Luchemos contra el cáncer, sí

(Contraelcancer.es)

He tenido oportunidad de conversar con tres personas afectadas de cáncer: un hombre y dos mujeres. Con cáncer de próstata el primero, Andrés, y de mama, Luci y Maite.  Coincidían los tres en haber plantado cara a la enfermedad con ánimo decidido. Y aseguraban también que lo peor hubiera sido esconder la cabeza bajo el ala, como el avestruz, para no enterarse de nada y seguir viviendo. La tentación es siempre real, y algunos sucumben bajo esta pasividad.

Recuerdo varias ideas muy interesantes de cada uno de ellos: Andrés me  decía: “Lo más importante cuando se detecta un cáncer es saber que puede curarse con ayuda de los médicos. Conviene no deprimirse y poner de su parte todo el empeño para seguir el consejo y las terapias de los de los profesionales. Yo diría que esto es imprescindible: mandar siempre a la mente ideas positivas. Estar informado en todo momento de cómo va el tratamiento y colaborar con el personal sanitario con gran ánimo. En España disponemos de una sanidad pública buena y de médicos muy bien preparados. Basta ponerte en sus manos confiado”.

Maite tiene cuarenta y cinco años; es una persona que sonríe siempre y nadie diría que se encuentra enferma. Afirmaba: “Sí es un trauma verse sin una mama, pero una vez que se asume la realidad puede una curarse. Cuando me diagnosticaron me entró como un temblor en el cuerpo, pero pronto reaccioné. Le pedía a Dios que al menos me diera diez años de vida para poder sacar adelante a mis hijos. Vencí con cierta facilidad el enfado que me invadía. Confié en Dios y en la ciencia médica. Ha pasado lo peor. Los ganglios afectados son cuatro o cinco, y espero no recaer. De todos los modos mi serenidad es grande y sé que Dios está muy cerca de mí”- Luci se desahogaba: “Por fortuna ahora tener cáncer no es sinónimo de muerte. Sé que a todos nos llegará la hora, pero no va a ser por esto. Los cambios físicos que me sobrevienen por la “quimio” no me afectan demasiado, lo voy superando con relativa facilidad. Ha pasado casi un año del susto, sé que he de revisarme durante mucho tiempo, pero lo he de ir superando. La idea religiosa me está ayudando mucho; estamos en las manos de Dios. Mi vida ha cambiado mucho y la manera de enfocarla también. Cosas que antes me parecían muy importantes, ahora las relativizo. Disfruto de una nueva oportunidad y esto para mí es muy importante”.

 Estas tres personas han ganado sin duda la batalla del cáncer. Luchar con esperanza es fundamental. Estos modelos de sobriedad y aliento en llevar la enfermedad a todos nos ayudan.

José María Lorenzo Amelibia

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