Los dirigentes religiosos, sus templos y leyes, serán revestidos de poder, dinero, brillo y honores. A los pobres les darán unas limosnas que les dejan en la misma situación de dependencia Domingo 22º TO (30.08.2020): Jesús aclara su mesianismo de dar la vida por la fraternidad

El proyecto de Jesús es incompatible con la religión impositiva, la cultura patriarcal y la riqueza no compartida

Comentario: tú piensas como los hombres, no como Dios” (Mt 16, 21-27).

Desde entonces empezó Jesús(Mt 16,21) es la fórmula narrativa de Mateo (4,17) para iniciar la nueva etapa. Jesús ya ha tenido duros enfrentamientos con sectores cultos y piadosos judíos (Mt 15, 1-20). Empieza a explicar el destino lógico de su vida enfrentada al sistema religioso de Israel: “tenía que ir a Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, y que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día” (v 21). En Jerusalén reside el poder religioso y los tribunales de justicia. Allí apedrean y matan a los profetas (Mt 23,37; Lc 13,34; Lc 13, 33: “No puede ser que un profeta muera fuera de Jerusalén”). Está allí el Sanedrín, Consejo de “senadores” (aristocracia terrateniente), “sumos sacerdotes” (aristocracia religiosa) y “letrados” (aristocracia intelectual). El proyecto de Jesús era incompatible con aquel sistema fundamentado en  la religión impositiva, la cultura patriarcal y el dinero no compartido.

Jesús sabía que los fariseos habían decidido eliminarle por actuar al margen la ley religiosa (Mt12,14; Mc 3,6; Lc 6, 6-11). Conocía la historia de los profetas, revivida ahora en Juan Bautista. Es lógico que intuyera el peligro de su vida. La formulación concreta la hace tras los enfrentamientos con los dirigentes. Pedro y los discípulos le han reconocido como Mesías. Y Jesús les quiere aclarar en que consiste su mesianismo. Pedro reacciona contra el diagnóstico. Según la tradición, el Mesías, el “Ungido”, de Dios no debía sufrir. Los “ungidos de Dios”, “el rey y el sumo sacerdote”, son los más amigos de Dios. El Mesías, por tanto, sería poderoso, humillaría a sus enemigos. Pedro, preso de esta mentalidad, le dice: “¡Lejos de ti tal cosa, Señor! Eso no puede pasarte(16,22). Jesús le responde: “¡Ponte detrás de mi, Satanás! Eres para mí piedra de tropiezo,porque piensas como los hombres, no como Dios”. Creer que Jesús es “el Mesías, el Hijo de Dios vivo”) es aceptar su vida concreta como la vida que Dios quiere. Su mesianismo no concuerda con la religión oficial. Las obras de Jesús: curar, procurar comida y vestido, sentar a la mesa, ser humilde y fraternal con todos, etc., ponen en cuestión la religión de su pueblo. Sus dirigentes se enfrentan con su vida, le harán padecer, le llevarán a la muerte... Su fe en el amor del Padre le lleva a abrazar la oposición y la cruz hasta la vida eterna.

Para Jesús la mentalidad de Pedro cae en la tercera tentación: gloria y poder si adora lo que se opone a Dios. Acumular dinero, honores y poder esclavizante (Mt 4,8ss) son “dioses” bendecidos por la institución judía. Sus dirigentes los buscan, participan en el expolio del pueblo, visten con lujo, se distinguen con títulos pomposos, se hacen llamar bienhechores. Por eso Jesús contesta a Pedro con expresión literal: “¡ponte detrás de mí, Satanás!”. No le rechaza. Le invita, como a los dos hermanos: “venid detrás de mí” (Mt 4,19). Pedro, como el tentador, ha intentado apartarle del Amor. Le ha querido llevar al poder del mundo, al dinero, brillo y honores. A los pobres les darán unas limosnas que les dejan en la misma situación de dependencia. La fraternidad, la igualdad, la libertad, el acceso a la cultura, el compartir las decisiones..., son sueños irrealizables. Jesús pide r a Pedro que vuelva al lugar del discípulo: ir con él a realizar el sueño del Padre, su reino de vida.

