La noche de su vigesimoctavo día de hospitalización transcurrió para el papa Francisco "tranquila", según ha informado el Vaticano, una noche, por demás, muy especial, porque es la de la madrugada de su duodécimo aniversario como Pontífice, sin duda, el más especial de los que lleva como Sucesor de Pedro.
Por otro lado, la Santa Sede anunció que el secretario de Estado, Pietro Parolin, presidirá mañana, en la Capilla Paulina del Palacio Apostólico, una misa por el Papa Francisco, a la que acudirá el cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede.
La escueta comunicación vaticana viene a confirmar la situación "estacionaria" de las condiciones clínicas del Papa, "en la complejidad del cuadro general", como informó ayer tarde la Sala Stampa en una información más precisa.
Según la misma, la radiografía de tórax realizada la víspera "confirmó radiológicamente la mejoría registrada en los días anteriores". El Papa, indicaba esa comunicación, "continúa realizando oxigenoterapia de alto flujo durante el día y ventilación mecánica no invasiva durante el descanso nocturno".
Un mejoría que le permite seguir la tarde de ejercicios espirituales, en sesiones de mañana y tarde, que está realizando la Curia vaticana en el Aula Pablo VI, que alterna también con otros ejercicios, los de la fisioterapia respiratoria.
