El coronavirus está desatando nuevas formas de esclavitud, afirma la CEE Los obispos denuncian "la pandemia" de la trata de personas, "que azota a toda la Humanidad"

No a la trata de personas
No a la trata de personas

Trata de personas "significa reclutar, trasladar, desplazar, ocultar o recibir personas, por medio de amenazas, uso de la fuerza u otras formas de coacción, secuestro, fraude, engaño, abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad"

Mujeres y niños, principal objetivo de este tráfico, así como sectores sociales que son 'invisibles'", como jornaleras, limpiadoras o familias empobrecidas

La trata de personas es una "pandemia que azota a toda la humanidad". Así de rotundo son los obispos españoles que, en su mensaje por la Jornada Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata (que se celebra el 8 de febrero), invitan a "poner rostro a esta realidad dramática para desenmascararla".

En su mensaje, que lleva por título 'Economía sin trata de Personas', el obispo de Vitoria y presidente de la subcomisión de Migraciones y Movilidad Humana de la Conferencia Episcopal Española, Juan Carlos Elizalde, lamenta cómo "así como estamos descubriendo nuevas pobrezas, así están surgiendo distintas modalidades de trata".

Esta jornada coincide con la festividad de Santa Josefina Bakhita, "símbolo de África, por su origen; del absurdo del racismo, por su negritud; de las mujeres maltratadas, por la violencia que padeció; de la fe de los pobres, pues su única posesión fue un crucifijo; y de la reconciliación que encarnó. Su vida es un signo de nuestros tiempos; posee el don de la universalidad", recuerda Elizalde.

Para los obispos españoles, la trata de personas "significa reclutar, trasladar, desplazar, ocultar o recibir personas, por medio de amenazas, uso de la fuerza u otras formas de coacción, secuestro, fraude, engaño, abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad, así como el acto de dar o recibir cualquier tipo de retribución o beneficios con el fin de conseguir el consentimiento de una persona que tenga dominio sobre otra, con el propósito de explotarla".

Una práctica que tiene a "las mujeres y los niños como el principal objetivo de este tráfico", sobre todo por "su marginación, por su falta de recursos materiales y porque pertenecen, en mayor número, a los sectores sociales que son 'invisibles'".

Del mismo modo, destaca el obispo de Vitoria, "son víctimas potenciales aquellas personas que proceden de familias empobrecidas y con pequeños ingresos en las zonas rurales y urbanas marginadas, especialmente las mujeres que se dedican a la agricultura a pequeña escala, la venta ambulante, las jornaleras, limpiadoras y otros trabajos y servicios no cualificados".

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