El cardenal insta a "convivir en la diversidad, sin desacreditarnos ni desacreditar la religión" Cobo entra al trapo de la "burla" de la vaquilla y pide que las imágenes religiosas "estén por encima de la ideología y de la trivialización"

Cobo, durante la homilía
Cobo, durante la homilía Archimadrid

"Debemos seguir aprendiendo entre todos a convivir en la diversidad, sin desacreditarnos ni desacreditar la religión, ni las imágenes que forman parte de la vida religiosa de un pueblo, y que deben caer fuera del terreno de la burla si de verdad queremos construir una sociedad respetuosa, tolerante, asentada en valores y, por qué no, con sentido del humor"

"Cuando no se tienen en cuenta, «muchas veces como fruto de la ignorancia o de la falta de sensibilidad», no estamos siendo partícipes de esa sociedad plural que pide respeto «a las identidades, las creencias, las imágenes de la fe y, por supuesto, los rasgos físicos de las personas, que deben de estar por encima de la ideología o de la trivialización"

Ha señalado que la libertad de expresión «es legítima y necesaria», pero «no debe usarse para herir la convivencia pacífica ni minimizar los valores y creencias de una parte significativa de la sociedad»

(Archimadrid).- "Debemos seguir aprendiendo entre todos a convivir en la diversidad, sin desacreditarnos ni desacreditar la religión, ni las imágenes que forman parte de la vida religiosa de un pueblo, y que deben caer fuera del terreno de la burla si de verdad queremos construir una sociedad respetuosa, tolerante, asentada en valores y, por qué no, con sentido del humor". Así se ha expresado el cardenal José Cobo, arzobispo de Madrid, en su homilía de este domingo 5 de enero, en la catedral de la Almudena.

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El arzobispo ha reflexionado sobre el inicio del año nuevo como una oportunidad para construir una sociedad más respetuosa y unida. Utilizando la metáfora de un «precioso libro con 365 páginas en blanco», ha animado a los fieles a llenar este nuevo año con gestos de respeto y tolerancia, pese a las dificultades o «tachaduras» con las que empezamos, «como la polarización y la ridiculización de símbolos religiosos en espacios públicos».

El cardenal hizo referencia a nuestra sociedad «que tiene una identidad pluriforme con tradiciones, credos y sentimientos que han de ser tenidos en cuenta, conocidos y valorados, porque son de nuestro pueblo». Cuando no se tienen en cuenta, «muchas veces como fruto de la ignorancia o de la falta de sensibilidad», no estamos siendo partícipes de esa sociedad plural que pide respeto «a las identidades, las creencias, las imágenes de la fe y, por supuesto, los rasgos físicos de las personas, que deben de estar por encima de la ideología o de la trivialización».

Lalachus con la 'estampa' del toro de Grand Prix y el Sagrado Corazón
Lalachus con la 'estampa' del toro de Grand Prix y el Sagrado Corazón RRSS

Además, ha señalado que la libertad de expresión «es legítima y necesaria», pero «no debe usarse para herir la convivencia pacífica ni minimizar los valores y creencias de una parte significativa de la sociedad».

Respeto en la diversidad

El cardenal Cobo ha destacado que la sociedad contemporánea se caracteriza por su identidad plural, y que «tras los símbolos religiosos hay mucha gente, muchas historias personales, vecinos y familiares que vibran y sienten hondamente con ellos». Por ello, ha insistido en que, en una sociedad plural, «el respeto a las identidades y creencias debe estar por encima de la ideología o la trivialización» y que los cristianos tienen el deber «de trabajar activamente para promover el entendimiento y la gestión respetuosa de la diversidad».

Cobo ha invitado a construir una sociedad más respetuosa, tolerante y asentada en valores, sin renunciar a un sentido del humor que no hiera sensibilidades

El cardenal ha concluido su alocución animando a la comunidad a aprender a convivir, sin desacreditar a las personas ni sus creencias. Ha invitado a construir una sociedad más respetuosa, tolerante y asentada en valores, sin renunciar a un sentido del humor que no hiera sensibilidades.

"Si queremos una convivencia sólida, es momento de trabajar como cristianos para que todos aprendamos a gestionar la diversidad en clave de respeto y no de banalización, donde todos tengamos sitio con nuestra historia, nuestros credos  y sentimientos".

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