El Papa anuncia una vigilia ecuménica el 30 de septiembre, ante de la Asamblea General del Sínodo ¿Nuevo dardo de Francisco a Gänswein? "Nos hará bien cultivar la virtud de hacernos a un lado en el momento oportuno"
"Juan pone a sus discípulos sobre las huellas de Jesús. No está interesado en tener seguidores, obtener prestigio y éxito, sino que presenta su testimonio y luego da un paso atrás para que muchos tengan la alegría de encontrar a Jesús"
"Nos hará bien cultivar, como Juan, la virtud del hacernos a un lado en el momento oportuno, testimoniando que el punto de referencia de la vida es Jesús"
"No olvidemos al martizado pueblo ucraniano, que sufre tanto. Quedemos cercanos a ellos con nuestros sentimientos, nuestra ayuda, nuestra oración"
"Una vez cumplida su misión, Juan sabe hacerse a un lado, se retira de la escena para dejar el sitio a Jesús"
"No olvidemos al martizado pueblo ucraniano, que sufre tanto. Quedemos cercanos a ellos con nuestros sentimientos, nuestra ayuda, nuestra oración"
"Una vez cumplida su misión, Juan sabe hacerse a un lado, se retira de la escena para dejar el sitio a Jesús"
"Hermanos, hermanas, probemos a preguntarnos: ¿somos capaces de hacer sitio a los demás? ¿De escucharlos, de dejarlos libres, de no atarlos a nosotros pretendiendo gratitud? ¿Atraemos a los demás hacia Jesús o hacia nosotros mismos?". En su primer Angelus tras las fiestas navideñas, y rodeado de miles de fieles con banderas españolas, pero también de Ucrania y algún que otro SOS por Perú, Francisco reflexionó sobre el testimonio de Juan tras bautizar a Jesús en el Jordán: "Después de mí viene un hombre que me precede, porque existía antes que yo", unas palabras que revelan "el espíritu de servicio" del Bautista, como "enviado a preparar el camino al Mesías", una misión que "hizo sin ahorrar esfuerzos" ni buscar premios.
Y es que, "una vez cumplida su misión, Juan sabe hacerse a un lado, se retira de la escena para dejar el sitio a Jesús", y "escucharlo humildemente". "Ha predicado al pueblo, ha reunido discípulos y los ha formado durante mucho tiempo. Y, sin embargo, no ata a nadie a sí", destacó Francisco, reivindicando el signo de Juan como "el signo del verdadero educador: no atar a las personas a uno mismo".
"Juan pone a sus discípulos sobre las huellas de Jesús. No está interesado en tener seguidores, obtener prestigio y éxito, sino que presenta su testimonio y luego da un paso atrás para que muchos tengan la alegría de encontrar a Jesús", subrayó Bergoglio.
Libertad frente a los apegos
"Con este espíritu de servicio, con su capacidad de dejar sitio, Juan el Bautista nos enseña una cosa importante: la libertad respecto a los apegos", incidió. "Sí, porque es fácil apegarse a roles y posiciones, a la necesidad de ser estimados, reconocidos y premiados", admitió.
"Y esto, aunque es natural, no es algo bueno, porque el servicio implica la gratuidad, el cuidar de los demás sin ventajas para uno mismo, sin segundos fines. Nos hará bien cultivar, como Juan, la virtud del hacernos a un lado en el momento oportuno, testimoniando que el punto de referencia de la vida es Jesús", insistió el Papa, en lo que algunos analistas señalaron como un nuevo 'dardo' al 'secretario infiel', Georg Gänswein.
Predicar, no por afán de protagonismo
Abundó el Papa en ello: "Pensemos en lo importante que es esto para un sacerdote, que está llamado a predicar y celebrar no por afán de protagonismo o por interés, sino para acompañar a los demás hacia Jesús". Lo importante, también, para los padres, "que crían a los hijos con muchos sacrificios y luego deben dejarlos libres de emprender su propio camino en el trabajo, en el matrimonio, en la vida".
"Es hermoso y justo que los padres sigan asegurando su presencia diciendo a los hijos: «no os dejamos solos»; pero con discreción, sin intromisión", apuntó el Papa. "Lo mismo vale para otros ámbitos como la amistad, la vida de pareja, la vida comunitaria. Liberarse de los propios apegos y saber hacerse a un dado cuesta, pero es muy importante: es el paso decisivo para crecer en el espíritu de servicio".
"Hermanos, hermanas, probemos a preguntarnos: ¿somos capaces de hacer sitio a los demás? ¿De escucharlos, de dejarlos libres, de no atarlos a nosotros pretendiendo gratitud? ¿Atraemos a los demás hacia Jesús o hacia nosotros mismos? Y aún más, siguiendo el ejemplo de Juan: ¿sabemos alegrarnos de que las personas emprendan su propio camino y sigan su llamada, incluso si eso implica un poco de desapego respecto a nosotros? ¿Nos alegramos de sus logros, con sinceridad y sin envidia?", finalizó Bergoglio.
Unidad de los cristianos
Tras el rezo del Angelus, y en sus tradicionales saludos, Bergoglio recordó que la próxima semana se celebra la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos, y pidió a todos rezar por "la plena comunión". "Pedimos al Espíritu Santo que nos apoye con sus dones. El camino por la unidad de los cristianos y el camino de conversión sinodal de la Iglesia están ligados".
"El sábado 30 de septiembre tendrá lugar una vigilia ecuménica de oración en la que confiaremos los trabajos de la Asamblea General del Sínodo de los Obispos", anunció Francisco. La oración para los jóvenes estará a cargo de la comunidad de Taizé.
"No olvidemos al martizado pueblo ucraniano, que sufre tanto. Quedemos cercanos a ellos con nuestros sentimientos, nuestra ayuda, nuestra oración", finalizó.
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