"Nos asaltan los piquetes de comentaristas del Opus" Antonio Aradillas: “Los arcabuceros de Dios y del Opus metidos a trolls"
"Posiblemente el del 'Opus Dei' –'Obra de Dios' por antonomasia- tendría también graves dificultades en el registro"
"Cuando a un servidor, y a otros, se nos ocurre informar o reflexionar sobre temas relacionados con el Opus Dei, salen al camino- escrito con letras minúsculas- y nos asaltan, piquetes de 'arcabuceros de Dios', propinando toda clase de insultos y amenazas"
"Al menos, infórmense bien por lo que respecta a mi “vida y milagros”. Yo no soy “ex”.Sigo siendo y ejerciendo de sacerdote"
"Lo de que soy viejo o anciano, es otro cantar, en una de cuyas estrofas principales destaca la de qué culpa tengo yo de seguir cumpliendo los años que Dios quiera…¿Me voy a eutanasiar?"
"Al menos, infórmense bien por lo que respecta a mi “vida y milagros”. Yo no soy “ex”.Sigo siendo y ejerciendo de sacerdote"
"Lo de que soy viejo o anciano, es otro cantar, en una de cuyas estrofas principales destaca la de qué culpa tengo yo de seguir cumpliendo los años que Dios quiera…¿Me voy a eutanasiar?"
Informado por los armamentistas, llego a la conclusión de que “arcabuz es un arma de fuego avancarga o -“cañón de gancho”- antecesor del mosquete- fusil, cuyo uso se extendió por los siglos XV-XVII, en manos de los soldados de infantería. Pese a su longitud, el disparo era de corto alcance –apenas de 50 metros-, pero muy efectivo, dado que podía perforar las armaduras de los enemigos. Los “Gloriosos Tercios Españoles de Flandes” fueron expertos en su utilización. Su origen parece datado en el año 1450, probablemente en Holanda, de donde procede esta palabra. “Arcabuceros” son los soldados armados con él, y “arcabuzazo” es su disparo.
Informado asimismo por expertos en cánones, llego a la conclusión de que, hoy por hoy, en la Curia Romana difícilmente se registraría alguna Congregación Religiosa con sobrenombres tales como “Legionarios –“millonarios”- de Dios”, “Guerrilleros de Cristo Rey”, “Cruzados /as de la Iglesia” y otros, con mención especial para los hipotéticos “Arcabuceros de Dios”, por su decidido y “santo” carácter beligerante.
Posiblemente que el del “Opus Dei” –“Obra de Dios” por antonomasia- tendría también graves dificultades en el registro a consecuencia de que todo lo que no perteneciera a la institución, movimiento religioso o lo que sea, lo patrocinaría el demonio, alguno de sus secuaces o quedaría huérfano a perpetuidad de recursos, ayudas y predicamentos espirituales.
Este introito litúrgico-armamentístico, viene a cuento al hecho que afecta directamente a una determinada mayoría de colaboradores de RD, por parte de algunos de los mal llamados “comentaristas” , casi todos ellos arropados por el anonimato. Me explicaré con detalles concretos:
Cuando a un servidor, y a otros, se nos ocurre informar o reflexionar sobre temas relacionados con el “Opus Dei”, salen al camino- escrito con letras minúsculas- y nos asaltan, piquetes de “arcabuceros de Dios”, propinando toda clase de insultos y amenazas, sin importarles las lindes impuestas por la libertad de expresión, y con absoluto desprecio para la educación cívica, buenos modales y, lo más denigrante, sin información de ninguna clase, pero eso sí, “en el nombre de Dios” y habiendo comulgado antes o después de haber ejercido como “arcabuceros- “cruzados”. Como a las palabras, al igual que a las armas, las carga el diablo, y como el fundamentalismo y los fundamentalistas de cualquier procedencia, son todos del mismo género y condición, no hay que descartar la posibilidad de que algunos o algunas decidan un día con alevosía, encender las mechas que exige el uso y manejo de cualquier tipo de arcabuz.
¡Señores y señoras, adscritas, comprometidas, indulgenciadas o subvencionadas de alguna manera por el Opus o sus aledaños¡ Al menos, infórmense bien por lo que respecta a mi “vida y milagros”. Yo no soy “ex”.Sigo siendo y ejerciendo de sacerdote. Algunos de ustedes “oyeron campanas, pero no saben donde”. Yo celebro la santa misa en la parroquia madrileña de Santa María de la Esperanza, por lo que, si siguen dudando, pregúntenle a su párroco y, de paso, háganle también, por curiosidad, la pregunta de si cobré -sí, también las misas se “venden”- en alguna ocasión, estipendio por su aplicación, por la celebración de cualquier sacramento o por dar conferencias. Desde que comencé a ejercer mi profesión como periodista en diversos medios de comunicación, jamás percibí sueldo eclesiástico, ni siquiera la llamada nómina “oficial” por parte del Estado.
