¿Qué puede traer de nuevo la celebración de este día?

La palabra Fraternidad ha tenido un largo recorrido histórico y con diversas interpretaciones. Muchas religiones del mundo la incluyen entre sus vocabularios y enseñanzas, pero en un mundo como el actual, en el que la interconexión en todos los ámbitos obliga a considerar la realidad de manera más amplia, se vuelve necesario un humanismo que convoque a los saberes, hacia una mirada mas integral e integradora, donde resulta inseparable el análisis de los contextos humanos, familiares, laborales, sociales y la relación que cada persona tiene consigo mismo. Esta interacción entre los ecosistemas tiene una clara referencia social y así mostramos una vez más, que “el todo es superior a la parte” (LS 141).

En este sentido, esta relación tiene consecuencias en el ambiente y en la vida de la personas dando lugar a una ecologia social, que parte de las instituciones y alcanza progresivamente a otras dimensiones como familia, comunidad, nación y hasta las relaciones internacionales. Desde esta perspectiva nos convertimos en artífices de la “cultura del encuentro”, donde se favorece la comprensión mutua y la educación en la apertura hacia los demás, reconociendo los derechos y libertades de cada ser humano. Con esta energía construimos el futuro juntos, porque la fraternidad en su sentido más profundo, es un modo de hacer historia.

Podemos otorgar un nuevo significado a la palabra fraternidad, más adecuado, concederle un nuevo valor y una nueva perspectiva, debido al cambio en la mentalidad de la sociedad. Nos puede ayudar a reflexionar en cómo alcanzar el desarrollo humano integral, en armonía con el medio ambiente, y en paz los unos con los otros.

Si nos detenemos en la dimensión política de la fraternidad, nos puede aportar ideas para un cambio en el mundo globalizado, en el que convivimos con pandemias, paradigmas tecnocráticos, cambio climático, acumulación de riquezas, individualismo, movimientos migratorios y libertad religiosa. En este sentido, el concepto universal de Fraternidad, incluye a toda la humanidad pero respetando y valorando su diversidad.

Más allá de este nuevo cambio de sentido, su mayor fuerza está en la practica. El Papa Francisco a partir de su encíclica Fratelli Tutti, la coloca en el centro del escenario global. El “Buen Samaritano” es el ejemplo claro de cómo la fraternidad llevada a cabo, es capaz de transformar al ser humano, nos vuelve prójimos y nos hace presentes ante el que necesita ayuda, porque nadie se salva solo. (FT 54)

La actualidad de esta parábola pone de relieve las dificultades y retos de las relaciones humanas. Con sus gestos, el buen samaritano reflejó que “la existencia de cada uno de nosotros está ligada a la de los demás: la vida no es tiempo que pasa, sino tiempo de encuentro”. (FT 66)

¿Porque damos luz a la Fraternidad en este día?
Supone un desafío, pero también una esperanza. La fraternidad humana une a todos los hombres y los hace iguales como principio básico de todo orden social, pero con la humildad y generosidad suficiente, para llegar a conseguir un dialogo productivo capaz de superar las diferencias políticas, culturales y religiosas.

Este día nos permite reconocernos como partes de un mismo todo en aras del bien común, que no es un fin en sí mismo, sino que depende del fin último de la persona y del bien común universal. Este fin último de la persona es Dios que supera la visión materialista y evita el riesgo de transformar este bien común en un simple bienestar socioeconómico, falto de toda dimensión trascendente. Este será el camino común que nos lleve hacia la fraternidad universal.

Rosa María Quero Pérez
Animadora Laudato si ́ ́del Movimiento Laudato Si´