Con un mensaje titulado “En eso conocerán todos que son mis discípulos, en que se amen unos a otros” (Jn 13,35), finalizó la 126a. Asamblea plenaria de la Conferencia Episcopal de Chile, que se realizó en Santiago, del 14 al 18 de noviembre de 2022. Este mensaje, según expresaron, es “para animar nuestra renovación eclesial, y también para comprometernos en el camino de conversión”.

En ese documento, valoraron especialmente la Tercera Asamblea Eclesial Nacional realizada en octubre último con casi 700 personas pertenecientes a las 27 diócesis del país. En esa línea, los obispos señalaron ahora que hay “seguir avanzando hacia una Iglesia sinodal, profética y esperanzadora”.

En lo operativo, según indican, “nos alienta a velar para que todos nuestros ambientes eclesiales sean sanos y seguros; fortalecer las instancias de comunión y participación, tales como los consejos pastorales, económicos y de prevención”.

Pero las asuntos más trascendentes que conocieron, se halla la implementación del ministerio laical de la catequesis en todo el país y la creación de una nueva licenciatura académica en Derecho Canónico.

Formación Laical

Para implementar la institución del ministerio de la catequesis laical, que fue propuesto por el papa Francisco en el documento Antiquum Ministerium, de 2021, el Episcopado ha “elaborado un plan de formación para preparar adecuadamente a estos hermanos y hermanas” que en cada diócesis deberán ser elegidos según un proceso de discernimiento del pueblo de Dios.

Dicho plan aborda el perfil del catequista laico/a, los requisitos para ser instituido ministro/a, y la formación propiamente tal. El documento final será dado a conocer el próximo mes después de hacerle pequeños ajustes en la Comisión Pastoral de los Obipos.

Derecho Canónico

La segunda novedad en esta asamblea plenaria, es que se conoció el término del proceso de creación de una Licenciatura en Derecho Canónico, la cual no existe hasta ahora en el país. La iniciativa ya había sido levantada por la Asociación Chilena de Derecho Canónico en 2011 y solo ahora logró concretarse luego d eun largo recorrido que había sido alentado por la misma Conferencia Episcopal, ya que la necesidad era clara y latente porque quienes se interesaban para seguir estudiando y perfeccionándose en esta área, debían trasladarse obligatoriamente a Argentina, España o Italia, con el consecuente alto costo y los limitados recursos para becas.

Asimismo, este nuevo proyecto académico entre la asociación de canonistas, el Obispado de Valparaíso y la Universidad Católica de Valparaíso, facilitará que el Derecho Canónico no sea de uso privativo de una elite clerical sino que el laicado también pueda acceder a las normas y elaborar interpretaciones válidas, especialmente quienes trabajan en comisiones de prevención de abusos eclesiásticos o que se interesen por estudiar y aportar a los cambios estructurales en la renovación de la iglesia. Lo mismo para quienes han seguido la abogacía y pueden complementar estudios en el país.

La encargada de implementar esta nueva licenciatura será la Facultad Eclesiástica de Teología de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), en coordinación la Universidad Pontificia de Salamanca, que goza de gran prestigio en la materia y con la cual se firmó un convenio de cooperación. La PUCV recientemente obtuvo una acreditación de sus carreras por siete años que es el máximo tiempo que otorga el sistema de educación superior en Chile.

Esta licenciatura se iniciará en marzo de 2023 y la información detallada será dada a conocer por la Conferencia Episcopal en los próximos días.

Realidad Nacional

Y en un contexto interno caracterizados por “el clima de libertad, fraternidad y escucha mutua”, los obispos también analizaron la realidad del país. Para esta reflexión se ayudaron de personas expertas: Loreto Cox, profesora de gobierno de la Pontificia Universidad Católica de Chile, doctora en ciencia política en el MIT; y por Agustín Squella, político, filósofo, jurista y periodista chileno, Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales 2009.

Mientras Cox ayudó a los obispos a comprender fenómenos sociológicos y de opinión pública, Squella puso énfasis en el consumismo que guía la cultura neoliberal y que han adoptado los chilenos y chilenas.

Con estos aportes, los obispos manifestaron en su mensaje que tenían presente los desafíos de país. Y añadieron: “nos permitimos recordar que el cambio que necesitamos, sólo será posible con el compromiso de cada uno”.

Concluyeron alentando “todas las iniciativas conducentes al diálogo social, la amistad cívica y el bien común, particularmente, el proceso constituyente, que exige el reconocimiento y la escucha de todos los sectores. Quienes profesamos la fe cristiana estamos llamados a ser protagonistas activos de los cambios que Chile necesita, alentando a las instancias de solidaridad presentes en la sociedad que trabaja por la justicia social”.