María Lucía Caram Padilla (Tucumán, Argentina, 21 de octubre de 1966) es una monja argentina, cocinera, escritora y locutora, que reside en España.

La quinta de siete hermanos, en una familia de ascendencia libanesa.Fue educada en un colegio religioso.

Durante la dictadura que afectó a Argentina desde 1976 a 1983, su provincia, Tucumán, fue duramente castigada por la represión militar, y según ella ha declarado «fue ahí (donde) me encontré con el sufrimiento de la gente y con la pregunta de por qué la violencia. Esa fue la primera semilla de mi vocación».

Aprovechando su paso por Vitoria-Gasteiz invitada por el Programa Berakah para participar en su formación de voluntarios le hice la siguiente entrevista.

Entrevista íntegra en el video

Pregunta.- Que crea en Dios lo doy por hecho pero puedes decir que tienes experiencia de Dios? ¿Has tenido alguna experiencia personal que te confirme a ti que hay un Dios? Cómo es o ha sido esa experiencia de Dios. 

Respuesta.- No ha bajado nadie ni he visto nada especial. Vengo de una familia cristiana, donde cada día se compartía la fe, el pan nuestro de cada día. Pero llega un momento en el que te das cuenta que la fe de tus padres no es tu fe. Porque ellos no creen por tí. Y la fe de la Iglesia no es tu fe, porque la Iglesia no cree por tí. Ellos te han acompañado en el camino, y has conocido a Jesús. Y en el conocimiento del evangelio es donde un día llega el momento en el haces la opción por Él, por el Evangelio, por esa Buena Nueva. Cuando yo decido ir al convento estábamos viviendo una situación de dictadura en Argentina. Las familias estaban divididas, los obispos bendecían a los que llevaban las armas y por otro lado los matados, los terroristas, pero que eran gente vinculadas a los movimientos cristianos, que trabajaban con los pobres y por lo tanto molestaban al sistema. Entonces descubres una iglesia que también es muy comprometida. Entonces dices en casa “me voy porque quiero cambiar el mundo”. Y Les dije a mis padres: “quiero vivir expropiada para utilidad pública”, realmente no tenía ni idea de lo que estaba diciendo yo con esa frase. Pero era la convicción que me llevaba a dar el paso. Después con el silencio y la reflexión y una noche muy oscura fui entendiendo esas palabras.  Poco a poco me fui encontrando con el Jesús de los pobres, el de las bienaventuranzas, y fui entendiendo que Jesús es uno de los nuestros, que el único camino que lleva al cielo es el de la tierra, … mi experiencia de Dios no ha sido de grandes luces sino más bien de grandes sombras, dificultades. 

P.- Confieso que comparto muchos de los postulados que tu defiendes, y uno es precisamente la visión que tenemos de San José y de la llamada Sagrada Familia. A mi me abrió mucho los ojos el texto del Papa Francisco en el Año de San José (2022) cuando se refirió a la Castidad de San José en un capítulo que hablaba de cómo San José pasaba a segundo plano para dar todo el protagonismo a María y al Niño, es decir la castidad relacionada con la entrega absoluta, con la disposición y el servicio absoluto al otro y no con nada que tenga que ver con las relaciones carnales. Por otro lado pienso que si ponemos a la Sagrada Familia como modelo de familia esta no puede ser bajo esa concepción piadosa de un matrimonio que tiene un hijo por obra del Espíritu Santo y fin de la historia. A mi me resulta más fácil creer en un San José que hace temblar las canillas a María, que la abraza, la besa y le hace sentir mariposas en el estómago y por supuesto que se unen en un puro y casto amor de entrega mutua. A mi pensar en María y San José como una pareja como Dios manda no me escandaliza, al contrario más bien. ¿Compartes esta visión? 

