El Evangelio del día

“Seis días antes de pascua dieron a Jesús una cena en Betania. María tomó una libra de perfume, le ungió a Jesús los pies y se los enjugó con su pelo. Judas dijo: ¿por qué no se ha vendido este perfume para atender a los pobres? “.

       1.Tenemos aquí una catequesis bien singular. Hay dos intereses. Uno el de María: expresar el amor gratuito empleando los propios recursos para manifestar su delicada generosidad y hacer agradable la vida del otro. Muy distinto es el interés de Judas: engrosar el caudal de la bolsa poniendo como excusa su atención a los pobres. Un interés humanista que pone como centro y fin la dignidad de la persona humana, y otro interés economicista capaz de utilizar irreverentemente al indefenso para ganar más dinero.

       2.Leyendo los evangelios, vemos que esta fue la alternativa que planteó Jesús: o amar a Dios en los seres humanos que son su imagen como hizo el buen samaritano , o amar al dinero acaparando para sí como aquel rico insensato que llena a rebosar sus graneros y se echa a dormir tranquilo e insensible a la necesidad que pasan sus vecinos. Como buen samaritano, Jesús de Nazaret, movido a compasión, salió continuamente de su tierra segura, se puso al lado de los excluidos; así proclamó la dignidad de toda persona y señaló el camino para la verdadera realización humana : el que gaste su vida para que todos vivan con dignidad, “la gana”, se realiza; pero el que se la guarda egoistamente “la pierde”, no se realiza como persona. Un nuevo humanismo que no toleraron las autoridades religiosas judías que cifraban su seguridad en ritos y cumplimientos de le religión encubridores de su ambición económica. Su fiebre posesiva pretendió ahogar al humanismo verdadero, eliminando al portado de ese Evangelio.

      3.El corona-virus pone en cuestión a una sociedad que, lanzada en un ciego economicismo, está sufriendo el deterioro en las personas y en las relaciones humanas. En nuestra vida social estamos viendo que las personsa son valoradas solo por su utilidad o rentabilidad económica; la compasión, la gratuidad y la solidaridad nada cuentan; las personas son manipuladas como trapos. Lo que cuenta es sacar el máximo beneficio económico a costa de quien sea y de lo que sea. Una sociedad deshumanizada por la lógica de la comercialización cada vez más insoportable.

Contra este economicismo inhumano, capaz todavía de montar engaños y estafas aprovechándose de esta situación crítica, se levanta en esta misma crisis el verdadero humanismo que es lo más original y auténtico de las personas. 

Vemos con esperanza cómo brota con fuerza este reclamo de más humanidad en el personal sanitario, en las fuerzas de seguridad del Estado, en trabajadores de supermercados, del mar o de transportes que siguen adelante incluso arriesgando su propia seguridad para que los otros puedan vivir

El mismo reclamo que vemos en los hijos pendientes de sus padres ancianos y en el dolor que sentimos viendo sufrir a las personas. En ese reclamo son elocuentes los aplausos que salen de ventanas y balcones, mostrando gratitud a tanta gratuidad.

Esta desgraciada situación que estamossufriendo traerá dura crisis económica. Para procesarla  ¿seremos capaces de abandonar la lógica de la comercialización para crecer en más humanidad?. La respuesta es libre pues hemos sido puestos en manos de nuestra propia decisión.