"Los poderes públicos dan toda clase de facilidades a los inmigrantes... ¿y los nacionales?" Un cura navarro, obligado a disculparse tras achacar el descenso de fieles a la inmigración musulmana

El cura, durante la ceremonia
El cura, durante la ceremonia captura/Navarra TV

“En un pueblo de 15.000 habitantes, que tiene tres colegios y un instituto..., y un 40% de población musulmana, y no tengo nada contra los musulmanes..., resulta que ahora son 40 las personas que van a misa el domingo cuando antes se llenaba la iglesia. Es lamentable, ¿verdad?", señaló el agustino Jesús Planillo en las fiestas de su pueblo natal, Cascante

El clérigo pidió disculpas después de que se le acercara el párroco de la localidad, en una misa en la que se encontraban varios rerpresntantes públicos, como la consejera de Derechos Sociales, Carmen Maeztu; el secretario de Organización del PSN, Ramón Alzórriz; o los miembros de UPN Alberto Catalán y Javier Esparza 

“En un pueblo de 15.000 habitantes, que tiene tres colegios y un instituto..., y un 40% de población musulmana, y no tengo nada contra los musulmanes..., resulta que ahora son 40 las personas que van a misa el domingo cuando antes se llenaba la iglesia. Es lamentable, ¿verdad?”. El agustino Jesús Planillo la 'lió parda' ayer, en la misa por la fiesta grande de la localidad navarra de Cascante.

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En su homilía, tal y como destaca Diario de Navarra, el religioso abundó en su tesis, señalando cómo en otro pueblo, "ya no es el 40, sino el 60%". "Familias enteras se van de los barrios porque realmente no pueden vivir. ¿Y por qué? Porque los poderes públicos dan toda clase de facilidades a los inmigrantes..., que me parece muy bien.¿Y los nacionales?”, subrayó.

Sus palabras provocaron el lógico murmullo de los asistentes, entre los que se encontraban varios rerpresntantes públicos, como la consejera de Derechos Sociales, Carmen Maeztu; el secretario de Organización del PSN, Ramón Alzórriz; o los miembros de UPN Alberto Catalán y Javier Esparza.

Con celeridad, y atisbando el problema, el párroco de Cascante, Francisco Javier Aramendía, se levantó de su asiento y susurró algo al oído de Planillo. En ese momento, y hasta en tres ocasiones, el sacerdote pidió perdón. "No trato de ofenderos. Sois mi pueblo. No he venido a eso", recalcó el cura, oriundo de la localidad, quien pese a todo aseguró "no comprender" las murmuraciones de los parroquianos.

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