Imaginen un hipotético cónclave, a la muerte (o renuncia) de Francisco. Y una fumata blanca. Y al cardenal protodiácono anunciando el famoso 'Habemus Papam'... que ya no será el cardenal Sarah, sustituido ayer por Giuseppe Bertello en una nueva jugada de mano de Bergoglio, que ha descolocado a sus críticos.
Y es que Francisco ha disfrazado esta maniobra en una suerte de 'concesión' a algunos de sus críticos. Así, Sarah, Brandmuller y Burke han sido 'elevados' al rango de cardenales sacerdotes, tal y como ha adelantado Familie Chretienne.
Un título simbólico -hay tres clases de cardenales, obispos, presbíteros y diáconos-, que sin embargo esconde una firme voluntad: la de continuar adelante con las reformas, sin detenerse. Y dejando a los oponentes completamente descolocados. De hecho, ni Sarah, ni Brandmuller ni Burke han criticado la medida, ni se han negado a su 'ascenso'.
Junto a estos tres, el Papa también ha nombrado cardenales sacerdotes a Kurt Koch, Mauro Piacenza, Gianfranco Ravasi, Francesco Monterisi y Angelo Amato. Pero ya nadie verá a Sarah anunciar el nombre del nuevo Papa. Algunos, todavía, especulan que podría ser él el candidato del sector ultraconservador. Pero, para eso, pensamos, aún queda mucho tiempo. Y varias reformas a punto.
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