"Mírame en ellos y vive cerca de ellos, perdido en Dios" “El hermano inacabado. Carlos de Foucauld” (De Margarita Saldaña Mostajo)

Aún no está en las estanterías de las librerías y ya está seduciendo y provocando, yo he sentido necesidad de contarlo e invitar a que lo esperéis y lo demandéis. Un modo de contemplar y adentrarse en el hermano Foucauld que marca líneas y sugerencias de espiritualidad contemplativa y encarnada para el hombre de hoy. El dirección de la fraternidad universal y en la invitación a profundizar para poder creer como cada uno estamos llamados, desde nuestras imperfecciones y desde nuestras sombras, a ser hermanos universales. Muy apropiado con la celebración última de la Navidad, en el bautismo del Hijo que nos hace hermanos.

hermano

Libro tan propio como novedoso, búscalo

 Aún no está en las librerías y no puedo callarme más. He leído un libro nuevo sobre Carlos de Foucauld y certifico que viene con novedad auténtica. Hace unos meses tuve la oportunidad de compartir momentos agradables con Margarita Saldaña Mostajo, a cuentas de su libro, sobre san José, editado en Sal Terrae, que presentamos en la ciudad de Badajoz. Un libro que me atrajo por presentar de un modo tan fecundo y entrañable el silencio creativo de José, esa teología del silencio de lo cotidiano, del quehacer profundo de un vivir entregado que rompe límites en el mayor de los anonimatos colaborando con Dios en la historia de la salvación. Ahí me hizo entrega la autora de su trabajo de licenciatura publicado con el título “Rutina habitada” que voy recorriendo con parsimonia reflexiva acorde a su trabajo, laboriosidad y estructura teológica de una realidad bien oculta por desconocida como es la vida de Jesús en Nazaret. No deja de ser sorprendente la grandeza de la cotidianeidad creyente que se encierra en la vida oculta de Jesús.

En esa lectura andaba, cuando a través de Isabel Lara –amiga entrañable y regalo divino en este tiempo en nuestra parroquia- hermana de comunidad de la autora, me llega como regalo de adviento preñado, en cercanía a la Navidad, como luz adelantada de Epifanía, un ejemplar de un libro tesoro: “El hermano inacabado. Carlos de Foucauld”, de Margarita Saldaña prologado por Mariola López Villanueva.

Margarita

Hoy me he acercado a la librería para pedir ejemplares y poder hacerlos llegar a personas que lo van a recibir como agua de mayo, pero aún no están a la venta. Será lanzado en enero. Llego a casa y me pongo a contaros algo de mi impresión rápida de la lectura de esta obra, tan cercana la fiesta de la canonización de este santo, con ese perfil de hermano inacabado. Con el deseo de que os entre ganas de gustarlo y disfrutarlo como yo.

Me ha seducido con paz y apasionamiento

El libro ha sido de verdadera revelación para mí. Lo comencé a leer con cierta curiosidad por el momento que estamos viviendo y por su actualidad a manos del papa Francisco que nos lo puso como ejemplo de hermano universal en Fratelli Tutti. No hice nada más que comenzar y sentí atracción por su lectura, con cierto apasionamiento. No pude resistir la tentación de beberlo rápido cuando la intención era a pequeños sorbos para saborearlo poco a poco. Me busqué momentos de retiro de cierta duración y me lo tragué en cuatro o cinco momentos. Me llamó la atención porque normalmente me cuesta buscar esos momentos y aquí fui muy diligente por la seducción que provocó en mí. Según lo leía me decía que tenía que volver tranquilamente, pero que ahora convenía que fuera así. Y aquí estoy contando la experiencia de la rapidez, ya en otro momento igual voy compartiendo pequeñas píldoras más interiorizadas por mí.

Libros

¿Qué me sedujo? Así de pronto creo que estas cuantas razones:

  • - El modo de escribir de Margarita que ya conocía, pero que en esta ocasión me daba la sensación que bailaba con otros zapatos, o más bien a pie descalzo. Una persona que se situaba ante este hermano con una disponibilidad y desnudez apabullante, sin condiciones ni prejuicios, en la búsqueda de una identidad no marcada de antemano.
  • - La exploración que ofrece en las primeras cien páginas te va transportando con nitidez a dimensiones impresionantes y complementarias de una identidad de misterio, contemplación, silencio, pobreza y amor que te subyugan con una invitación de humanismo y cercanía que trasportan a tu propio vivir y caminar. Qué ganas de explorarme a mí mismo con esta mirada de lectura creyente.
  • - El descubrimiento de perfiles en la novedad documentada dejando hablar a la propia persona en el camino del descubrimiento de su propia identidad, que no se la da él mismo, sino que se la va aportando en Padre, según se va desnudando y perdiendo en lo imposible y en lo inacabado: la vida, los deseos, el claustro, los márgenes, la estabilidad, el horizonte… sólo Dios puede ir acabando con lo inacabado y lo imperfecto para que alguien pueda ser santo. Pero la autora nos lo pone a pie de obra y de cita, con los sentimientos y las palabras del hermano.
  • - Y de la semblanza biográfica a la semblanza espiritual, dejándonos irradiar por lo que va ocurriendo en su interior, lo que es el desarrollo de una espiritualidad que siendo de Nazaret se muestra nueva en su momento histórico y se hace referente para este siglo que estamos viviendo. Una buena noticia para hoy con claves de una minoridad y sencillez que fecunda la historia desde un amor entregado y callado, inacabado e imperfeto, pero lleno de compasión y misericordia, en el ejercicio de la verdadera proximidad encarnada, todo un reto para la Iglesia actual con el horizonte “fratelli tutti”.
  • - Los propios conceptos que va marcando la autora como síntesis de la irradiación de este santo, y de los que le siguen en la mirada contemplativa y pobre de Jesucristo, son clarividentes de la necesaria espiritualidad encarnada para los cristianos hoy: Relación con Dios, el ideal y su proceso, la hospitalidad, las sombras, la salida, la misión. Os invito a releer las sombras para cercioraros de que vosotros y yo estamos llamados a la santidad en nuestra pobreza personal y en nuestros propios límites, que la sombra no impida el deseo de ser misericordiosos.

dedicatoria

Y una palabra penúltima sobre el libro es confirmar lo que nos dice Nicolás Viel en el epílogo: “Carlos de Foucauld nos invita a descubrir que la experiencia del Dios de Jesús supone adentrarse en la verdad de la experiencia humana y que, en lo más hondo de lo humano, se oculta nazarenamente lo más hondo de Dios”, y digo yo con atrevimiento: “también en las sombras de lo humano, donde se experimenta propiamente la misericordia del que nos ama”.

No os perdáis esta novedad que nos regala Margarita Saldaña Mostajo con motivo de Carlos de Foucauld, lo hace con su mirada seducida por la identidad del hermano con la sola luz de su verdadera historia y proceso. Es una periodista, escritora, teóloga, pero sobre todo una hermana de Foucauld, tan universal como inacabada que está abriendo caminos y veredas en la investigación sobre este hermano suyo y nuestro. Seguimos esperando más frutos de su trabajo, de su contemplación y de su entrega ante el Cristo pobre, al que adora y ama con los más pobres.

José Moreno Losada.

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