A continuación Jesús expone las vías que van tras él, el “venirse conmigo”:

a) negarse a sí mismo: renuncia al egoísmo, al medro privativo, a la acumulación para sí;

b)tomar su cruz: aceptar el sufrimiento que lleva la fraternidad y la libertad;

c) seguirle: trabajar por el reino de Dios y su justicia, anunciar el amor de Dios, dar vida al enfermo y al hambriento, crear comunidades de iguales en dignidad, desarrollar los talentos, compartir...

Termina el texto aportando unos argumentos de apoyo al seguimiento:

  1. a) vivir para sí es perder la vida.Vivir para Jesús es “encontrar” la vida auténtica, el Amor.
  2. b) ¿de qué le servirá al hombre ganar el mundo entero, si arruina su alma?(v. 26). Por mucho que tengamos, “si no tengo Amor, de nada me serviría” (1Cor 13, 3). 
  3. c) habrá plena satisfacción para quienes le sigan: “el Amor jamás desaparecerá” (1Cor 13,8).

Oración: “tú piensas como los hombres, no como Dios” (Mt 16, 21-27)

Jesús, educador del Reino dela vida:

te contemplamos hoy explicando a los discípulos tu camino

para “encontrar la vida”, para realizarnos humanamente.

A Pedro no le coge en su cabeza tu camino:

realizar la vida desde el desapego y el desprendimiento;

liberar a los esclavizados por normas sociales y religiosas;

poner el Amor por encima de todo precepto humano;

igualar en dignidad y respeto a todos;

trabajar por crear riqueza y compartirla;

hermanar a todos en el amor gratuito del Padre.

Estos ideales se oponen a los ideales del mundo:

los valores del mundo son la ley del fuerte, rico e inteligente,

vivir a lo grande, indiferentes a la miseria y esclavitud de los demás...

Pablo se lo repite a sus comunidades:

No os amoldéis a este mundo,

sino transformaos por la renovación de la mente,

para que sepáis discernir lo que es la voluntad de Dios,

lo bueno, lo que le agrada, lo perfecto” (Rm 12, 2).

A Pedro, como a nosotros, no nos cabe en la cabeza tu camino:

padecer mucho” de parte de los dueños del dinero, poder, cultura...;

ser ejecutado” sin ver el éxito de la igualdad, la libertad y la fraternidad;

resucitar” a otra vida es incomprensible, contraria al “sólo se vive una vez”.

Con dureza, Jesús, reprendes a Pedro y a nosotros:

¡ponte detrás de mí, Satanás!...,

piensas como los hombres, no como Dios”;

nos recuerdas tu tentación: gloria y poder de este mundo,

si adoramos lo que se opone a Dios;

acumular dinero, honores y poder esclavizante (Mt 4,8ss)

son los “dioses” que gobiernan la institución judía;

fuerzas incompatibles con el Amor del Padre.

Para ir contigo y colaborar en tu reino propones:

- negarse a sí mismo: renunciar a toda avaricia personal, egoísta;

vivir sin lujo, en mesa sencilla y compartida;

evitar lo que nos aleja de los más pobres, y toda vanidad.

- cargar con nuestra cruz: aceptar los inconvenientes del Amor:

desde la intemperie del pobre hasta el desprecio de los instalados;

desde el rechazo del rico hasta la incomprensión del pobre con corazón de rico;

desde la expulsión social hasta la persecución y eliminación física.

- Seguirte es trabajar por el reino del Padre-Madre Dios:

vivir el Amor, ser agradecidos y solidarios;

desarrollar y compartir nuestras capacidades y bienes;

procurar el reconocimiento de la igual dignidad;

recuperar la libertad y la alegría del amor;

ayudarnos mutuamente en toda ocasión, especialmente en necesidad.

