El prelado nació el 26 de diciembre de 1919 Centenario del obispo Cases, firme defensor del valenciano
El obispo Cases insistió mucho en la evangelización de los jóvenes y en la pastoral vocacional, y tuvo una especial solicitud por los pobres y por los enfermos
Sensible a la lengua de los valencianos, a diferencia de los otros obispos del País Valenciano que despreciaban (y aun lo siguen haciendo) la lengua de Ausiàs March y de Sant Vicent Ferrer, el obispo Josep Mª Cases animaba a los presbíteros a predicar en valenciano
Hoy conmemoramos el centenario del nacimiento del obispo Josep Mª Cases Deordal, nacido a Santa Eulàlia de Riuprimer el 26 de diciembre de 1919, aunque a los cuatro años, con su familia, se trasladó a Blanes.
Josep Mª Cases hizo los estudios eclesiásticos en los seminarios de Tortosa y de Girona y se licenció en Teología y en Historia de la Iglesia en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma. Ordenado presbítero en 1943, fue vicario de las parroquias de Salt y de la Bisbal y después, formador de los seminarios del Collell y de Girona y director espiritual de estos dos seminarios, director del Museo Diocesano de Girona y consiliario de la Juventud de Acción Católica.
En diciembre de 1971 el papa Pablo VI nombró a Josep Mª Cases nuevo obispo de Sogorb-Castelló, substituyendo en esta diócesis al obispo Josep Pont i Gol. Cases fue obispo de Sogorb-Castelló durante 24 años, de 1972 al 1996 cuando le fue aceptada la renuncia. En la Conferencia Episcopal Española, el obispo Cases fue miembro de la Comisión Mixta Obispos y Superiores Mayores y de las Comisiones episcopales del Clero y de Misiones y Cooperación entre las Iglesias.
El 1969 el obispo Cases fundó los Grupos de Oración y Amistad. Durante su pontificado se construyeron en la diócesis de Sogorb-Castelló, un gran número de parroquias en las ciudades que habían crecido mucho debido a la inmigración y también impulsó las obras para acabar la con-catedral de Santa María, en Castelló de la Plana. También creó la Escuela Diocesana de Teología para la formación de los laicos e introdujo en la diócesis el diaconado permanente. El obispo Cases insistió mucho en la evangelización de los jóvenes y en la pastoral vocacional, y tuvo una especial solicitud por los pobres y por los enfermos. Por eso, como me ha comentado mossèn Joan Güell, que fue su secretario, Josep Mª Cases, en Girona (y también en Castelló de la Plana) “muchos domingos por la tarde subía al Montjuïc de aquellos tiempos, donde había gente pobre quevivía en barracas”. Cases “visitaba, hablaba y ayudaba a aquella buena gente”. Además, en su solicitud por los enfermos, en Girona, cada viernes, Josep Mª Cases celebraba la Eucaristía en casa de una persona inválida.
Sensible a la lengua de los valencianos, a diferencia de los otros obispos del País Valenciano que despreciaban (y aun lo siguen haciendo) la lengua de Ausiàs March y de Sant Vicent Ferrer, el obispo Josep Mª Cases animaba a los presbíteros a predicar en valenciano. Y fue también el obispo Cases, sin el apoyo de los otros obispos valencianos (que se desentendieron de su propuesta) quien en 1996 autorizó la edición de la Biblia Valenciana, que es una adaptación a las variantes dialectales valencianas de la Biblia Catalana Interconfesional. Y es que el obispo Josep Mª se negó a apoyar, ante el Vaticano, las formas secesionistas que algunos querían imponer en la Iglesia Valenciana, por lo que respecta a la lengua del País Valenciano en la liturgia.
Cuando le fue aceptada la renuncia en 1996, el obispo Josep Mª Cases fue a vivir, con su secretario, mossèn Joan Güell, al monasterio de Santa Clara en Fortià. El obispo Cases murió el 21 de abril de 2002, domingo del Buen Pastor, y fue enterrado en Castelló de la Plana, en la con-catedral de Santa María.
El obispo Cases fue un pastor con olor a oveja, un hombre de oración, fiel a Dios y solícito por los que más sufren. El obispo Josep Mª fue “el siervo fiel y prudente” (Mt 24:45) que el Señor nos concedió a los cristianos valencianos, ya que sirvió con solicitud a la Iglesia diocesana de Sogorb-Castelló, y por eso fue un pastor servidor del Evangelio y testigo del Reino.