R.- Yo me referí a este tema en una entrevista con Risto Mejide que llegó a escandalizar, pero a los que se escandalizan por muchas cosas, se escandalizan por las bendiciones de Fiducia Supplicans.  Cada Navidad lo que celebramos es la encarnación de un Dios que se hace uno de los nuestros, no de otro planeta. El nace en el seno de una familia normal, fruto del amor y de una relación bendecida y querida. Su madre le enseña a Dios y el acaba haciendo una opción, sí de vida célibe para dedicarse, y cien por cien, para las cosas del Padre y para nosotros. Nos escandaliza ver a un Dios tan humano. A Jesús lo matan porque dice que hay que amar hasta el extremo. No hemos acabado de entender que Jesús no viene a instaurar una nueva religión sino a promover un nuevo orden social. No seremos plenamente felices mientras todos no sean felices. Hemos desvirtuado tanto el mensaje. La única religión válida es la religión del amor que se hace servicio. Yo con los pobres aprendí a leer el Evangelio, y son ellos los que me han hecho relativizar muchas cosas y descubrir otros tipos de pobrezas. En estos momentos estoy muy comprometida con la situación de la guerra en Ucrania, la falta de paz, ahí estoy descubriendo a un Jesús vulnerable. 

P.- Creo que llevamos siglos "engañando" a la gente cuando rezamos el Credo y decimos “Creo en Dios Padre TODOPODEROSO”. Me explico: Caí en la cuenta de este tema cuando tuve la oportunidad de entrevistar a personas que habían vivido experiencias en campos de concentración. Recuerdo a Halina, una de las dos ultimas personas supervivientes del Gueto de Varsovia que perdió la fe durante su experiencia en el Holocausto; pero sobre todo la de otra mujer española víctima de los campos de concentración tras exiliarse durante la Guerra Civil, ella se preguntaba cómo Dios, siendo todopoderoso podía permitir todo esto. Y como ellas otras personas acusan a Dios de ser responsable de las guerras, las pandemias, las enfermedades, los accidentes, …y Dios no es el responsable de todo eso, porque Dios no es todo Poderoso, es todo AMOR y Misericordia, y en Dios todo es posible, que es diferente. Pero Dios tuvo que pedir permiso para hacerse hombre y tiene que aceptar nuestra voluntad para hacerse presente en nuestras vidas. ¿habría que cambiar el Credo y donde pone Todopoderoso poner todo amor y misericordia por ejemplo?

R.- A mi me gusta decir que Dios es todo amor y misericordia. En las situaciones límites la gente se pregunta “¿Dónde está Dios?”. En Ucrania estoy viviendo muchas situaciones que pueden darnos luz. Por ejemplo, la de una mujer que cada día va a la tumba de su hijo para pedirle a Dios que siga cuidando de su hijo, es decir  ella no se pone en el centro del dolor, de la injusticia, lo primero sigue siendo su hijo. Otro caso es el de un médico. Me relató que él había atendido a un muchacho en quirófano para sacarle del corazón una bala expansiva. Él no es creyente. Al salir del quirófano se encontró con una imagen en la que aparece un médico operando y Jesús a su lado. Me confesó que nunca antes había visto ese cuadro. Este médico me confesó que él sintió durante esa delicadísima operación que “Alguien” había dirigido sus manos durante la intervención. Notó una presencia que le ayudó. Dios se manifiesta en medio de la oscuridad, del sinsentido, … Es cierto que en estas situaciones mucha gente se desespera y pierde la fe, pero también mucha otra cuando toca fondo , cuando todo ha fallado, levanta los ojos. Soy más creyente desde que estoy tocando el dolor de la gente. Voy a Ucrania por egoísmo (sonríe) para alimentar mi fe. 

P.- Hace poco me pronuncié respecto del tema de la bendición de parejas homosexuales o de uniones que no reúnen los requisitos para ser tomadas por matrimonio. Básicamente mi tesis es que donde hay AMOR hay bendición, que el único requisito para la bendición es que entre esas personas haya AMOR. ¿Qué opinas? 

R.- Jordi Évole me hizo una entrevista cuando vino el papa Benedicto XVI al encuentro de las familias, y me preguntaba eso, qué haría Jesús ante una pareja en situación irregular y yo le dije “Jesús siempre bendecía”. Bendecir es decir bien del otro. Pero nos hemos acostumbrado a maldecir. Jesús bendecía. La verdad es que uno se pregunta cómo es posible la que se ha montado porque se nos diga que tenemos que bendecir. ¿Quién soy yo para juzgar? Yo tengo la suerte de moverme en los márgenes, en ambientes poco clericales, yo antes no iba a dar charlas a las parroquias, durante cinco años me moví por las peñas de los bares de los pueblos. Tenemos que recuperar el lenguaje de la gente para poder darles respuestas que entiendan. No dar respuestas a lo que no se nos pregunta ni soluciones a problemas que la gente no ni tiene ni se los plantea. Tenemos que aprender a estar disponibles, desde el Evangelio, que es la fuente. De San Agustín hemos aprendido que es mejor arder e iluminar que solo arder o solo iluminar.  Estos días leía y me sorprendía un artículo sobre la preocupación que está provocando la situación de depresión de los curas, cómo es posible con todo lo que hay por hacer que tengan tiempo de deprimirse, alguno sí, ¿pero la mayoría? como decía la información. Con la cantidad de gente necesitada que nos está llegando si nos dedicamos a atenderlos no hay espacio para deprimirse. 

