Participa lo más plenamente posible en la Eucaristía. 62 Año de Oración

62 Año de Oración
62 Año de Oración

62 Año de preparación para el jubileo 2025

Año de oración 

Texto bíblico 

“Y perseveraban en la enseñanza de los apóstoles, en la comunión, en la fracción del pan y en las oraciones. Todo el mundo estaba impresionado y los apóstoles hacían muchos prodigios y signos. Los creyentes vivían todos unidos y tenían todo en común” (Act 2, 42-44) 

Comentario: Eucaristía 

La Iglesia recibe el mandato de Jesús de celebrar el memorial de la Última Cena. Desde el principio, las comunidades cristianas celebraban la Eucaristía en las casas y compartían los bienes. Así lo testimonia san Justino: “Nos saludamos entre nosotros con un beso cuando se acaban las oraciones. Luego se trae pan y una copa de agua y vino al presidente de los hermanos, y habiéndolos recibido, eleva alabanza y gloria al Padre de todo por medio de su Hijo y del Espíritu Santo, y hace una larga acción de gracias por haber sido hechos dignos de estas cosas por Él; cuando se terminan estas oraciones y acciones de gracias, todos los presentes exclaman ‘Amén’.” 

La Eucaristía es la oración más perfecta, la que hace el mismo Jesús. Cabe vivir en forma eucarística: reconciliados y reconciliadores; apoyados y de la mano de la Palabra de Dios; orantes universales; expropiados y ofrecidos; rotos a la vez que enteros; en comunión y adoradores; testigos y misioneros.

Por la participación en la mesa del Señor, formamos el mismo Cuerpo de Cristo. San Agustín llega a afirmar: “En efecto, también nosotros nos hemos convertido en su cuerpo y, por su misericordia, somos lo que recibimos” (Sermón 229). Y en otro de sus sermones: “Escucha al Apóstol que dice a los fieles: Vosotros sois el cuerpo de Cristo y sus miembros. En consecuencia, si vosotros sois el cuerpo de Cristo y sus miembros, sobre la mesa del Señor está puesto el misterio que vosotros mismos sois: recibís el misterio que sois vosotros. A eso que sois, respondéis «Amén».” (Sermón 272). 

Propuesta: 

Participa lo más plenamente posible en la Eucaristía. 

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