NO OLVIDARSE DE LA DIMENSIÓN RELIGIOSA
La dimensión religiosa constituye un elemento decisivo y fundamental del ser humano, y olvidarla tiene grandes consecuencias para la sociedad y para el hombre mismo.
Creer en Dios y reconocerlo como el “Totalmente Otro” enlaza con uno de los esfuerzos humanos de mayores consecuencias: la búsqueda de sentido global a la propia existencia, al curso de la historia y al conjunto de la realidad.
Creer en Dios como el único Señor de nuestra vida y la llamada a “amarlo con todo nuestro corazón, con toda nuestra mente, con todo nuestro ser” nos lleva a un equilibrio mental de envergadura: relativizar a las cosas, a las personas y a uno mismo.
Gilbert K. Cherstentom, escritor británico, decía con razón: “lo malo de que los hombres hayan dejado de creer en Dios no es que ya no crean en nada, sino que están dispuestos a creer en todo”.
www.marinaveracruz.net