"Esta Comunidad Autónoma carece hasta de Patrona en el cielo…" Antonio Aradillas: "Extremadura, la primera; es decir, la última"
"Por fin Extremadura ocupa titulares informativos de primera página, el motivo: se presentó el 'señor don VIRUS' en el territorio extremeño, apto y acondicionado como el que más, por su pobreza y falta de medios"
"Esta Comunidad Autónoma carece hasta de Patrona en el cielo y todo es por 'la cosa'. Pero qué es eso de 'cosa'? ¿Se trata de dinero? ¿Y cuanto hay que 'pagar' por ello? ¿Y a quien, o a quiénes se ha de enviar?"
"¿O será identificable con la ineficacia de las gestiones de las autoridades extremeñas, tanto civiles como religiosas para resolver cuanto antes esta escandalosa anomalía?"
"¿O será identificable con la ineficacia de las gestiones de las autoridades extremeñas, tanto civiles como religiosas para resolver cuanto antes esta escandalosa anomalía?"
Por fin, la Comunidad Autónoma de Extremadura ocupa titulares informativos de primera página, dimensión y eco, en los medios de comunicación, tanto nacionales como internacionales. Hasta el presente, y como su nombre se pronunciaba casi vergonzantemente por estar a la cola de todos los índices del progreso que caracteriza a pueblos y ciudades, con caridad y penuria se pasaba de largo y, por ejemplo, dejaba de comentarse que en una de las dos provincias, en la de Badajoz, se ubica la zona -comarca más empobrecida de toda Europa con su centro semi-poblacional en Zahínos, junto a la “Raya” con Portugal.
Pero se presentó el “señor don VIRUS” en el territorio extremeño, apto y acondicionado como el que más, por su pobreza y falta de medios -hasta de tren- y la cifra de contagiados y muertos saltan cada día por esos mundos de Dios, derrochando desolaciones, lágrimas y desesperanzas. Y es que, en este caso, como en tantos otros, el olvido, precisamente el olvido, entintado a veces de resignación y más si esta es, y se apoda, “cristiana”, no es vacuna válida para encerrar al “bicho” en los corrales y cercados de la incultura de la que en esta Comunidad Autónoma sus índices de protestas ni divinas ni humanas tuvieron cabida…
“¿Pero las “divinas”…? Llámense, eclesiásticas, piadosas o religiosas,- en la teología y pedagogía populares- , las oraciones-protestas están terminantemente prohibidas, anatematizadas y aún condenadas con penas eternas, por desobediencia, no aceptación, y rebelión contra la Iglesia oficial, en sus estamentos jerárquicos vaticanistas más altos coloreados.
¿Alguna prueba de ello?. Característica del desolador olvido, desprecio, desestimación, desvalorización y “sin ser ni contar para nada”, es el comportamiento que mantiene la jerarquía eclesiástica, sin explicación alguna, de que la Virgen de Guadalupe, patrona religiosa y “civil” de Extremadura, no pertenezca a su territorio patrio, sino que la “administración” del título -monasterio y santuario,- Patrimonio de la Humanidad, por más señas- esté en manos -mitras y báculos,- de los señores arzobispos primados de España, con título y residencia en Toledo, a la vez y nada menos, que capital de la Comunidad Autónoma de Castilla- La Mancha, igualmente constitucional como lo es la mismísima Extremadura.
“Esta Comunidad Autónoma carece hasta de Patrona en el cielo…” Es hoy fórmula aterradora e irreligiosa, y también incivil, con la que expresa buena parte del “pueblo fiel” su desolación ante tamaño dislate, único en la epacta-calendario oficial de la devoción mariana en el orbe católico.
“Y mientras tanto, ¿qué?” ¿Qué la “cosa” depende de Roma? ¿Pero qué es eso de “cosa”? ¿Se trata de dinero? ¿Y cuanto hay que “pagar” por ello? ¿Y a quien, o a quienes se ha de enviar? ¿Acaso al arzobispo toledano? ¿Acaso a su Cabildo Catedralicio o a algún dicasterio romano? ¿Y la factura será con IVA o sin IVA?
¿Será identificable la “cosa” con la ineficacia de las gestiones de las autoridades extremeñas, tanto civiles como religiosas, de las cuales consta que con tanto y tan devoto y patriótico afán, “han revuelto Roma con Santiago” para resolver cuanto antes esta escandalosa anomalía? ¿Es hereje pensar, como hacen no pocos cristianos de toda la vida, que ante la Virgen de Guadalupe, los “coronavirus” habrán de perder la partida y Extremadura dejará de ser la “primera” en sus fúnebres amoríos?¿A quien o a quienes podríamos dirigirnos para que nos aclare estos misterios? Yo cursé hace unos días esta petición al Cardenal Omella, Presidente de la CEE. y sigo a la espera de sus explicaciones, contando ya de ante mano que las soluciones canónicas no dependen de él.
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