Juan y Jezabel (llamada prostituta): Disputa de profetas (Ap 2-3)

Presenté el día uno el tema de la Gran Ramera del Apocalipsis y, desde entonces, he venido dándole vueltas al tema, con inserciones de diverso tipo (con la Navaja de Ockam que maneja Fernando, el emergentismo de Letelier, las incansables e insaciables citas bíblicas de un tal Orlando…). No sé si algo queda de aquel principio, pero quiero seguir, y aún deseo presentar tres o cuatro escenas (más larga es la Summa Theologica o el Tour de Francia).

La de hoy es de tipo intermedio. Ayer vimos a Jesús que acogía en su casa/comida a la prostituta de Lc 7, conforme a la liturgia, en un texto que nos resultaba intrigante y molesto (han entrado muchos en el blog, pocos han comentado).

Hoy vuelvo al Apocalipsis, esperando la navaja de Fernando, las citas de Orlando etc etc. Recojo algunos temas anteriores para terminar con Jezabel. Por favor, quien quiera saber quién fue en principio esa Señora Jezabel y su pecado (en el Antiguo Testamento) vea el post que colgué anteayer en http://www.21rs.es/ (pinche arriba Blogs y luego Pikaza). Allí ofrezco un retrato de la acción y de la rabia que surgió en su entorno.Aviso a los lectores.


Los que hayan seguido lo que voy diciendo pasen los números 1, 2, 3, 4 y 5 de las reflexión que sigue (pues ya son conocidos; los he venido exponiendo en los días anteriores).

Esos buenos lectores empiezan en el número 6 y lleguen hasta el 10, si tienen tiemmpo (mañana habrá descanso de Apocalipsis). Por favor, lean la Biblia (si les parece) y busquen las razones de Juan profeta… pero también las de la Prostituta Jezabel (quizá ella tiene razón, está llena de estrellitas). Entre un hombre/profeta que puede ser lobo.... y una señora/profeta, que puede ser señuelo de estrellitas falsas, nos lleva el Apocalipsis, libro para pensar y soñar, para sufrir y buscar, hoy, no ayer ni pasado mañana


1) Introducción. Un dragón con dos bestias

Los motivos anteriores (huída y persecución) han sido expresamente aplicados a la Madre por el texto. El nuevo motivo (la amenaza de las bestias) aparece más velado, aunque resulta necesario para entender la trama del libro y el sentido de la Mujer. Seguimos en un plano histórico: Dragón y Mujer se enfrentan ya de forma social sobre la tierra, no en el cielo primigenio. Sabemos, por lo anterior, que el Dragón ha sido incapaz de capturar o anegar a la Mujer y que, por eso, está furioso, pues, como hemos visto ya "se enojó con ella y fue a luchar contra el resto de esperma". Esa lucha tiene un principio y dos agentes principales dentro de la historia:

[Principio] Y (el Dragón) se puso en pie sobre la arena del mar (12, 18).
[Agente 1º] Y vi saliendo del mar una Bestia, con diez cuernos y siete
cabezas... (13, 1)
[Agente 2º] Y vi otra Bestia, subiendo de la tierra,
con dos cuernos como de Cordero... (13, 11)

Habíamos escuchado el lamento cristiano del mar y la tierra, amenazadas por el Dragón furioso (cf. 11, 12). Ahora descubrimos la razón: el Dragón había intentado apresar a la Mujer para matarla, o quizá para pactar con ella y adueñarse de sus hijos, convirtiendo así el proceso de la historia en círculo de muerte; de haberlo conseguido, no habrían sido necesarias Bestias (como en Ap 13), ni tampoco Prostituta (como en Ap 17), pues todo sería bestial, todo estaría prostituido. Pero la Mujer con sus hijos ha opuesto resistencia, manteniendo la confesión de Jesús (cf. Ap 12,11.17).

Por eso, a fin de combatir de un modo social sobre la tierra, el Dragón ha tenido que buscar unos agentes que realicen su tarea a ese nivel y que le representen en la historia se ha "encarnado" en el sistema de la Bestia de Mar y la Bestia de tierra, que acabamos de evocar . Ambas se vinculan: son la representación social del Dragón, son las gestoras históricas de la muerte, presencia y poder del pecado antidivino, que se expresa por los signos del Imperio (=Roma) dentro de la humanidad.

