"Decidimos dejar así el Cristo embarrado, como una señal para la memoria de todos" Párroco de Paiporta: "La voz del Papa es un gran consuelo y alegría, porque estamos verdaderamente desolados"

El Cristo embarrado de Paiporta
El Cristo embarrado de Paiporta

"Hay esa especie de silencio y de duelo interior y saber que el Papa está cerca de nosotros en esta situación tan grave es un motivo de alivio en medio de las dificultades y las penurias"

"El barro se irá, pero la pérdida de tantas vidas es la cara más dura de esta tragedia. Llevará tiempo recuperarse, encontrar la luz y la fuerza para seguir mirando hacia delante"

"Restaurar ese Cristo sería simplemente ocultar lo que hemos vivido, y no queremos hacerlo"

(SIR).- «Paiporta es el epicentro de todo. De los 220 muertos, casi un centenar son de este pueblo». El P. Gustavo Riveiro D'Angelo es párroco de la iglesia de San Jorge de Paiporta, localidad del área metropolitana de Valencia que la tarde del 29 de octubre se vio azotada por la furia del agua.

«Eran las seis y media de la tarde cuando empezó a llegar el agua. Nadie nos había avisado de nada. Yo estaba en la iglesia para la adoración eucarística. Una señora nos dio la alarma. En ese momento mandamos a todo el mundo a casa y cerramos la iglesia. Cuando salí, me encontré con el agua por encima de los tobillos y en menos de una hora estábamos sumergidos en hasta dos metros de agua y barro. Era como un río embravecido que se lo llevaba todo. Si no hubiera sido por esa señora, habría muerto aquí en la iglesia. Y conmigo toda la gente que estaba para el culto. Habríamos quedado atrapados en el agua».

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Padre Riveiro de Paiporta
Padre Riveiro de Paiporta

Ocho días después de la catástrofe que puso de rodillas a la zona, la búsqueda de los desaparecidos continúa a toda velocidad en varios lugares. El Centro de Integración de Datos (CID), ha contabilizado 89 desaparecidos, teniendo en cuenta que 62 cuerpos ya recuperados siguen sin ser identificados. «A la pérdida de viviendas y puestos de trabajo se suma la pérdida de tantas personas.

¿Cuál es la situación hoy?

Llevamos varios días sin agua. La electricidad volvió 48 horas después. Hicimos mucho trabajo para vaciar la iglesia. Me impresionó mucho ver un día a unos 60 jóvenes que vinieron a vaciar la iglesia con cubos a falta de una bomba. Varios de ellos eran estudiantes universitarios. Fue un trabajo de limpieza verdaderamente heroico. Cuando vimos el suelo de la Iglesia emerger del barro, casi lloramos todos de emoción. Por supuesto, el suelo sigue lleno de barro, pero al menos hemos puesto los pies en suelo seco. Seguimos limpiando y poco a poco intentaremos salvar lo que se pueda.

¿Cómo está usted?

Los tres primeros días estuve con una pala en la mano sacando barro. El ejército no llegó hasta ayer, después de casi seis días. En todo este tiempo hemos estado sólo los ciudadanos paleando. Hay que tener en cuenta que todo lo que hay en la planta baja, ya sea una casa, un banco, una tienda, un supermercado... todo ha sido arrasado. Todavía no se puede comprar ni un kilo de arroz. Incluso nuestros coches han sido arruinados por la furia del agua y están inutilizables. Hay que tirarlo todo. Al igual que la línea de metro que unía Paiporta con Valencia está completamente inutilizada. Hasta las vías se las ha llevado el agua...Y las comunicaciones tardarán meses en restablecerse. Seguimos aislados. De momento se han abierto las carreteras pero con restricciones y controles.

Parroquia de Paiporta tras la dana

En la audiencia general de ayer, el Papa ha hecho rezar un Ave María en la Plaza de San Pedro, ¿qué importancia tiene la cercanía del Papa Francisco?

Muchísima. La voz del pastor es un gran consuelo y alegría. Porque estamos verdaderamente desolados. Hay esa especie de silencio y de duelo interior y saber que el Papa está cerca de nosotros en esta situación tan grave es un motivo de alivio en medio de las dificultades y las penurias. El barro se irá, pero la pérdida de tantas vidas es la cara más dura de esta tragedia. Llevará tiempo recuperarse, encontrar la luz y la fuerza para seguir mirando hacia delante.

¿Por qué fotografió ese Cristo embarrado de su iglesia?

Lo estaban sacando cuando les paré. Fue entonces cuando decidí fotografiarlo, porque me pareció una imagen emblemática de lo que estábamos viviendo. No tenía ni idea de que esa imagen se haría viral. Dio, a través de un periodista que la tomó, la vuelta al mundo. Recibí mensajes de Canadá, Argentina, Rumanía. También contactaron conmigo conocidos restauradores que se ofrecieron a recuperarla, pero decidimos dejarla así, mancillada, como una señal de aquel 29 de octubre que quedará en la memoria de todos. Hoy nos gusta todo lo que es nuevo y perfecto. Tendemos a ocultar, por miedo o hipocresía, los signos del dolor, del sufrimiento, de la enfermedad, de la muerte. Restaurar ese Cristo sería simplemente ocultar lo que hemos vivido, y no queremos hacerlo. 

El Cristo embarrado de Paiporta
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