Las muestras de cariño hacia Xabier Gómez se hicieron visibles en Sant Feliu de Llobregat "Leeré de pie y cerca del pueblo": la ordenación de un obispo cercano, en detalle
Este pasado sábado, en la catedral de Sant Llorenç, tuvo lugar la ordenación y toma de posesión de Xabier Gómez, que llegó acompañado de una numerosa comitiva de obispos, abades y sacerdotes
La larga hilera de eclesiásticos en el centro de la ciudad despertó expectación; santfeliuenses de todas las edades fotografiaban la que, para algunos, era una inesperada escena
La homilía de ordenación del nuevo obispo, cuyo lema es "Humilitas" y sus símbolos un báculo diseñado por Cáritas y una cruz de madera, fue pronunciada por el arzobispo-cardenal de Barcelona, Joan Josep Omella
Gómez quiso leer desde el ambón de la catedral, "cerca del pueblo". Desde allí agradeció en catalán, euskera y castellano al numeroso grupo de personas, entre familia, amigos y eclesiásticos, que le acompañaban
La homilía de ordenación del nuevo obispo, cuyo lema es "Humilitas" y sus símbolos un báculo diseñado por Cáritas y una cruz de madera, fue pronunciada por el arzobispo-cardenal de Barcelona, Joan Josep Omella
Gómez quiso leer desde el ambón de la catedral, "cerca del pueblo". Desde allí agradeció en catalán, euskera y castellano al numeroso grupo de personas, entre familia, amigos y eclesiásticos, que le acompañaban
| Xavier Pete Vega
(FLAMA).- Este pasado sábado, varios miembros de Cáritas de Sant Feliu de Llobregat hablaban ante la catedral de Sant Llorenç antes de que se iniciara la ordenación y toma de posesión de Xabier Gómez. Lo hacían acompañados del vicario general Josep Maria Domingo, que recordaba cómo el nuevo obispo de este territorio había pasado los días previos a su consagración junto a sus familiares, "sin perder atención a todos los detalles previos de la ceremonia". Con este control de la situación aparecía el nuevo prelado, mientras las campanas del templo tocaban las once, acompañado de una numerosa comitiva de obispos, abades y sacerdotes que recorrían los 250 que separan la Casa de las Personas Mayores de la catedral de San Lorenzo.
"Hoy inicias una nueva misión en esta bella porción de tierra catalana, bañada por el río Llobregat, por las bellas playas del Garraf y por los buenos cavas y vinos del Penedès". Así era como empezaba el arzobispo-cardenal de Barcelona, Joan Josep Omella, la homilía de una ceremonia que, posteriormente, ponía su punto final con una comida en el Colegio Bon Salvador de esta población, en la que cada comensal era obsequiado con una botella de este suculento líquido del Penedès. En su llegada a la plaza de la Vila, donde se encuentra la catedral de San Lorenzo, Xabier Gómez saludaba a vecinos, paseantes y grupos de diversas edades que contemplaban la situación mientras tomaban café y pastas en algunas de las terrazas, a plena luz del día.
Una imagen atípica llenaba esta parte de la ciudad, la más céntrica, de una larga hilera de eclesiásticos. La expectación, en este sentido, fue alimentándose en pocos segundos por la atención que mostraban santfeliuenses de todas las edades, que fotografiaban la que, para algunos, era una inesperada escena.
La primera ordenación episcopal en este templo parroquial, sede de la diócesis sanfeliuense, representaba el primer punto final que ponía, también, un obispo. Era Agustí Cortés, que volverá a su tierra —Valencia— en un futuro no muy lejano. Y desde Valencia también hacían acto de presencia otros religiosos de la orden de los Predicadores, como el joven Alejandro Pérez, que conoce a Gómez desde que hace dos años fue designado como director del prenoviciado de esta comunidad religiosa. También lo hacía Sor Maria Rosario, que acompañaba a una decena de madres dominicas del Monasterio de San Domingo de Guzmán de San Cugat del Vallés. “He disfrutado mucho, sobre todo al ver el lema episcopal [Humilitas]”, decía.
Mientras el báculo del nuevo obispo fue diseñado por Cáritas, el dominico también manifestó, durante su primera alocución a la feligresía, su deseo de lucir una cruz pectoral que recibió como regalo por parte de la diócesis de San Cristóbal de la Laguna, en Tenerife, una de las que más de cerca ha vivido el drama de las migraciones a través del mar. "Está hecha con la madera que se utilizó tiempo atrás para construir un cayuco", afirmaba desde el ambón de la catedral, y no desde la cátedra, como estaba previsto. “Leeré desde allí, de pie, y cerca del pueblo”, afirmaba Xabier Gómez a los obispos concelebrantes.
Gómez hacía un discurso en el que utilizaba el catalán, el castellano y el euskera; éste último por referirse a sus familiares más cercanos, que ocupaban los primeros bancos de una catedral que se quedó pequeña para una ocasión única como la de este sábado. “Yo le he dicho, irónicamente, que si llega a hablar el gallego ya habría utilizado todas las lenguas del país”, reconocía al término de la ceremonia el obispo de Holguín y presidente de la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba, Emilio Aranguren, que visitaba Cataluña por primera vez. “Le conocí hace muchos años, en Azkoitia, cuando todavía era un joven seminarista”, explicaba el cubano.
“Gracias de todo corazón a mis padres, hermanos y hermanas, suegros, primos, tías, primos y queridos amigos por venir de Bilbao, Azkoitia, Donostia, Alberite, los Realejos, Tertanga y Escoriatza”, pronunciaba Gómez, repasando una larga lista de nombres propios, colectivos e instituciones a los que dirigía su agradecimiento. Manolo Gómez y Maite García, situados a poca distancia del consejero de Justicia y Calidad Democrática de la Generalitat, Ramon Espadaler, mostraron caras de satisfacción y emoción durante las tres horas de fiesta.