Los católicos no dejan de serlo cuando hacen política
Es el momento de recordar las palabras de Pio XI en la encíclica “Quas Primas” “Si ahora mandamos que Cristo Rey sea honrado por todos los católicos del mundo, con ello proveeremos también a las necesidades de los tiempos presentes, y pondremos un remedio eficacísimo a la peste que hoy infecciona a la humana sociedad. Juzgamos peste de nuestros tiempos al llamado laicismo con sus errores y abominables intentos… Estas palabras pronunciadas hace más de medio siglo están hoy en plena vigencia y responden perfectamente a las necesidades del momento. El laicismo no es cosa del pasado es uno de los problemas más graves con que nos enfrentamos los cristianos. Nuestro silencio, nuestra pasividad e inoperancia están envalentonando a políticos, escritores, periodistas anticristianos y en general a todos aquellos, que son muchos, que se oponen al Reinado de Cristo. ¿Si nosotros, que nos llamamos cristinos, callamos, quien va a hablar? Quizás hoy como nunca los cristianos debiéramos sentir la necesidad de unirnos para militar juntos bajo la bandera de Cristo Rey para hacer valer los derechos de Dios, que hoy en muchos pueblos y naciones se le están negando
Si algo debiéramos tener claro los cristianos, es que Él, Jesucristo es rey universal de todo y de todos: Su potestad se extiende a los reyes, a las naciones, a los pueblos, a los gobernantes a las constituciones que rigen los pueblos, a todo; aunque de esto hoy no se habla apenas ¿Por qué hemos de silenciarlo? ¿ Porqué no gritarlo en los foros , en los parlamento, en las calles y plazas? ¿ por qué hemos dejado de proclamarlo incluso en las iglesias? ¿Por qué? ¿ No será por cobardía? ¿ No será que nos hemos dejado influir de esa falsa prudencia expresada a través de lo políticamente correcto?
No sólo Pio XI También León XIII nos dejó bellas paginas en sus encíclicas dignas de ser recordadas, sobre todo en la Inmortale Dei, considerada como la Carta Magna del Estado Cristiano, donde después de haber establecido cuidadosamente la separación entre el poder civil y el eclesiástico con sus competencias propias para ser ejercidas de forma autónoma e independiente, el Papa postula la coordinación y colaboración de ambos como partes de un mismo todo querido por Dios en clara alusión a la Cristiandad. “«...Hubo un tiempo, se nos dice, en que la filosofía del Evangelio gobernaba los Estados. En aquella época la eficacia propia de la sabiduría cristiana y su virtud divina habían penetrado en las leyes, en las instituciones, en la moral de los pueblos, infiltrándose en todas las clases y relaciones de la sociedad. (Immortale Dei,
Son imprescindibles Documentos políticos como estos, teniendo en cuenta la desorientación e ignorancia reinante entre los católicos sobre estos asuntos. Hoy existen cuestiones políticas sin resolver o resueltas sólo a medias porque faltan criterios claros y unánimes. ¿ tienen claro los políticos católicos de donde proviene la legitimidad de toda autoridad? ¿ Son conscientes de que por encima de la mayoría parlamentaria está la Ley Natural que obliga tanto a creyentes como a no creyentes? ¿ Saben que la Ley Natural es expresión de la voluntad divina y que cuando se prescinde de ella ya sólo cabe el relativismo totalitario? ? ¿ Saben que toda actividad humana en la que está incluida la actividad política cae bajo el imperio divino? ¿ Saben los católicos que una Constitución atea lesiona los derechos de Dios
De la falta de formación político-religiosa se está derivando consecuencias funestas. Así podemos ver a hombres y mujeres católicos metidos a políticos que actuan sin principios, ni ideología alguna, movidos sólo por criterios prácticos de rentabilidad política, sometiéndolo todo a los resultados porque para ellos la política es sinónimo de eficacia nada más, entienden que una cosa es la vida privada de cada cual y otra la vida pública y la cuestión religiosa pertenece aquella esfera y no a ésta. Naturalmente mientras esto sea así, al cristianismo le van a quedar pocas opciones de cambiar la sociedad, de velar por la familia, de ennoblecer la política, de encauzar la educación; toda la ventaja va a ser para el laicismo beligerante que éste sí que tiene ideología y sabe lo que quiere