P.- Respecto del sacerdocio de las mujeres mi postura es que solo el bautismo y una formación reglada debieran ser los únicos requisitos tanto para hombres como para mujeres y que el derecho de la opción al sacerdocio lo da la condición de bautizado no el género.

R.- Cuando me refiero a esto puntualizo que yo hoy no me ordenaría sacerdote con el modelo sacerdotal que tenemos. Dicho esto. Yo creo que el servicio a la comunidad lo puede ejercer una mujer. La presencia del “Espíritu” se produce cuando se reúne la comunidad. Creo que Francisco está haciendo un esfuerzo muy importante. Está dando voz a la mujer. Hay que aceptar que podemos aportar un nuevo modelo sacerdotal. 

P.- Si no te pregunto sobre lo que piensas sobre la ley de la amnistía alguno pensará que he perdido una oportunidad en esta entrevista. Pero me gustaría hacerte la pregunta de este modo. Para mi el gran fallo de la ley de amnistía es que ha sido puesta sobre la mesa por necesidad política, 7 votos, y no porque se crea sincera y honradamente que sea un acto de justicia y de propuesta real para la concordia. 

R.- Aquí estamos frente al tema de la frivolidad o el ego de un presidente que para permanecer en el poder y evitar “un mal mayor” que sería un gobierno de las derechas, lo que hace es vender su pellejo al mejor postor y se desdice de todo lo que había dicho hasta el momento. Yo creo que la amnistía es el precio de los votos, porque no es la convicción que tenía antes el presidente. Personalmente  ¿Qué pienso sobre la amnistía? Creo que estamos en un momento en el que lo que tenemos que hacer es, con la que está cayendo,  mirar para adelante, intentar trabajar desde la reconciliación, desde el perdón, desde el remar en la misma dirección y el dejar de sembrar tanto odio. Creo que desde muchos puntos de España no se tiene ni idea de lo que ha pasado en Cataluña pero lo que sí les toca las narices es que quienes ahora defienden la amnistía son los mismos que habían demonizado a los catalanes hace poco. Yo estaría de acuerdo con la amnistía, con el perdón y la reconciliación . No creo que nadie tenga que estar en prisión por sus ideas políticas. Argentina se independizó de España y no pasó nada, muchos países se han independizado y no ha pasado nada. Creo que el Reino de los Cielos se seguirá anunciando tanto si Cataluña se independiza como si no, y para eso está la política, que se vote y se dialogue. Porque lo que tenemos servido es el plato del fracaso de la política, que es poner el ego por encima del bien común. Y así nos vemos en la situación actual en las que las decisiones en España las toma Puigdemónt. Ni siquiera los independentistas que están divididos entre sí. Y mientras tanto el mundo está como está, el paro crece, el campo protesta, la educación ofrece unos informes demoledores, … 

P.- La última mirada la dirigimos a Ucrania, un país que está en tu corazón. El pueblo ucraniano está molesto con la Iglesia, con el Papa Francisco, pide una condena no de la guerra sino de Rusia … tú que estás últimamente tan cerca del pueblo ucraniano entiendes sus críticas, Les has respondido a las mismas, cómo?

R.- Esto lo he podido hablar tanto con ellos como con el Papa. Yo le dije que mi percepción es que el pueblo ucraniano le quiere, y él me contestó que estas críticas las están sembrando los curas. La gente lo quiere con locura, esperan con devoción los rosarios que les llevo bendecido por Francisco, en cada viaje llevo diez kilos de rosarios. Se está produciendo un fenómeno en la Iglesia ucraniana, cada vez quieren alejarse más de los vínculos con la iglesia rusa ortodoxa y acercarse a la iglesia romana. Ya han empezado a celebrar la Navidad en las misma fechas que nosotros, y esta Semana Santa también coincidirá el calendario litúrgico romano con el de ellos.