Navidad tocado en cabeza, corazón y alma

Este año los protagonistas de mi Navidad tienen nombres y apellidos y quiero que los conozcas.

En el año 2003 había en Irak 1,6 millones de cristianos. En estos momentos, no llegan a los 300 mil.

El fundamentalismo islámico de Al Qaeda se ha radicalizado aún más y de él ha surgido el denominado Estado Islámico (EI), un grupo terrorista que se caracteriza por una interpretación del islam muy radical que pretende unir bajo su control todas las regiones habitadas por musulmanes.

En junio de 2014 este grupo tomó Mosul (la segunda ciudad más importante de Irak) y dieron a los cristianos un ultimátum “convertíos o morid”. Allí la presencia cristiana ha desaparecido totalmente.

En esa situación 120.000 cristianos han huido al Kurdistán iraquí.

¿Desaparecerá el cristianismo de esa zona? ¿Se extenderá la persecución hasta quién sabe dónde?

El arzobispo de Mosul, Amel Nona, ha dicho de ellos “no les queda nada, salvo la fe”. Y nos interpela a nosotros: “no podemos decir a esas familias que permanezcan en su tierra si no hay un motivo esperanzador para ellos, si no son sostenidos”.

Se trata de satisfacer sus necesidades económicas más elementales (alojamiento, comida). Y necesitan, también, que les mostremos que no están solos.

¡Ustedes son los juncos de Dios hoy! ¡Los juncos que se abajan con este viento feroz, pero luego resurgirán!, les ha dicho el Papa Francisco.

La Fundación de la Santa Sede, Ayuda a la Iglesia Necesitada, ha puesto en marcha una gran campaña a favor de los cristianos refugiados en Irak. Para ayudarles a que subsistan y puedan resurgir.
Los proyectos en marcha y la forma de colaborar la puedes ver en su web: ayudaalaiglesianecesitada.org.

En esta Navidad mi círculo más próximo de familia y amigos se ha ampliado con los cristianos refugiados. Éstos han tocado mi corazón y han impactado en él. Han tocado mi razón, que me dice que no puedo ser espectador pasivo de lo que está ocurriendo. Y han tocado mi alma que se haya, ya, hermanada con ellos.
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