Después de las manifestaciones realizadas por un partido de extrema derecha en Madrid, en Murcia y  otras ciudades, me arranca del corazón una BREVE reflexión y una llamada de atención. 

No construyamos más fronteras. Las fronteras dividen. Yo no creo en las fronteras de los mapas. La peor frontera es la  polarización, el odio y la falta de respeto al diferente. No más insultos, ni a ciudadanos ni a políticos. Los insultos nos enfrentan unos a otros. Crean enemigos y rompen España. No utilicemos la bandera española para dividirnos y enfrentarnos. La bandera es de todos. Utilizarla partidistamente es profanarla y despreciar a los españoles, porque todos somos ciudadanos de este país más allá de nacionalidades o  corrientes ideológicas, religiosas o partidistas.

La unidad nace de un corazón sano. Los que tienen el corazón podrido rompen la unidad y rompen España. Debemos aprender a expresar nuestras opiniones con respeto a los que no piensan como nosotros.  A todos nos urge una profunda transformación de la conciencia para abrazar a quienes consideremos opositores y diferentes, porque todos somos hermanos, hijos del mismo Creador.