Muchos profetas (desde Amós hasta Ezequiel) habían condenado los poderes imperiales de la historia, mostrando con fuerza el carácter opresor, violento, idolátrico, de las armas militares y el afán de riquezas que destruyen a los pobres. En esa línea habían avanzado, de forma sorprendente, algunos textos apocalípticos como Dan 7 y 1Henoc 83-90, que interpretan y presentan la perversión de la historia en figuras bestiales, de animales destructores: ellos, los poderes del mundo que se divinizan a sí mismo, son en realidad ídolos satánicos, portadores de muerte . Pero nadie que yo sepa había logrado describirlos con la radicalidad y precisión de Ap 13, distinguiendo y vinculando, desde el Dragón original, dos Bestias, una que simboliza el poder político-militar (Roma como Imperio) y otra el ideológico-religioso (Roma como sistema de pensamiento y religión).

2) Continuación. Dos Bestias con una mujer


De esta forma, el Dragón que podía parecer simple figura intemporal, repetida en gran parte de los mitos del origen humano, se encarna en unos poderes sociales bien concretos, que por un lado se aplican al imperio romano y por otro se expanden y pueden aplicarse a todos los sistemas de opresión y destrucción a lo largo de la historia. Estas son las Bestias que van a luchar contra la Mujer y sus Hijos, desde una perspectiva histórica y social:

_ La Bestia del mar (13, 1-10) encarna la perversión de los poderes político-militares que reciben su fuerza del Dragón, para combatir contra "el resto de la estirpe de la mujer", es decir, contra los seguidores de Jesús. Hasta ahora, ningún profeta había presentado con esta radicalidad el mal completo, la opresión sistematizada, encarnándola de modo social en un imperio concreto de la tierra. Se hablaba de potencias sacrales destructoras, pero de manera más parcial, como muestran los textos de Dan 2 y 7 (con 1Hen, 2Bar y 4Es). Pues bien, el profeta Juan ha visto y descrito a la Gran Bestia, descubriéndola directamente en el imperio de Roma, aunque después podrá aplicarse a los restantes imperios perversos de la tierra.


_ La Bestia de la tierra (13, 11-18) es la perversión profético-religiosa y está encarnada en los sacerdotes y/o filósofos de la Bestia, funcionarios de su sistema de violencia. Ap 6, 15 citaba a reyes, nobles, comandantes militares, ricos y poderosos de la tierra. Todos aparecen ahora condensados en esta figura mentirosa al servicio de la violencia del sistema. La Primera Bestia era el Poder militar de la violencia.

Al servicio de ella emerge esta Segunda, que es la religión y/o conocimiento pervertidos; nadie la había presentado de esta forma, desarrollando y destacando con tanta nitidez el poder de la mentira, esto es, la opresión de una cultura (religión o propaganda, filosofía o educación) al servicio del poder algunos y de la muerte de la mayoría. Juan nos ha ofrecido en la figura y rasgos de este Segunda Bestia una radiografía descarnada y demoledora de la "inteligencia sacral" puesta (vendida) al servicio de la Primera Bestia. Hay algo peor que las armas y conquistas militares: la mentira organizada de aquellos que las justifican y defienden, para su propio provecho .

Estas dos Bestias (con la Prostituta que viene después) encarnan eso que pudiéramos llamar el pecado original (o central) de la humanidad, tal como he mostrado en Antropología bíblica, BEB, Sígueme, Salamanca 2005. El judaísmo anterior no tenía conciencia de un "pecado total", en contra de lo que mostrarán (tanto aquí como en Rom 5) los cristianos: ellos han descubierto en Jesús el don total de Dios, la gracia definitiva; desde ese fondo han podido expresar y han expresado el mal completo, que se encarna o concretiza en forma de opresión anti-humana, de poder de muerte, viniendo a expresarse en estas Bestias o sistemas opresores, que culminan en la Prostituta.

3) Profundización. Las Bestias luchan contra una mujer (y prostituyen a la otra)

a) Luchan y esclavizan a una mujer. Estas dos Bestias vinculadas (poder militar y religión, dictadura estatal e ideología) brotan del mar (la 10) y de la tierra (la 20) y luchan, de parte del Dragón, contra la estirpe de la Mujer, es decir, contra la iglesia. Ellas constituyen un peligro real y muy concreto para las comunidades de cristianas de Asia, pues obligan a sus fieles a participar de la vida del Imperio, tanto en el sentido más externo (orden cívico, intercambios económicos: Primera Bestia) como en el que parece más interno (vida religioso-cultural: Segunda Bestia). Ellas son una encarnación social diaria del Dragón, que ya no actúa simplemente sobre el alto de los cielos, sino que ha descendido para combatir a los creyentes en la misma plaza y mercado de la tierra.