Tu seguimiento es “encontrar” la vida verdadera:

movernos por nuestros intereses es “perder” la vida,

aunque tengamos el mundo a nuestro servicio...;

la realización personal auténtica es realizar la vida para todos:

viviendo en amor agradecido a Quien nos da gratuitamente la vida;

desarrollando la libertad, la fraternidad, la igualdad...;

trabajando porque haya verdad, justicia (todos tengan lo necesario), paz...

El Hijo del Hombre pagará a cada uno según su conducta”:

la realización personal está muy de acuerdo con el reino de Dios;

nuestro amor cultiva “la dignidad humana, la unión fraterna, la libertad...;

frutos excelentes de la naturaleza y de nuestro esfuerzo..;

volveremos a encontrarlos limpios y transfigurados...;

cuando venga el Señor, se consumará su perfección” (Vat. II, GS 39).

Cristo Jesús, ayúdanos a dialogar responsablemente:

sobre los criterios y actitudes básicas de tu evangelio,

sobre la libertad de los hijos de Dios,

sobre las reformas que hoy necesita tu Iglesia.

Muévenos a todos, Señor:

a escucharnos y expresarnos libremente;

a “no imponernos otras cargas más que las indispensables” (He 15,28);

a ser responsables de tu misión conforme al don recibido;

a confiar en el amor del Padre, manifestado en ti, su Hijo, Señor Jesús.

Preces de los Fieles (Domingo 22º TO 30.08.2020)

Tú piensas como los hombres, no como Dios”, dice hoy Jesús a Pedro. Pidamos al Padre “tener un ordinario apetito de imitar a Cristo en todas sus cosas, conformándonos con su vida, la cual debemos considerar para saberla imitar y habernos en todas las cosas como se hubiera él” (San Juan de la Cruz, Subida al Monte Carmelo I, Cap. 13,3). Pidamos el seguimiento de Jesús diciendo: “queremos ir contigo, Señor.

Por la Iglesia universal:

- que no “tiente a Dios imponiendo yugos insoportables(He 15,10);

-que “contribuya a la alegría” de la vida (2Cor 1,24).

Roguemos al Señor: “queremos ir contigo, Señor.

Por quienes presiden las comunidades cristianas:

- que sean “reconocidos como hombres por su presencia” (Flp 2, 7ss);

- que impidan el servilismo: “levántate, también yo soy un hombre” (He 10,26).

Roguemos al Señor:queremos ir contigo, Señor.

Por las intenciones del Papa (agosto 2020):

- que valoremos a “todas las personas que trabajan y viven del mar”;

- que “los marineros, los pescadores y sus familias” vivan dignamente.

Roguemos al Señor: “queremos ir contigo, Señor.

Por la paz del mundo:

- que se encuentren modos pacíficos para buscar la justicia;

- que estemos con las víctimas, ayudándolas a recuperarse.

Roguemos al Señor: “queremos ir contigo, Señor.

Por nuestra comunidad (diócesis, parroquia, grupo...):

- que nos reprendamos evangélicamente como Pablo a Pedro (Gál 2, 11-14);

- que “tengamos amor a la fraternidad” y a sus servidores (1Pe 2,17; 1Tes 5,12-13).

Roguemos al Señor: “queremos ir contigo, Señor.

Por esta celebración:

- que el mensaje de Jesús nos penetre profundamente;

- que nos consuele y anime a realizar el Reino que Dios quiere.

Roguemos al Señor: “queremos ir contigo, Señor.

Reaviva, Jesús resucitado, tu Espíritu de servicio humilde en el Papa, en los obispos, presbíteros, diáconos y servidores de las comunidades; en todos nosotros, con nuestros dones recibidos, para  el bien común. Tú que vives por los siglos de los siglos.

Amén.

Jaén, 30 de agosto de 2020

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