Más allá de la confrontación
Más importante que superar la pandemia es superar el paradigma de la confrontación, superar nuestra inercia combativa. El primero puede ser el reto de nuestra generación, el segundo es el reto de toda nuestra historia humana; es el gran Rubicón al que nos conducen todas nuestras existencias pasadas. Con el brotar de nuestra naturaleza generosa y compasiva para para con nuestros congéneres humanos, para con el resto de los Reinos, poco habremos de temer.
Es cierto que las autoridades están dando muchos palos de ciego, tan cierto como que lo están haciendo lo mejor que saben y pueden, tanto como que todo esto les ha caído muy grande y están limitados en conocimientos, recursos y conciencia. Lo estamos todos. Por mucho que yerren los mandatarios hemos de sacarlos de nuestra diana obsesiva, hemos de desistir en tumbarlos.
La nueva era representa por encima de todo la superación del modelo humano que ha regido hasta el presente de división y conflicto permanente de todo género. El Covid 19 no puede ser el enésimo motivo que nos lanza a pelearnos entre nosotros/as, ha de servir, tal como en gran medida ya lo está siendo, para reforzar el sentido de comunión humana y de responsabilidad planetaria.
Me lo he de recordar a mí mismo constantemente, porque yo soy el primero en caer en la eterna y engañosa película de buenos y malos… Claro que tenemos un "Plan B", claro que creemos en un nuevo mundo inspirado en superiores valores, basado en el respeto reverente a todo cuanto late, auspiciado por los principios superiores de compartir y cooperar…, pero el "Plan B" sólo avanzará con la fuerza de nuestra compasión y creatividad, buscando siempre la oportunidad de abrirse amablemente paso. Claro que tenemos "Plan B" al actual empeño de superación de la pandemia, con medio más naturales, con una cultura más preventiva, más basada en el fortalecimiento de las defensas y el sistema inmunológico, pero nuestro Plan no nos impida ver la buena voluntad que otros ponen en la aplicación del suyo.
El Alba, que inspira cada uno de nuestros días, emergerá sin necesidad de tumbar a nadie. El Alba surgirá por el apremio de lo nuevo, cuando al viejo mundo le restemos nuestra energía y al nuevo nuestro temores y miedos.