Crónicas desde la JMJ (III) UCM: Unión de los católicos del mundo
(Javier Garrido).- Quizás penséis que el título es retórico con lo que estoy viviendo estos días, pero no quiero que sea hasta el final cuando desvele el verdadero sentido del por qué de este título decidido justo antes de acostarme.
Las maletas no han llegado y todo sigue igual. Os pido disculpas por el artículo de ayer, pues como hoy no tengo más remedio que escribirlo dictándole a mi tablet ya que el teclado que traía estaba en la maleta. Pero mi cita con vosotros cada noche me está sirviendo mucho y no puedo faltar a ella. Hoy intentaré que el cansancio no me juegue una mala pasada como ayer.
Partíamos a las 9 hacia Czestochowa pues hoy era el encuentro de todos los españoles allí. En el autobús ya iba pensando qué podía contaros hoy y abriendo un poco los ojos algo me llamó la atención: muchos de nosotros íbamos dormidos y envueltos en nuestras banderas. Me ha gustado pensar en la sencilla metáfora que la escena suscitaba: necesitamos del calor y de la protección de nuestra tierra, más aún cuando vivimos momentos difíciles. Recé entonces por nuestro país hoy además en el día de su patrón. Es lo que la escena me llamaba a hacer.
Quiero contaros que era la segunda vez que visitaba el monasterio de Jasna Gora. En abril tuve la suerte de, con más tranquilidad, visitar por primera vez este lugar santo y tan importante para los polacos. Volver a cualquier sitio siempre es emocionante, y a mí sinceramente la Virgen Negra me conquistó y estaba ansioso por volverla a ver.
Pero al bajarme del autobús la realidad me dio una bofetada en la cara haciéndome recapacitar y darme cuenta de que hoy no sería lo mismo que aquel día de abril, hoy volvía a Czestochowa por otro motivo y con otra misión: poner en manos de la Virgen esta peregrinación junto con el resto de jóvenes de todo el mundo.
Y así fue, pues tan solo tuvimos un mísero minuto de poder contemplar este magnífico icono ya que había miles de personas detrás mía que esperaban para hacerlo.
La lluvia de banderas era ya abrumadora, y un auténtico ambiente de Jornada Mundial de la Juventud se empieza a vivir en esta pequeña ciudad. Jóvenes de todo el mundo, pero sí, en su mayoría españoles habíamos coincidido el día previo al inicio de esta JMJ en este símbolo nacional polaco. Muchas eran las actividades y reacciones que cada grupo tenía y muchas eran las maneras evangelizar en ese momento: algunos cantaban, otros hasta bailaban, pero entre tanto bullicio había un grupo que estaba rezando el rosario a la entrada de la capilla de la Virgen. Era mucho el ruido pero ese grupo me cautivó. Lo único que querían era rezar, y benditas las intenciones por las que cada ave maría de ese rosario iban.
Entre bocadillos y agua con gas llegó por fin la hora de la Eucaristía dándonos la oportunidad de encontrarnos con un montón de amigos que durante estos días va a ser mucho más difícil poder ver.
Me gustaría compartir con vosotros tres palabras de la homilía que me han llegado al corazón. Las resumo en una frase: el peregrinar purifica el alma, pues la comodidad no es el camino de un cristiano, y encontrarnos con las dificultades de una peregrinación nos ayuda estar preparado para la vida. Y nunca debemos olvidar a la que fue la mayor peregrina de la historia, nunca debemos olvidar a María.
Cuando acabamos la Eucaristía nos fuimos rápido hacia el autobús pues teníamos que llegar a Cracovia por fin. Es en este trayecto cuándo he vivido el momento más emocionante del día: un grupo de peregrinos ha parado el tráfico porque estaban bailando. Parece que no es algo fuera de lo normal estos días, pero quizás sí lo es cuando te das cuenta de que todos llevan un chaleco igual en el que detrás estaba escrito en mayúsculas Líbano. Sí, Líbano. Estaban cantando, brincando, bailando... en fin tremendamente felices. Creerme que la maleta no significa nada en ese momento.
No quiero alargarme mucho más, porque además os prometí explicaros el verdadero sentido del título del artículo de hoy. Mirad, ya estoy en Cracovia y nuestro grupo se aloja en familias polacas. Mi familia es un encanto y no he podido sentirme mejor acogido en esta noche. Tras prepararnos un té, buscarnos aguas sin gas, y servirnos una cena espectacular aún sabiendo que ya habíamos cenado, el padre de la familia nos ha sacado unas cervezas porque quería pasar un rato con nosotros. Está en paro desde hace un mes y mañana tiene una entrevista de trabajo con el Banco Santander. Hemos hablado de muchas cosas y por supuesto el Euro y la Unión Europea no podían quedarse atrás. Me ha dicho que los jóvenes tenemos que luchar por Europa, pero me ha pedido que los jóvenes católicos tenemos que ir más allá, y que si conseguimos hacer estos días una Unión de Católicos del Mundo (UCM). Europa entera nos llamaría para copiar nuestro modelo.
Pues Jack, reto aceptado, y como bien orgulloso has dicho esta noche Cracovia será la Roma del mundo durante unos días.
Rezad por nosotros los jóvenes para que no solo nos quedemos en la fiesta y la fuerza de estos días sino que seamos capaces de crear y transmitir esta unión que tanta falta hace.
Ahora sí que sí, comienza la aventura.
Rezo por vosotros.
Francisco Javier Garrido Hernández, peregrino de Cracovia 2016 @MJS_es