En ese contexto, ser cristiano significa oponerse a un tipo de política social e ideología del Imperio, conforme al modelo y testimonio de la Mujer que ha debido escapar al desierto, soportando allí los ataques del Dragón. Pues bien, ese mismo Dragón, burlado pero todavía no del todo vencido, persiste en su intento: por eso suscita estas Bestias, para luchar de forma nueva (histórica y social, militar e ideológica) contra los hijos de la Mujer. Ella era fuente de vida y se había refugiado para defenderse del Dragón. Ahora sus hijos han de imitarla, luchando también contra las Bestias.

Lógicamente, esta Mujer fugitiva, perseguida y amenazada, es ante todo una realidad social: por la forma en que la atacan (en línea de imposición militar, marginación económica y engaño ideológico) conocemos su identidad: ella es lo contrario de la Bestia del poder (que impone su dominio sobre los demás por medio de la fuerza) y contrario a la Bestia de mentira (que engaña y manipula a los humanos). Así podía haberla dejado nuestro autor, como signo de la iglesia perseguida por las Bestias. Pero ha querido precisar su identidad, presentando después de las Bestias (como anti-tipo concreto de la Mujer Perseguida), a la Perseguidora o Prostituta, en la que culminan, como en sistema, todos los males del mundo, el pecado completo.

b) Las dos bestias prostituyen a la otra mujer, es decir, le dan mucho dinero… y la someten. Esta Mujer-Prostituta (que recibe el dinero de las bestias…. y se deja “querer” por ellas será anti-tipo de la Perseguida.

Ciertamente, las Bestias de Ap 13 y la Mujer Prostituta de Ap 17-17 ofrecen valores en línea de sistema. El profeta Juan ha evocado a través de ellas el "orden" de un imperio mundial, de un sistema donde todo se encuentra estructurado en forma militar (1ª Bestia) y cultural (2ª Bestia). El Dragón ha construido por medio de esas Bestias el orden mundial, un sistema perfecto que parece funcionar y promete mantenerse para siempre, en la línea del Diablo de las tentaciones de Jesús (Mt 4 y Lc 4). Pues bien, ese sistema, que los filósofos al servicio de Roma juzgan divino y sagrado (ha extendido un orden "racional" por todo el mundo conocido), constituye para Juan un signo y obra del Dragón, pues se edifica sobre la opresión militar, la expulsión de los disidentes (cf. quien al exilio al exilio, quien deba morir muera: 13, 10) y la mentira sistemática.

En esa línea de sistema opresor han avanzado los diversos sistemas totalitarios de la historia posterior, que K. R. Popper ha condenado en La sociedad abierta y sus enemigos, Paidós, Barcelona 1982 y la misma ideología de la ilustración occidental, que M. Horkheimer y Th. W. Adorno han rechazado en La dialéctica de la Ilustración, Trotta, Madrid 1994. Desde aquí se plantea el problema )puede construirse sobre el mundo un "todo social" sin expulsiones ni opresiones? )no estaremos condenados a soportar siempre a las Bestias y a la Prostituta?. En la línea de Ap 13, rechazando el poder e ideología del todo imperial y cultural se ha elevado, desde las raíces proféticas de Israel, E. Levinas, Totalidad e Infinito, Sígueme, Salamanca 1977. He discutido extensamente estos motivos en Sistema, libertad, iglesia, Trotta, Madrid 2001.


4) Mujer tercera. La gran prostituta. Principio (Ap 17-18).


Sin duda, las Bestias, que reciben su poder del Dragón y persiguen a la Mujer (o a sus hijos), repiten en clave histórica el enfrentamiento primigenio de Ap 12, 1-5, desde una perspectiva imperial y cultural. Sin embargo, ellas no agotan la furia del Dragón, pues no expresan del todo la perversión total de la historia. El Dragón necesita todavía otra figura para realizar su obra y de esa forma se "encarna" todavía (y finalmente) en otro signo más concreto y fuerte de pecado, de tipo femenino o, mejor dicho, de sistema: en la perversión de la misma Madre, que se vuelve aliada del Dragón, apareciendo como Prostituta sobre el mundo. Se oponen así las dos mujeres (que parecen las dos ciudades de la historia).

