Exclusiva: entrevista al obispo electo de León y administrador apostólico de Mondoñedo-Ferrol Luis Ángel de las Heras: "Espero ser un misionero obispo"
"Voy dispuesto a darlo todo, como he querido hacer siempre, y aportar con sencillez y discreción mi granito de arena a una Iglesia que viene caminando desde el siglo III. Somos pequeños en una gran historia"
"Efectivamente hay cambio generacional. Es natural. Además de los traslados, la Santa Sede tiene que nombrar obispos a sacerdotes, espero que también algún religioso más, para sedes que van quedando vacantes. Se trata de un cambio tranquilo y normal"
"Fratelli tutti es un regalo valiosísimo que necesitamos ir desenvolviendo poco a poco para descubrir su fuerza propositiva"
"Fratelli tutti es un regalo valiosísimo que necesitamos ir desenvolviendo poco a poco para descubrir su fuerza propositiva"
Obispo electo de León y administrador apostólico de Mondoñedo-Ferrol. Así firmará, a partir de ahora, el claretiano Luis Ángel de las Heras, cmf. Este mediodía, la Nunciatura Apostólica acaba de hacer oficial su nombramiento a la sede leonesa, en sustitución de Julián López. "Ha sido una sorpresa con todas las letras en mayúscula. Me enteré por una llamada del Nuncio una noche", relata el prelado en esta entrevista, en exclusiva, a Religión Digital.
"Sí se han quedado muchas cosas por hacer, que me hubiera gustado poder avanzar más", admite el prelado, quien espera "ser un misionero obispo" en su nuevo destino, como lo ha sido en Mondoñedo-Ferrol. "Voy dispuesto a darlo todo, como he querido hacer siempre, y aportar con sencillez y discreción mi granito de arena a una Iglesia que viene caminando desde el siglo III. Somos pequeños en una gran historia", asume.
¿Qué supone este nombramiento?
Supone disponibilidad para ser enviado; supone espíritu misionero; supone dejar un lugar de misión, con un sentimiento de pena, con inmensa gratitud a muchas personas y comunidades y supone encaminar los pasos decididos hacia el nuevo lugar de misión con ilusión, con ganas de trabajar y con la confianza puesta en Dios.
¿Ha sido una sorpresa? ¿Cómo se enteró del nombramiento?
Ha sido una sorpresa con todas las letras en mayúscula. Me enteré por una llamada del Nuncio una noche.
¿Siente que han quedado muchas cosas por hacer en Mondoñedo-Ferrol?
Sí se han quedado muchas cosas por hacer, que me hubiera gustado poder avanzar más. Pero aquí hay mucha vida y personas con ganas de colaborar, de cambiar, de arrimar el hombro, de hacer una Iglesia misionera y poner a los pobres en el centro, como Dios nos muestra que hay que hacerlo.
El Plan Diocesano de Unidades Pastorales está recién publicado. Ya hay un camino recorrido en algunas UPA, pero ahora se plantea un impulso general y programado para toda la diócesis. Hay que ir desarrollándolo y me hubiera gustado acompañar este proceso. Pero hemos formado un equipo de acompañamiento del Plan con tres sacerdotes, dos laicos y una religiosa que ya se han organizado para visitar algunas UPA, conocerlas, escuchar a la gente y ayudar a clarificar el camino en cada lugar. Son personas comprometidas y trabajadoras, con ilusión y conciencia de que el Espíritu del Señor les acompaña en la misión que quieren ejercer corresponsablemente.
¿Qué espera de su nuevo destino?
Espero, en primer lugar, dedicar tiempo y cariño para conocer la Iglesia particular de León.
Espero estar cerca de quienes sufren, de los necesitados, de las víctimas de la pandemia en estos momentos difíciles para tantas personas. Para todos, mejor dicho.
Espero encontrarme con hombres y mujeres de Dios que ensanchen mi corazón de misionero y pastor y pasen a aumentar la gran familia que el Señor me va regalando en la Iglesia.
Espero ser un misionero obispo, como lo he procurado en Mondoñedo-Ferrol. Voy dispuesto a darlo todo, como he querido hacer siempre, y aportar con sencillez y discreción mi granito de arena a una Iglesia que viene caminando desde el siglo III. Somos pequeños en una gran historia.
Espero estar cerca de quienes sufren, de los necesitados, de las víctimas de la pandemia en estos momentos difíciles para tantas personas. Para todos, mejor dicho.
Parece que los nuevos nombramientos marcan un mismo trazo: obispos con cierto recorrido, en la cincuentena…. ¿Cree que estamos ante un cambio generacional en el episcopado español?
Mi recorrido como obispo es corto, de poco más de cuatro años. El 7 de noviembre se cumplen cuatro años y medio del inicio del ministerio pastoral en Mondoñedo-Ferrol.
Efectivamente hay cambio generacional. Es natural. Además de los traslados, la Santa Sede tiene que nombrar obispos a sacerdotes, espero que también algún religioso más, para sedes que van quedando vacantes. Se trata de un cambio tranquilo y normal.
El Papa acaba de escribir Fratelli Tutti, la primera gran encíclica global en un mundo en crisis. ¿Qué podemos aportar, como cristianos, a esta realidad, marcada por el coronavirus, pero también por tantas heridas?
Fratelli tutti es un regalo valiosísimo que necesitamos ir desenvolviendo poco a poco para descubrir su fuerza propositiva. Del mismo modo, paulatinamente hemos de poner en marcha el plan de recuperación para nuestro mundo herido, para el ser humano herido.
Hemos de aportar aquello que antes vayamos viviendo y experimentando, poniendo en práctica el estilo de vida cristiana, que es un estilo de vida fraterno, de superación de divisiones y diferencias, de unidad, generosidad, grandeza de miras, apertura, caridad… Todo lo que el Evangelio de Jesús invita a conocer y practicar.
Parece que el Papa apuesta también por pastores. Su lema episcopal, ‘Apaciéntame, Señor; apacienta Tú conmigo’, es una declaración de intenciones, no?
El lema es un compromiso y una oración constantes. Es una frase de una plegaria de san Juan Damasceno que he rezado mucho, ya antes de la ordenación episcopal. Me recuerda quién debe guiar mi vida de pastor y me hace consciente de mi limitación humana y de la misión que la Iglesia me ha encomendado en nombre del Señor Jesús con todos; sobre todo con las personas vulnerables, pues merecen un acompañamiento pastoral que no defraude.