El valenciano vivió en primera persona una inundación en la iglesia de Alzira, en 1987 Joan Piris, obispo emérito de Lleida: "Dios está en las manos y los brazos de todo el clero valenciano que quita barro"

Joan Piris. Eucaristía en recuerdo de las víctimas de la dana
Joan Piris. Eucaristía en recuerdo de las víctimas de la dana

Joan Piris respiró más aligerado cuando vio por televisión el alud de personas voluntarias que llenaban la ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia durante el primer fin de semana de noviembre para ayudar a las poblaciones afectadas por el paso de la DANA

También, cuando vio cómo jóvenes de todas partes llenaban la Comunidad Valenciana para implicarse en esta causa, que afectó levemente la población de Cullera, en la Ribera Baixa, donde nació en 1939

En noviembre de 1987, siendo párroco de la iglesia arciprestal de Santa Catalina Mártir de Alzira, vivió una "experiencia muy fuerte", asegura, si bien aquellas inundaciones tuvieron una incidencia menos catastrófica

"Sé que la Iglesia valenciana sabrá reponerse de todos los daños sufridos", pronostica este prelado, "Dios se encuentra en las manos y en los brazos de todos ellos"

(Agencia Flama).- El obispo emérito de Lleida, el valenciano Joan Piris, respiró más aligerado cuando vio por televisión el alud de personas voluntarias que llenaban la ciudad de las Artes y las Ciencias de Valencia durante el primer fin de semana de noviembre para ayudar a las poblaciones afectadas por el paso de la DANA. También, cuando vio cómo jóvenes de todas partes llenaban la Comunidad Valenciana para implicarse en esta causa, que afectó levemente la población de Cullera, en la Ribera Baixa, donde nació en 1939. "Nos están dando una lección", reflexiona, desde Lleida, este presbítero jubilado que, durante los años ochenta, vivió una situación similar.

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En noviembre de 1987, siendo párroco de la iglesia arciprestal de Santa Catalina Mártir de Alzira, vivió una "experiencia muy fuerte", asegura, si bien aquellas inundaciones tuvieron una incidencia menos catastrófica que las vividas este pasado octubre en l'Horta Sud: el desbordamiento del río Júcar provocaba que varias poblaciones de la Ribera Baixa fueran tragadas por el agua, que superaba, en el interior de su parroquia, los ciento cuarenta centímetros de altura. "Después de eso, nos recuperamos y muchísima gente se esforzó por conseguirlo, tal y como ocurre siempre en estos contextos", rememora este eclesiástico valenciano. "Pero no tiene nada que ver con lo que pasó el otro día", constata.

Efectos de la dana en Valencia
Efectos de la dana en Valencia

"Es admirable cómo actúan tantos jóvenes, a los que nadie ha llamado", subraya Joan Piris, refiriéndose de nuevo a una franja de población que se ha convertido tras la tragedia en una de las más "admiradas" por toda la sociedad. "Esta actuación que están protagonizando —sigue— hará que mucha gente que solía criticarles porque no se esfuerzan lo suficiente pueda dejar de hacerlo definitivamente".

Desde Lleida, el contacto que mantiene el obispo emérito con sacerdotes de todo el territorio valenciano es casi diario. Por eso, destaca, por ejemplo, el caso del párroco de la iglesia Nuestra Señora de Gracia del barrio valenciano de la Torre, SalvadorPastor, el cual fue seminarista en la parroquia del Buen Pastor de Valencia. Esa fue la última que pisó Piris antes de ser nombrado por el papa Juan Pablo II como obispo de Menorca, en 2001. "A través de sus palabras, he notado que hay una especie de contagio para ayudar a los demás que cada vez moviliza a más personas de toda la archidiócesis", remarca Joan Piris antes de poner de relieve que, a pesar de que la situación se haya acentuado ahora, "éste es un ejercicio que ha propiciado a la Iglesia toda la vida".

"Mientras hay decenas de curas todoslos días en la calle y el arzobispo de Valencia, Enric Benavent, es activo y hace lo que puede, visitando las parroquias afectadas, sé que la Iglesia valenciana sabrá reponerse de todos los daños sufridos", pronostica este prelado, que habla de "generosidad" cuando menciona la forma en que el clero de donde está incardinado hace frente a una tragedia difícilmente comparable con otras en esa zona. "Dios se encuentra en las manos y en los brazos de todos ellos mientras sacan barro —concluye el obispo emérito de Lleida—, y, como ocurrió en Alzira, nos ayudará a salir de este episodio lo antes posible".

Iglesia parroquial de Paiporta
Iglesia parroquial de Paiporta

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