Por tanto, ¡ahórrense ustedes lo de “buen sueldo” y, si lo tienen a bien, lo de “ricachón”¡. Sin estar informados, ni se pueden ni se deben escribir comentarios de ninguna clase, a no ser que los dicten la mala intención o el ya caducado e infecto producto lácteo que esta supure. Sin información, además de tonterías, se dicen barbaridades, con los riesgos correspondientes de tener que afrontar posibles citas judiciales, aunque estas vayan siendo ya frecuentes entre sus congéneres.
Lo de que soy viejo o anciano, es otro cantar, en una de cuyas estrofas principales destaca la de qué culpa tengo yo de seguir cumpliendo los años que Dios quiera…¿Me voy a “eutanasiar”?. ¿Se atreve usted a echarme una mano? ¿Acaso el dictamen de “viejo” lo confieren los DNI., y no la pureza de la sangre, la tranquilidad de conciencia y la satisfacción del deber cumplido? ¿Qué habrá hecho usted, o consentido hacer, con sus padres y abuelos? ¿Qué harán con usted ya, o el día de mañana?. ¿Es partidario y devoto de Hitler?¿Acaso en su Congregación religiosa no están censadas las personas mayores, no importando los medios para “descensarlas”, sin pecar y sin quebrantar las leyes vigentes, revisables como todo o como casi todo en la vida?
Tacharme de “vago”, con referencia a “vagancia”, es un chiste malo y de aplicación más que dudosa. Libros firmados por mí, y sin ayuda alguna de “negros bibliográficos”, son exactamente 92, con una paginación “per cápita” cercana a las 250. Lo de “clérigo vago” canónico, demanda urgente información por su parte. Estoy incardinado en una de las diócesis de Extremadura y su señor arzobispo me insiste una y otra vez en que, cuando lo necesite o yo quiera, allí me facilitará “casa y acogida”
No me incite a la hilaridad con el argumento de que “jamás tuve relación alguna con la pastoral”. En un pueblo de mineros al que me destinaron para “coadjutorear” al señor cura párroco, que había conseguido su cargo “en propiedad”, (¡¡) previa oposición canónica, se conservan casas ubicadas en las calles “Cerro del Hierro” y de “ Santa Ana”, por obra y gracia de una cooperativa de la que fui inspirador, con la colaboración y entrega eficaz de un puñado de feligreses y feligresas. En la capital de la provincia y con la participación de un grupo de profesionales y de toreros entre los que se hallaban Antonio Bienvenida, Antonio Ordóñez, Manolo Vázquez, Domingo Ortega, “El Estudiante”, el Conde de la Corte y el Marqués de Villagodio, fue posible la creación de otra cooperativa de viviendas, que precisamente en la actualidad lindan con el edificio de la sucursal del Banco de España en la capital pacense.
Lo de la maliciosa, sucia y soez, relación personal mía con las mujeres, merecería capítulo aparte. Respecto a la misma, podrá –deberá- informarse de que me cupo el honor de ser nombrado durante varios y heroicos años, “Consiliario Nacional de Mujeres de Acción Católicas” en los tiempos gloriosos coincidentes con los de Miguel Benzo, Mauro Rubio, Ramón Torrella, Tomás Malagón y su HOAC, Enrique Miret Magdalena. Elías Yáñez, Osés, Gabino Díaz Merchán y otros…, hasta la muerte-cesión y forzada dimisión pactada dentro del Nacional Catolicismo por don José Guerra Campos y don Casimiro Morcillo por un lado y, por otro, con el señor Carrero Blanco.
Durante mi “consiliariado” fue presidenta Pilar Bellosillo, la primera mujer convocada al concilio Vaticano II, en su calidad de Presidenta de la UMOFC, o “Unión Mundial de Organizaciones de Mujeres Católicas”, con residencia habitual en Bruselas. Para completar su información y contribuir a disiparle cualquier sospechosa insidia, propia de “arcabuceros” que hacen uso en vano del nombre de Dios, adjunto las firmas de don Vicente Enrique y Tarancón, -el del “paredón” de sus amores-, entonces obispo de Solsona, y la del Cardenal Plá y Deniel, “Primado de España” y arzobispo de Toledo.
Por su “originalidad” y para acrecentar su sapiencia, remítale, por favor, a su amigo Pedro, su colega y “arcabucero de Dios”, como usted, el significado y etimología de “birreta” y de “birria”. “Enseñar al que no sabe” es, y será siempre, una obra de misericordia. No ha sido otra mi intención, sin llegar a emular siquiera en los adjetivos, a los empleados por Jesús en los santos evangelios, tales como “hipócritas, fariseos, “sepulcros blanqueados”, desinformados y hasta “mal nacidos”.
Y, además de embestir y propinar sistemáticamente arcabuzazos, cabezazos y patadas, aporten alguna que otra idea. Les estaremos todos muy agradecidos. De todas maneras, y con ocasión de la celebración comercial del “Black Friday” –cien por cien de descuento-, “aprovechen y confiésense de todos los pecados”. Amén.