Canonizacion versus Juicio final
El caso de la canonizacion del papa Juan-Pablo II y supongo de muchos otros a través la historia, en que se descubre comportamientos problematicos, me llevan a preguntar ?Que va pasar con ellos y ellas en el juicio final? Lo del papa Juan Pablo II deja muchos interrogantes.
http://www.redescristianas.net/santificado-demasiado-pronto-informe-del-vaticano-somete-a-juan-pablo-ii-a-un-nuevo-escrutinio-severojason-horowitz/#more-112337
| Oscar Fortin
En los Actos de los apóstoles tenemos la respuesta que no deja duda en cuanto a la persona que tiene ese poder. Se trata de la persona que el Padre resucito dentro de los muertos.
“Hechos 17:31 ^
Por cuanto ha establecido un día, en el cual ha de juzgar al mundo con justicia, por aquel varón al cual determinó; dando fe á todos con haberle levantado de los muertos.
Si lo entiendo bien, el poder del “juicio final” ha sido dado a este “hombre resucitado por el Padre” cuyo nombre es Jesús de Nazaret. No veo por medio de ¿qué poder la Iglesia se substituye a Jesús de Nazaret para enjuiciar, de antemano, a personas, declarándolas santas? El apóstol Pablo no deja ambigüedad en cuanto a la persona a quien el Padre a dado ese poder de enjuiciar a los hombres y mujeres del mundo en el Juicio final.
“Mateo 25:31 ^
Y cuando el Hijo del hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará sobre el trono de su gloria.
“Mateo 25:32 ^
Y serán reunidas delante de él todas las gentes: y los apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos.
Nos damos cuenta que no se dice nada de los santos y santas que fueron ya enjuiciados y enjuiciadas, a través de los siglos, por los apóstoles de la Iglesia católica.
De una manera o otra, hay un problema de interpretación de ¿quien tiene ese poder, dado por el Padre.”
La pregunta es la siguiente: ¿ de quien, la Iglesia tiene ese poder de enjuiciar a personas y declararlas santas antes del juicio final ?
La segunda pregunta es : ¿qué va pasar con ellas, en el juicio final, sabiendo que el Resucitado esta a lo tanto de la vida de cada uno? No deja espacio por la mentira y el engaño?
No me arriesgo a interpelar el carácter financiero y comercial de esos procesos de canonización…
En conclusión, veo de un buen ojo que la Iglesia ponga de relieve las personas, cuya vida es un ejemplo que merece ser compartido con todas las personas de buena voluntad. Sin embargo, pertenecerá a la persona, identificada por el Padre, de declararla santa o no en el “juicio final” presidido por Jesus, resucitado por el Padre.
Oscar Fortín
25 de noviembre 2020