-Luigino Bruni y Alessandra Smerilli, en Ciudad Nueva Bendita economía
Nosotros, en compañía de estos grandes hombres y mujeres del pasado estamos llamados a hacer algo parecido en nuestro tiempo difícil, a ver de modo distinto las cosas de todos. Para los ratones, los murciélagos son ángeles
Benito de Nursia y Francisco de Asís en la historia de la economía de Europa
Bendita economía, de Ciudad Nueva
Bendita economía, de Ciudad Nueva
Por no más de una docena de euros, la editorial “Ciudad Nueva –CN- está presta a servirnos el libro que lleva el título de “Bendita Economía -, con el clarificador subtítulo de “Benito de Nursia y Francisco de Asís en la historia de la economía de Europa”, cuya lectura recomiendo con la seguridad de que serán muchos los que disfruten de haber elegido este penúltimo título de su catálogo.”Ciudad Nueva” está al corriente de cuanto acontece, y precisan ser informados los “ciudadanos del mundo”, para encarnarlo en el acervo de su formación-información integral e integradora tanto personal como colectivamente y más en el marco de lo religioso y cristiano.
El tema es de perentoria actualidad. Se necesita mirar, estudiar y comprometerse con la economía de modo distinto al que en cristiano se ha hecho hasta ahora. Los autores del libro -Luigino Bruni y Alessandra Smerilli, expertos y doctores en la materia, firmantes de la “Bendita Economía”, relatan en su “presentación” que Genovesi y los economistas civiles fueron capaces de ver en las grandes transformaciones de su tiempo el inicio de un mundo mejor, como supieron hacer antes que ellos Agustín, Benito, Francisco, que vivieron en épocas de grandes crisis… Nosotros, en compañía de estos grandes hombres y mujeres del pasado estamos llamados a hacer algo parecido en nuestro tiempo difícil, a ver de modo distinto las cosas de todos. Para los ratones, los murciélagos son ángeles”.
Las 142 páginas que componen el libro están distribuidas en los siguientes capítulos, cuya solo relato abre de par en par las puertas al interés que en tantas personas, instituciones y colectividades, suscita un tema de actualidad, diríase que humana y divina a la vez, y no solo por lo del carisma, que se encuentra en el primero de los capítulos. “Benito y el papel del monacato para la economía y la civilización”, es reclamo del capítulo dos. En el capítulo tres,”Francisco y la escuela franciscana”, destacan los apartados referentes a “los bancos populares en Europa, los Montes de Piedad” y “Pobreza y subsidiaridad”. “Los carismas. la economía y los desafíos” aportan cultura, cristiandad y santo evangelio al capítulo cuarto, con cita expresa para las patologías de la reciprocidad en las experiencias carisma, como las de un simple producto, el miedo utópico, la patología paternalista y la enfermedad del desencanto. “Por una sociedad de la gratuidad” es conclusión tan carismática como real y realista.
En la página 103 resaltan los autores el dato de que “en los estatutos del Monte de Piedad de Perugia, que serviría de modelo para todos los demás de la Umbría italiana, se afirmaba y reafirmaba la “voluntad de ayudar a las pobres personas en sus mayores necesidades”. “Mientras haya un pobre en una ciudad, esta no puede ser ni considerarse fraterna”.