracia, un vivir más tranquilos y más a gusto.

En esa democracia acaban de ganar ustedes una batalla contra del aborto

Acabamos de ganar, la humanidad, esa batalla. Esa no es batalla de Iglesia, es batalla de humanidad. Es la vida de los hombres. Si no, es ridículo respetar las mariposas, cuidar los colibríes, respetar las flores y a los niños niños en el vientre de la mamá no respetarlos. Qué contradicción tan grande.

¿Incluso, en caso de violación?

Incluso en caso de violación, que vivan los dos; la mamá y el niño. ¿Me entiende? Puede haber muchas medidas alternativas para ayudar después a la muchacha. Pero matar a niños es una doble violación.

¿Va a ir a Sínodo de la Amazonía?

Sí, como presidente de la Conferencia que tiene siete territorios de misión amazónica.

¿Cuál sería su sueño, después del sínodo? ¿Qué querría conseguir, por encima de todo?

Yo quisiera que se respete la naturaleza, la Casa común, porque es patrimonio de la humanidad, no solo de la Amazonía. Pero que se aumente la calidad de vida de los hombres, de los pobres. Eso es la ecología integral, que abarca al hombre. Y que se apoye la vida de las comunidades que están ubicadas allá: cómo dar un mejor apoyo. Son procesos de evangelización. Cuando unos pueblos son evangelizados, esos pueblos toman conciencia de su dignidad y aprenden a respetarse, a respetar a los demás, respetar sus familias y vivir en armonía con la naturaleza. Ese es mi deseo: que sean felices los pobres.

Eso ya lo decían las Bienaventuranzas. Para conseguir eso, una de las cosas que propone el Instrumentum laboris es la creación de nuevos ministerios. Que llegue la eucaristía

Pero no nos quedemos en lo anecdótico.

¿Eso no es lo fundamental?

No. Son cosas anecdóticas y hay el riesgo de que los mass media se queden solo en la anécdota. Para conseguir eso hay que hacer procesos de evangelización serios. Solo el evangelio de Jesucristo tiene fuerza para liberar a las personas y los pueblos. Entonces, hay que hacer procesos de evangelización. Y cómo se hace: pues yendo los misioneros a quedarse. El misionero, cuando llega, deshace la maleta ya para toda la vida.

Inculturarse, se llama eso

Efectivamente, el misionero se queda, comparte la vida y hace suyas las causas de los pueblos. No es un turista que está un año aquí y otro año allá. Mi mayor respeto a las ONG que dan una mano pero, ser misionero 'ad vitam' es otra cosa: la misión es como mi esposa. Yo soy hombre de un solo amor, de una sola mujer.

¿Tiene pensado quedarse allí cuando se jubile?

Clarísimo. Pero no me quedaré en el mismo lugar para no molestar.

Al sucesor

Al sucesor; hay que ser maduro. Hay momentos en la vida en los que tenemos que saber dar un paso a un lado. Y retirarnos.

Hay otros lugares. Yo pienso marcharme, después, a la zona de Tumaco, que es el mismo ambiente y las mismas personas afro, pero en la zona de Colombia. Quizá, un poco más arriesgado porque es la zona del narcotráfico. Allí pienso ir, si Dios me da la oportunidad.

¿Y que le entierren allí?

Claro, pues. Misionero 'ad vitam'.