Una conmemoración más; otra fecha especial para llamar la atención a la conciencia humana; un sinnúmero de artículos que, en la mayoría de las veces quedan en mera retórica.
La realidad que se vive y se palpa en muchas comunidades, sobre la explotación y el trabajo infantil es dolorosa y vergonzosa. Hoy pido perdón por ser sorda al grito de los inocentes y me comprometo a seguir caminando con los más pobres y vulnerables de la sociedad.