"El perdón de Dios por nuestros pecados no conoce límites" El Jubileo y el don de la indulgencia

"El Año Santo es siempre un"a oportunidad para profundizar en la fe y vivir con un compromiso renovado el testimonio cristiano
"Implica la referencia a la indulgencia que, fundamentalmente, es la expresión del amor misericordioso de Dios ante el hombre pecador"
"Aquel que ha pecado gravemente ha podido experimentar, a pesar del perdón, las heridas que esta falta ha ocasionado en el fondo de su propio corazón"
"El don de la indulgencia es la remisión total ante Dios de estas heridas que, en determinadas circunstancias, se nos otorga por medio de la Iglesia"
"Aquel que ha pecado gravemente ha podido experimentar, a pesar del perdón, las heridas que esta falta ha ocasionado en el fondo de su propio corazón"
"El don de la indulgencia es la remisión total ante Dios de estas heridas que, en determinadas circunstancias, se nos otorga por medio de la Iglesia"
Estimadas y estimados. Con los Años Santos o Jubilares, la Iglesia católica ha dado al jubileo hebreo un significado más espiritual. Este consiste en un perdón general, una indulgencia abierta a todos, y en la posibilidad de renovar la relación con Dios y con los demás. De este modo, el Año Santo es siempre una oportunidad para profundizar en la fe y vivir con un compromiso renovado el testimonio cristiano.
El Año Santo implica la referencia a la indulgencia. Fundamentalmente, la indulgencia es la expresión del amor misericordioso de Dios ante el hombre pecador. El perdón de Dios por nuestros pecados no conoce límites. Dios está siempre dispuesto a perdonar y nunca se cansa de ofrecerlo de manera siempre nueva e inesperada. Sin embargo, nosotros continuamos viviendo la experiencia del pecado. Sabemos que Dios nos llama a la perfección, como afirma Jesús mismo en el Sermón de la Montaña (Mt 5,48), pero sentimos fuertemente el peso del pecado. A pesar del perdón, afirma el papa Francisco, «llevamos en nuestra vida las contradicciones que son consecuencia de nuestros pecados. En el sacramento de la reconciliación, Dios perdona los pecados, que realmente quedan cancelados; y, aun así, la impronta negativa que los pecados tienen en nuestros comportamientos y en nuestros pensamientos permanece» (Misericordiae Vultus, 22).

Sobre todo, aquel que ha pecado gravemente ha podido experimentar, a pesar del perdón, las heridas que esta falta ha ocasionado en el fondo de su propio corazón. Se trata de una herida que cuesta cicatrizar y que, a veces, nos vuelve a inclinar al mal. El don de la indulgencia es la remisión total ante Dios de estas heridas que, en determinadas circunstancias, se nos otorga por medio de la Iglesia. «No sin razón, en la antigüedad, el término “misericordia” era intercambiable con el de “indulgencia”, precisamente porque pretende expresar la plenitud del perdón de Dios que no conoce límites» (Spes non confundit, 23). La misericordia equivale a indulto y, como afirma el papa, «se transforma en indulgencia del Padre que a través de la Esposa de Cristo alcanza al pecador perdonado y lo libera de todo residuo, consecuencia del pecado, habilitándolo a obrar con caridad, a crecer en el amor más bien que a recaer en el pecado» (Misericordiae Vultus, 22). Al final, como afirmaba san Pablo VI, «Cristo es nuestra indulgencia» (Apostolorum limina, 2). Con todo, esto no quita que tengamos que continuar luchando contra la concupiscencia del pecado que, a pesar de no ser pecado, proviene del pecado y nos inclina hacia él.
Con la indulgencia, el cristiano constata con certeza la infinita misericordia de Dios con aquel indulto de toda pena ante los pecados cometidos y ya confesados. Con motivo del Año Santo, se puede recibir el don de la indulgencia haciendo un peregrinaje a una Iglesia Jubilar. También, llevando a cabo obras de misericordia y de penitencia, con la debida confesión sacramental de los propios pecados.

Etiquetas