El Papa Francisco acepta la renuncia de Javier Martínez José María Gil Tamayo ya es, oficialmente, arzobispo de Granada
Se va Javier Martínez, uno de los prelados más mediáticos de las últimas décadas, que estaba llamado a ser uno de los líderes de la Iglesia española y que, sin embargo, se enredó, tanto en Córdoba como especialmente en Granada, en múltiples polémicas, ya fuera por sus declaraciones sobre el aborto, la eutanasia o la reciente ‘ley trans’, por su implicación en el ‘caso Romanones’ o por convertirse en el primer obispo español condenado por un tribunal civil, multado por coacciones a un sacerdote
Semana de apariciones españolas en el Bolletino, como decíamos, que seguramente tendrá continuidad en el caso de Mérida-Badajoz y, tal vez, solo tal vez, en otra importante diócesis española. Como siempre, lo contaremos #primeroRD
Semana de apariciones españolas en el 'Bolletino' de la Santa Sede. Si el lunes un norteamericano con ascendencia española (por parte de madre), Robert Prevost, era nombrado nuevo prefecto de la Congregación de Obispos, y la pasada semana otro español, monseñor Nácher era designado nuevo arzobispo de Tegucigalpa en sustitución del cardenal Maradiaga, este mediodía el Papa pone fin, de manera oficial, a la carrera eclesiástica de Javier Martínez, aceptándole la renuncia a la diócesis de Granada.
Esta decisión, automáticamente, coloca al hasta ahora arzobispo coadjutor, José María Gil Tamayo, al frente, a todos los efectos, de la diócesis nazarí. Se pone fin así a una convivencia de varios meses que, a diferencia de lo sucedido en Almería (donde González Montes continúa poniendo palos en la rueda de Gómez Cantero... aunque ahora lo haga desde un espacioso apartamento en Madrid), ha estado marcada por la acogida y el acompañamiento. En este sentido, el canje de papeles ha sido ejemplar, al menos en lo público.
Se va Javier Martínez, uno de los prelados más mediáticos de las últimas décadas, que estaba llamado a ser uno de los líderes de la Iglesia española y que, sin embargo, se enredó, tanto en Córdoba como especialmente en Granada, en múltiples polémicas, ya fuera por sus declaraciones sobre el aborto, la eutanasia o la reciente ‘ley trans’, por su implicación en el ‘caso Romanones’ o por convertirse en el primer obispo español condenado por un tribunal civil, multado por coacciones a un sacerdote.
Algunas de las razones de su marcha las apuntábamos aquí, de modo que no conviene hacer más leña del árbol caído.
Sí desear toda la suerte del mundo (que la va a necesitar) a monseñor Gil Tamayo en su nueva andadura, ya como arzobispo residencial de la bellísima diócesis de Granada.
Semana de apariciones españolas en el Bolletino, como decíamos, que seguramente tendrá continuidad en el caso de Mérida-Badajoz y, tal vez, solo tal vez, en otra importante diócesis española. Como siempre, lo contaremos #primeroRD.
Etiquetas