'El mundo después de la pandemia: un horizonte de esperanza' Políticos católicos latinoamericanos discuten sobre los desafíos post pandemia
Marco Antonio Adame, político mexicano, exgobernador y actualmente vicepresidente de la Cámara de Diputados, subrayó que es indispensable replantear el modelo de desarrollo económico, la relación entre trabajo y capital
Los políticos deben "ser capaces de practicar la amistad cívica y de promover la moderación", propuso Gutenberg Martínez, quien ha sido presidente de la Cámara de Diputados y presidente de la Organización Demócrata Cristiana de América
"Cuidar la democracia, situándola en nuevos tiempos, más abierta, más cercana y más humana, es nuestra tarea"
"Cuidar la democracia, situándola en nuevos tiempos, más abierta, más cercana y más humana, es nuestra tarea"
| Academia de Líderes Católicos de Latinoamérica
El pasado sábado, la Academia Latinoamericana de Líderes Católicos realizó un encuentro internacional del más alto nivel en que más de 500 dirigentes políticos, sociales, económicos, religiosos y académicos de América Latina participaron en un coloquio internacional para plantear caminos de reconstrucción y principales desafíos después de la pandemia. El director de la Academia Latinoamericana de Líderes Católicos, José Antonio Rosas, señalo que desde la Academia se continuarán realizando más actividades como éstas, pues “nos encontramos ya preparando en nuestras redes donde participan ya cientos de políticos católicos latinoamericanos, un manifiesto para presentar propuestas concretas desde la Doctrina Social de la Iglesia para la regeneración y reconstrucción de nuestras sociedades después de la pandemia”.
El encuentro fue presidido por Monseñor Segundo Tejado Muñoz, subsecretario del Dicasterio para el Desarrollo Humano Integral y coordinador de una de las cinco subcomisiones constituidas por el Papa Francisco para estudiar posibles respuestas en la crisis mundial que se vive. Monseñor Segundo con una dilatada trayectoria como misionero, responsable de Cáritas y subsecretario de la Conferencia Episcopal de Albania; así como muy vinculado a proyectos de promoción humana en América Latina, realizó una reflexión profunda sobre los desafíos que se encuentran en un momento caracterizado por la incertidumbre en el planeta. Para ello, comentó el libro publicado en Italia, ‘Lo scandalo dell’imprevedibile’ de Silvano Petrosino. Finalmente presentó las principales acciones que está realizando la Santa Sede en estos momentos.
Después se realizó un coloquio entre tres dirigentes políticos latinoamericanos del más alto nivel: Marco Antonio Adame, político mexicano, exgobernador y actualmente vicepresidente de la Cámara de Diputados quien propuso un diálogo internacional sobre la nueva gobernanza y modelo de desarrollo global. Subrayó que es indispensable replantear el modelo de desarrollo económico, la relación entre trabajo y capital, la concentración del ingreso y la distribución del egreso, mecanismos de acceso al crédito y a los fondos de desarrollo, el acceso a una vacuna universal, revisión del gasto en armamento, un seguro de desempleo universal y el ingreso mínimo vital.
Después fue la oportunidad del diputado socialista de Brasil, Cleiton Oliveira, quien enfatizó que el impacto del COVID 19 en América Latina es muy distinto a Europa. Mientras en el viejo continente son las personas de mayor edad, las mas afectadas; en Latinoamérica son los más pobres, pues el factor determinante de vulnerabilidad no es la edad, sino el lugar donde viven. Los indicadores de contagio son más altos en las poblaciones con más recursos, pero la mortalidad es mayor entre los más pobres, como son los barrios, las poblaciones, favelas o aldeas. Especialmente, las poblaciones indígenas son las que más están sufriendo las consecuencias sanitaras y económicas de la pandemia. Propuso una nueva sociedad, económicamente responsable, socialmente justa y medioambientalmente sustentable.
Finalmente expuso el político chileno Gutenberg Martínez, quien ha sido presidente de la Cámara de Diputados y presidente de la Organización Demócrata Cristiana de América. En su exposición señaló que los ejes inspiradores del aporte de los católicos con responsabilidades políticas deben ser la persona y el bien común; distinguiendo además tres etapas: la primera etapa que es la pandemia como tal y cuyo desafío es su control y el comienzo de su erradicación; la segunda etapa, en que se deberá iniciar la reconstrucción de lo destruido y la reactivación de la vida económica y social; y la tercera etapa, mal llamada a su juicio ‘nueva normalidad’.
Propuso que los dirigentes políticos deben “ser capaces de practicar la amistad cívica y de promover la moderación, el diálogo y los acuerdos para enfrentar la reconstrucción. Esto no es fácil, pues las tragedias se ven acompañadas, por intolerancia, por pensamientos ya no totales, pero con pretensión de únicos. La polarización y el odio es parte de algunas de nuestras sociedades”. Continuó señalando que “debemos cuidar nuestras democracias, logrando que esta sea más democrática y mejor. La recesión de los años 30 nos recuerda el fascismo, el nazismo y el estalinismo. La falta de acuerdo de los demócratas posibilita aquello. Cuidar la democracia, situándola en nuevos tiempos, más abierta, más cercana y más humana, es nuestra tarea. En conformidad a nuestras convicciones, debemos actuar de acuerdo con estas, pero a su vez siendo flexibles, no cayendo en ideologismos simplistas. La historia nos ha demostrado que los planteos polarizados, en blanco y negro, no conducen a nada bueno. El tamaño del quehacer obliga a los acuerdos. Habrá que ser audaces en las propuestas, pero sin dejar de valorar la virtud de la prudencia y la moderación. Equilibrio que se logra cuando estos elementos se integran debidamente”.
Entre los participantes de este coloquio se encontraban dirigentes políticos y religiosos como Julián Domínguez, ex Ministro de Estado de Argentina; Héctor Yépez, asambleísta nacional del Ecuador; Miguel Ángel Rodríguez, Ex Secretario general de la OEA y ex Presidente de Costa Rica; Monseñor Silvio Báez, obispo auxiliar de Managua; obispos de Chile, Ecuador y varios países más, entre otros.