Inenarrable éxito de Marciano Vidal en Sevilla.
Un amable lector me comunica la multitudinaria manifestación de apoyo al moralista censurado Marciano Vidal. El Centro de Estudios Teológicos que Sevilla, no sabemos si con conocimiento o no del cardenal llevó a tan eximio sacerdote a dar una conferencia en la capital andaluza. Y todo lo que se cuente es poco.
Don Carlos Amigo escuchó extasiado la conferencia y al término de la misma declaró que de haber sabido bien quien era este Marciano lo habría propuesto para Papa en el último cónclave y probablemente
él sería el Sumo Pontífice y no Benedicto XVI. Un grupo muy numeroso de monjas, todas con faldas tableadas, pelo crespo y corto, con apariencia de sucio, y la más joven de ellas ya con los setenta cumplidos, gritaban con entusiasmo al concluir la brillantísima conferencia: Marciano, capullo, queremos un hijo tuyo.
Prácticamente todo el clero de Sevilla asistió a acontecimiento tan señalado. Y la mayoría estalló al fin en un aplauso que duró media hora. Los gritos se dividieron. Unos decían: Más condones y menos oraciones. Y otros gritaban: Fuera Rouco y Atilano, queremos a Marciano. Lo de Atilano no se entendía mucho. Debió ser por la rima. Y hay quien dice que hasta vio a Don Carlos Amigo coreando lo de Atilano. Pero no hay constancia fehaciente. Al día siguiente fueron muchos los sacerdotes de Sevilla que no pudieron decir misa. La afonía no se lo permitió.
Y que decir de los seglares. Muchos más que los que acudieron a recibir al Sevilla por su triunfo en la UEFA. Porque allí estaban también los del Betis. La salida de la Macarena de su basílica una reunión de cuatro amigos comparado con lo que reunió el Marciano. Hubo que llamar refuerzos policiales de todas las provincias andaluzas y aun así se las vieron y desearon para impedir que aquella masa entusiasmada dejara en cueros al conferenciante. Todos querían arrancarle un trozo de su elegante traje para conservarlo como una reliquia. Y una mujer incluso intentó arrancarle un dedo de un mordisco para conservarlo como la más preciada de las reliquias.
Ni que decir tiene que allí estaban Lois, Miret, Tamayo, Masiá, González Faus y demás miembros de la Juan XXIII entusiasmados con el triunfo de su amigo. El superior general de los redentoristas envió desde Roma el siguiente telegrama: Presentada renuncia irrevocable cargo. Stop. Marciano nuevo general de los Redentoristas. Stop. Que el alemán se jorobe.Stop.
Ya había decidido suspender definitivamente este blog cuando me desperté. Bañado en sudor y hasta con fiebre. Entonces leí lo que mi amable amigo me comunicaba. Once personas asistieron a la conferencia. ONCE. Como la organización nacional de ciegos. Vaya éxito. Vaya bluf. Vaya dinosaurio. Creo que tendré que modificar lo de especie en vías de extinción. Ya está extinguida. Once personas en Sevilla. Voy yo y viene más gente a oirme.
Enhorabuena Centro de Estudios Teológicos. Enhorabuena Marciano. Y ya sin bromas, enhorabuena Iglesia de España. Los peores tiempos ya se han ido.
Don Carlos Amigo escuchó extasiado la conferencia y al término de la misma declaró que de haber sabido bien quien era este Marciano lo habría propuesto para Papa en el último cónclave y probablemente
él sería el Sumo Pontífice y no Benedicto XVI. Un grupo muy numeroso de monjas, todas con faldas tableadas, pelo crespo y corto, con apariencia de sucio, y la más joven de ellas ya con los setenta cumplidos, gritaban con entusiasmo al concluir la brillantísima conferencia: Marciano, capullo, queremos un hijo tuyo.
Prácticamente todo el clero de Sevilla asistió a acontecimiento tan señalado. Y la mayoría estalló al fin en un aplauso que duró media hora. Los gritos se dividieron. Unos decían: Más condones y menos oraciones. Y otros gritaban: Fuera Rouco y Atilano, queremos a Marciano. Lo de Atilano no se entendía mucho. Debió ser por la rima. Y hay quien dice que hasta vio a Don Carlos Amigo coreando lo de Atilano. Pero no hay constancia fehaciente. Al día siguiente fueron muchos los sacerdotes de Sevilla que no pudieron decir misa. La afonía no se lo permitió.
Y que decir de los seglares. Muchos más que los que acudieron a recibir al Sevilla por su triunfo en la UEFA. Porque allí estaban también los del Betis. La salida de la Macarena de su basílica una reunión de cuatro amigos comparado con lo que reunió el Marciano. Hubo que llamar refuerzos policiales de todas las provincias andaluzas y aun así se las vieron y desearon para impedir que aquella masa entusiasmada dejara en cueros al conferenciante. Todos querían arrancarle un trozo de su elegante traje para conservarlo como una reliquia. Y una mujer incluso intentó arrancarle un dedo de un mordisco para conservarlo como la más preciada de las reliquias.
Ni que decir tiene que allí estaban Lois, Miret, Tamayo, Masiá, González Faus y demás miembros de la Juan XXIII entusiasmados con el triunfo de su amigo. El superior general de los redentoristas envió desde Roma el siguiente telegrama: Presentada renuncia irrevocable cargo. Stop. Marciano nuevo general de los Redentoristas. Stop. Que el alemán se jorobe.Stop.
Ya había decidido suspender definitivamente este blog cuando me desperté. Bañado en sudor y hasta con fiebre. Entonces leí lo que mi amable amigo me comunicaba. Once personas asistieron a la conferencia. ONCE. Como la organización nacional de ciegos. Vaya éxito. Vaya bluf. Vaya dinosaurio. Creo que tendré que modificar lo de especie en vías de extinción. Ya está extinguida. Once personas en Sevilla. Voy yo y viene más gente a oirme.
Enhorabuena Centro de Estudios Teológicos. Enhorabuena Marciano. Y ya sin bromas, enhorabuena Iglesia de España. Los peores tiempos ya se han ido.