Controladores aéreos, un toque de alarma

No sé si ha sido huelga o qué. Ciertamente fue un atentado grave contra el bien común pues provocó la intervención directa del Presidente del Gobierno. Sin entrar en los motivos que puedan tener los controladotes aéreos par actuar así, la que han armado, aunque razonablemente las autoridades gubernamentales tomen las medidas que crean oportunas, es una seria llamada de atención sobre los valores éticos en que se inspira el ejercicio de nuestra libertad democrática.

El gesto de los controladores aéreos resulta más extraño y falto de responsabilidad en la crisis económica que estamos sufriendo. Da la impresión de que ellos mismos pueden estar actuando, tal vez inconscientemente, con la ideología y lógica que ha desencadenado el desastre: la fiebre posesiva y la ley del más fuerte. Seguramente los cinco millones de parados son más en número que todos los controladotes en los aeropuertos españoles; pero no tienen el poder que tienen éstos y del cual pueden hacer uso no para servir al bien común, sino para buscar individualistamente mayor seguridad.

En realidad no deberíamos escandalizarnos de que codicia también infecte a un colectivo social, cuando esa enfermedad es inspiración y móvil del sistema que se ha impuesto irreverentemente a pesar de los buenos sentimientos y los profundos deseos que respiran muchas personas. En el funcionamiento actual de la economía el interés primario no es cubrir las necesidades básicas de las personas, sino la mayor producción y el máximo provecho invididualista.

Con esta ideología no es posible construir una democracia donde el ejercicio responsable de las libertades individuales y de colectivos se mueva dentro y al servicio del bien común. Desde hace unos años entre los pensadores más lúcidos de nuestra sociedad se ha despertado la urgente necesidad de un debate ético. Si no clarificamos bien la jerarquía de valores con que estamos funcionando, el individualismo feroz nos irá carcomiendo y nuestro proyecto democrático quedará siempre a medio camino.
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