(a) Por un lado, como destacaban los textos anteriores (Ap 12), la Madre celeste ha venido a expresarse en la Mujer perseguida, que es la Iglesia, fugitiva en el desierto.

(b) Por otro lado hallamos que hay una Mujer perversa, que se deja amar-engañar por el Dragón, sentándose como Reina del mundo, sobre el trono (a lomos) de la Primera Bestia (Ap 17, 3). Ella aparece así como expresión final y cumplimiento del sistema que el Dragón intenta edificar sobre la tierra: es la racionalidad política encarnada en la ciudad del Roma, que muchos entendían como el mayor de todos los prodigios sociales que hasta entonces se habían logrado construir sobre la tierra.


5) No empecemos condenando a la Prostituta


Por eso, no es bueno condenar desde el principio a esta llamada Mujer-Prostituta, sin escuchar primero sus razones: ella puede defenderse, diciendo que representa el orden social y garantiza la riqueza y comercio, la relación y unidad entre todos los pueblos de la tierra. Muchos, entre ellos los grandes filósofos y sabios del imperio, la llaman Diosa y la veneran, quemando en su honor el buen incienso. Incluso Jesús pudo haber dicho "dad al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios" (Mc 12, 17): ella es la Ciudad y orden del César, de manera que resulta coherente afirmar que tiene derecho al dinero de un tributo que garantiza el equilibrio de la vida económica y social sobre la tierra. El mismo Pablo la aceptó, diciendo que es preciso someterse a su poder, pues Dios le ha dado su encargo, para mantener la justicia y legalidad económica en el mundo, de manera que puede llevar con derecho la espada y cobrar con razón los tributos (cf. Rom 13, 1-7).

Pues bien, a pesar de eso, Juan la ha condenado, presentándola como aliada de las Bestias, encarnación social del Dragón sobre la tierra. Es muy posible que exagere en sus matices, como iremos viendo, pero su juicio profético resulta sobrecogedor y certero: el profeta ha visto y destacado algo que normalmente no vemos, el riesgo de un sistema que se diviniza a sí mismo sobre bases de imposición y engaño (bestias), encarnándose en un orden político que expulsa y niega a los disidentes y contrarios. Ella es "la otra cara de Eva". La Mujer en la historia puede ser perseguida o perseguidora: esta es la Perseguidora, pues se ha prostituido para conseguir sus bienes; vive de matar; es el anti-tipo de la Madre perseguida y de la Novia definitiva de las bodas.



6) Una sorpresa. La Prostituta en la iglesia. Ap 2-3

Las dos mujeres centrales del esquema anterior (Perseguida y Perseguidora) no son teoría, objeto de elaboración y trabajo de libros eruditos, sino que aparecen de manera concreta, dentro de la historia, y de un modo especial en el entorno de la iglesia. Como hemos indicado ya, la Perseguida es la Madre iglesia; la Perseguidora debe ser (y es) su contraria, es decir, la Ciudad-Roma. Pero el mismo texto empieza diciéndonos con sorpresa que la Prostituta de Roma no se encuentra simplemente fuera, sino que ella se expresa y actúa también dentro de la iglesia, a través de una de una profetisa comunitaria, a la que el texto llama la Mujer Jezabel, la prostituta. Frente a la iglesia perseguida, que mantiene el testimonio de Jesús (y se convierte luego en Novia del Cordero) se eleva en Tiatira ella. Así habla Jesús, Hijo de Dios (2, 18) a esa iglesia, diciendo que la Mujer Jezabel es profeta y prostituta:

[Profetisa] Permites a la mujer Jezabel, que se dice profetisa, enseñar y engañar a mis siervos para que se prostituyan y coman idolocitos.

[Prostituta] Le he dado tiempo para que se convierta, pero no quiere convertirse de su prostitución. Pues bien, voy a arrojarla en el lecho

[Adúltera]y a quienes adulteran con ella (les arrojaré) en una gran tribulación, a menos que se conviertan de sus obras (malas).

[Madre mala de hijos malos ]Y a sus hijos, los heriré de muerte... (Ap 2, 20-23) .


Se trata de una persona concreta, a la que enfáticamente dicen la mujer (tên gynaika: 2, 20), sin nombre propio, pero a la que Juan (profeta autor del Ap) insulta presentándola como Jezabel, nombre despreciativo de una reina fenicia perversa que fomentó la idolatría en Israel (cf. 1Rey 21 y 1Rey 2). Ella actúa como profetisa y es evidente una mujer que goza de mucha autoridad, pues Juan ha querido cambiarla y no ha podido.

