Polémica homilía del arzobispo de Toledo en la misa crismal Braulio denuncia el "acoso y desprestigio" que sufre la Iglesia porque "no se pliega" a la ideología de género
El primado cree que la ideología de género "recuerda la rancia lucha de clases, esta vez entre mujer y hombre"
"La Iglesia defiende casi sola la complementariedad entre sexos, mujer y varón; no acepta el aborto como derecho de la mujer, ni la eutanasia como forma de acabar con la vida"
"No quiero ocultaros ni a vosotros, ni a los fieles que celebran con nosotros esta Misa, la situación de acoso y desprestigio que recibe la Iglesia y sus sacerdotes en estos momentos". El arzobispo de Toledo, Braulio Rodríguez, trazó ayer un crudo panorama sobre la situación actual, durante la misa crismal celebrada en la catedral primada.
Durante su homilía, Braulio denunció que la Iglesia "es la única institución que, en nuestra cultura dominante, en estados, países y pueblos, no se pliega a las exigencias de una política social y económica del capitalismo salvaje y liberal a ultranza que descarta a tantos y olvida a los más pobres".
Tampoco, señaló el arzobispo, ante "otras visiones del mundo de signo contrario, que manejan la ideología de género" que, en su opinión, "recuerda la rancia lucha de clases: esta vez entre mujer y hombre. La Iglesia defiende casi sola la complementariedad entre sexos, mujer y varón; que no acepta el aborto como derecho de la mujer, ni la eutanasia como forma de acabar la vida".
Doblegar a la Iglesia
Ante 300 sacerdotes de la diócesis, Braulio Rodríguez añadió que se busca "doblegar" a la Iglesia en la sociedad para que "acepte visiones sobre el ser humano que la antropología cristiana contempla como contrarias a lo que ha recibido de la Tradición cristiana".
Para ello, denunció, la sociedad se "apoya en el pecado de los hijos de la Iglesia; sobre todo en nuestros posibles pecados, los sacerdotes". "Queridos hermanos sacerdotes: pensad cuánto ansían tantas gentes oír las palabras que sólo los labios de un sacerdote pueden pronunciar. Cuántas veces esperan que alguien pueda decirles: “Yo te absuelvo de tus pecados”, si no es un sacerdote", concluyó el arzobispo.