Alega que ésta compete a la familia del fallecido y a la Fiscalía El Arzobispado de Valencia renuncia a ejercer la acusación particular en la causa del asesinato del canónigo
Aparte del detenido, estuvo el mismo día del crimen en el domicilio del canónigo otro hombre, este con cierta discapacidad funcional, que habría dormido en la casa, venido de lejos, quien permaneció allí tres días y ha localizado la policía. Además, ha entrado en danza un joven rumano conocido o amigo del canónigo, quien le frecuentaba
El Arzobispado de Valencia ha comunicado al Juzgado de Instrucción n. 19 de Valencia su renuncia a personarse como acusación particular en el sumario abierto por el asesinato del canónigo Alfonso López Benito, alegando ahora que la acusación compete a la familia del fallecido y a la Fiscalía y que el fallecido estará bien representado por el Ministerio Fiscal, según ha trascendido en los medios que siguen directamente el decurso de las actuaciones.
Nuevo vaivén del Arzobispado que en esta materia está haciendo agua por todas partes. Primero se desentendió de lo ocurrido, diciendo que no era cosa de la Institución, sino un asunto particular, de lo cual se había enterado por la policía y la prensa. Luego ante las críticas vertidas, pues independientemente de la santidad de ministro, acordémonos del ex opere operato, era un ministro suyo, pidió comparecer como acusación popular, pero no se le admitió al no ser familia, contra alegando el Arzobispado que vivía en una vivienda del Arzobispado y trabajaba para el Arzobispado, por lo que cabía considerársele familia.
Después, le fue aceptado personarse como acusación particular, contratando a un prestigioso bufete, el del letrado Juan Molpeceres. Y ahora ha renunciado a tal pretensión, dejando a la víctima sólo defendida por el Ministerio Fiscal y por la familia. Para el primer problema serio que tiene el arzobispo Enrique Benavent poco acertado está siendo en la gestión del mismo.
La retirada del bufete contratado por el Arzobispado para acusar, pidió el ingreso en prisión al Juez de Guardia, del único detenido como presunto sospechoso del crimen, favorece indudablemente al acusado, al tener en frente menos artillería pesada, y allana el camino al letrado Jorge Carbó, que ha sido contratado para defender al de momento presunto homicida.
Los medios de comunicación, redes sociales y los comentarios de lectores siguen abundando en historias ocurridas en relación con este luctuoso suceso. Por lo general, filtraciones del ámbito de la investigación y jurídicas. Aparte del detenido, estuvo el mismo día del crimen en el domicilio del canónigo otro hombre, este con cierta discapacidad funcional, que habría dormido en la casa, venido de lejos, quien permaneció allí tres días y ha localizado la policía. Además, ha entrado en danza un joven rumano conocido o amigo del canónigo, quien le frecuentaba.
¿La existencia de otros asiduos al domicilio del sacerdote pudo provocar alguna reacción de ensañamiento por celos? En ello está trabajando la policía, que hasta el momento no ha conseguido la versión del principal sospechoso detenido y encarcelado por el momento. ¿Hubo más intervinientes en el momento final de la vida del sacerdote? Fue la presencia del primero, discapacitado, el factor criminógeno que encendió la mecha por interés o conveniencia? Todo lo que va apareciendo del caso canónigo ha hecho retirarse al Arzobispado de su defensa que era ejerciendo la acusación particular? Todo apunta que, desgraciadamente para la Iglesia en Valencia, el culebrón no ha hecho más que empezar.
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