Debo recordar que Ap 2, 14 presenta a un tal Balaam, que es varón también con nombre denigrante, con el mismo "pecado" y función de Jezabel, para mostrar así que este es un problema masculino y femenino. Aquí destaco el aspecto femenino del símbolo de Jezabel. Analizo el contexto y sentido de esta acusación en Apocalipsis 61-73, poniendo de relieve los aspectos espirituales y materiales del tema. Cf. M. Navarro, "Jezabel (Ap 2, 18-29). Un conflicto eclesial": Reseña Bíblica 27 (2000) 21-30.

7) Una prostituta llamada Jezabel (¿pero es prostituta?)

Juan Profeta la condena… pero me gustaría que hablara ella, que dijera lo que piensa, que se defendiera….

Es evidente que esta Jezabel (cuyo nombre ignoramos) fue una mujer importante que se opuso a Juan Profeta. Es persona de mando: pertenece al estamento dirigente o jerarquía (si vale esta palabra), de la iglesia y son muchos los que aceptan su "doctrina", que Juan concibe como un riesgo para la comunidad. Juan dice que ella no es esposa fiel que conserva el amor de Jesús, ni es madre buena, que educa a sus hijos en la resistencia cristiana, sino prostituta, que vende su amor por unos idolocitos y adúltera, pactando con Roma, enseñando esa misma doctrina (moikheuein: cf. 2, 22-23) a sus hijos o partidarios.

Debía mantener la fidelidad, pero ha preferido el engaño, apartando a la Iglesia de Dios y de Cristo (su esposo), para que siga la economía y política social, humana y religiosa de Roma. Comer idolocitos significa promover un orden injusto, simbolizado en el comida (carne ofrecida a los dioses). Adulterar supone someterse por provecho al orden social y sagrado del imperio, como base de convivencia cívica.

a) Jezabel podría defenderse, diciendo que ella desacraliza el imperio: toma su estructura social y economía como un elemento neutral, que no implica ningún tipo de veneración religiosa. Al mismo tiempo, ella espiritualiza el evangelio: lo entiende como expresión de una religión interior, que no colisiona con la estructura económica y social de Roma. De esa forma interpreta y aplica el "dar al César lo del César y a Dios lo que es de Dios": acepta el orden económico y social del imperio, como realidad que sólo afectaría a la experiencia externa de la vida; el evangelio vendría a situarse, según eso, en un nivel de fidelidad interna.

b) Juan profeta entiende el mensaje de Jesús de un modo distinto. A su juicio, la estructura de conjunto de Roma constituye una forma de "religión idolátrica": el pan y la carne de su imperio son "idolocitos" manchados, pues han sido ofrecidos a los dioses del poder y la injusticia; por su parte, la fidelidad al orden imperial es un "adulterio", pues se opone al amor gratuito de Cristo. La misma Roma como sistema es contraria a la fidelidad del evangelio. Eso significa que los fieles de la iglesia deben rechazar el orden económico y social de ese sistema, "huyendo al desierto", como hijo la Madre mesiánica (cf. 12, 6.14), para crear de esa forma una alternativa de fidelidad humana y gratuidad, fuera de las estructuras del imperio.


8) ¿No tendrá razón Jezabel, la Prostituta?


Es evidente que hubo conflicto entre Juan profeta y Jezabel profetas. No sabemos cómo ha terminado la disputa. Es posible que los "hijos" (discípulos) de Jezabel hayan terminado siendo gnósticos ¿)montanistas?)… Es muy posible que los hijos de Jezabel terminan triunfando: la iglesia oficial (la de Roma…) habría dado la razón externa a Juan profeta, pero ha cambiado su doctrina, terminando por pactar de algún modo con Roma, como quería Jezabel.

En otras palabras. La Iglesia oficial acabaría diciendo que la doctrina de Juan era la buena, pero aceptando de hecho, quizá hasta hoy, la de Jezabel. De esa forma, el Apocalipsis sería un libro de aviso…. Un libro que la Iglesia de Jezabel (la nuestra) conserva pero no cumple….

De todas formas, ignoramos el verdadero argumento de Jezabel, a quien sólo conocemos por la crítica de Juan, mientras que el Ap ha sido incluido en el canon de la Biblia y de esa forma puede y debe seguir iluminando el camino cristiano.

Esta mujer-profetisa constituye según Juan un riesgo para la iglesia: ella no quiere vivir en el destierro, como la Madre perseguida; piensa que es posible y conveniente un pacto con Roma, de manera que la experiencia de Jesús se convierte en una religión aceptada dentro del imperio. Ella asume de esa forma (según Juan) el orden básico de la Ciudad, sus comidas (que Juan llama idolocitos), sus fidelidades sociales (que Juan llama adulterio), planteando con ello el tema central de lo que sigue, el motivo básico de la mariología y de la historia posterior de la iglesia. Podemos suponer que ella tiene parte de razón (como la tienen casi todas las herejías cristianas). Pero llevada al extremo su postura supondría destruir el evangelio:

_ La iglesia de Jezabel es una iglesia piadosa, hecha de pactos, de tipo gnóstico o sacral, centrada en las "profundidades divinas del alma" (que Juan interpreta, de forma insultante, como "honduras de Satanás": 2, 24). La vida exterior (economía, política) podría así quedar en manos del sistema, es decir, de la autoridad reconocida del imperio; la religión y el amor en cuanto experiencia y camino de salvación serían una realidad básicamente interior, independiente del orden social y las comidas..

_ La Iglesia de Jezabel es una Iglesia de las almas, iglesia que pacta con el mundo sagrado del entorno... para crear unas estructuras de conocimiento y celebración sagrada.... El evangelio es, según eso, independiente del compromiso social y de la historia, de manera que los cristianos podrían ser fieles a Jesús aceptando en un nivel externo la economía y fidelidad social de Roma .


9) Juan profeta, una voz en el desierto… un insulto arriesgado


Pues bien, en contra de eso, Juan profeta defiende una iglesia (y una visión de la mujer) distinta… Por eso opone al orden social y económico de Roma que, a su juicio, está defendiendo Jezabel. Estas son las razones del profeta Juan:

a) El Apocalipsis no quiere que la iglesia se eleve como otro imperio en contra del que existe, en un nivel económico-político, pero piensa que ella debe rechazar el sistema de Roma, pues se funda sobre base de engaño y de muerte: en la prepotencia de los poderosos y la expulsión de los inocentes, en la imposición de los ricos y el engaño de los pretendidos sabios.

b) Juan profeta no defiende un alzamiento militar (como los celotas judíos de la guerra del 67-70 d. de C.), pero tampoco un pacto de interioridad, sino un gesto firme de resistencia social y huída al desierto. Desde ese fondo se entiende su visión y condena de la Prostituta Roma (Ap 17-18).

c) Juan profeta piensa que el camino de Jezabel (del pacto con el Imperio de Roma) termina pervirtiendo a la Iglesia… Pero quizá no se da cuenta de que Jezabel representa la racionalidad política, la sabiduría filosófica… todos los valores de Grecia y Roma.

d) La Iglesia oficial de Roma (la Iglesia del Imperio, la nuestra)… sería de hecho heredera de Jezabel, aunque conserve en la Biblia el libro de Juan Profeta.

Aquí está el tema, aquí los cruces de interpretaciones y contra-interpretaciones. Pienso que es bueno hacer caso al Profeta Juan, pero diciéndole que deje de insultar y que valore tambièn a Jezabel. Más aún, pienso que sin Jezabel nuestra Iglesia no había existido... Porque en las iglesias actuales (las grandes iglesias) hay mucho más de Jezabel que de Juan profeta (para mal... y para algo de bien).

¿Volver a Juan sin glosa? Quizá sí, pero sin cuidado. De los riesgos de un profetismo literal y absolutizado hablaremos otros día.

10) El profeta Juan insulta a la iglesia de Jezabel con el mayor insulto que un hombre experto en Biblia podía elevar en aquel tiempo....

Juan dice que esa iglesia es putí-sima (la encarnación de la Gran P. del AT que es Jezabel...). Quizá tiene razón. Yo estoy contento de tener al Apocalipsis en mi Biblia... Pero me hubiera gustado que en ella se conservara también el libro de "Jezabel", que a lo mejor se llamaba María Magdalena (una María Magdalena en la línea de algunos tratados gnósticos).

Soy un apasionado del apocalipsis... aunque pienso que se deben tomar con humor sus insultos a Jezabel... De todas formas, parece que Juan tuvo que sufrir por lo que decía y pensaba.... (en la isla de Parmos, al sol y al mar más duro), mientras que la llamada Jezabel podía gozar de los privilegios de Roma, comiendo los idolocitos....

(el tema sigue).
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