#Adviento. 2024 Reconstrucción contínua esperanzadora

Reconstrucción contínua esperanzadora
Reconstrucción contínua esperanzadora

El don de la vida que da la Madre/Padre celestial es una dádiva que los creyentes necesitamos agradecer continuamente. Al hacerlo entonces podemos poner mayor atención a los lapsos en que la Liturgia eclesiástica divide el año, con el fin de reflexionar, concientizar y vivir con mayor interés nuestra cercanía con Dios y con los que nos rodean, es decir con la OTRA/OTRO y con los otros respectivamente.

El Ciclo o Año Litúrgico está dividido en cinco lapsos, el ADVIENTO es el primero. Significa venida o espera en el Señor. Este tiempo a su vez se divide en dos partes, a partir del 17 comienza la segunda parte que es para CONMEMORAR su primera venida, mientras que la primera parte que comprende hasta el  día 16, nos sirve para PREPARARNOS para su segunda venida de la cual nadie sabemos cuándo será.

En esta preparación necesitamos de manera personal, cada uno reconstruirnos, donde haciendo una reflexión profunda podamos como el hijo pródigo, sabernos inmerecedores del perdón de la Madre/Padre que es misericordia, pero confiados en su acogida continua.

No obstante en muchos ambientes donde el machismo impera, proviniendo tanto de los varones como de MUJERES, a éstas últimas se les sanciona de forma tan constante que la MUJER niña crece asumiendo que es incapaz, torpe, inadecuada desde las cosas cotidianas como limpiar una mesa o en darle gusto a cualquier varón de la familia como al servirle la comida o en lavarle la ropa, hasta las acciones mentales como las matemáticas y las ciencias donde se le hace sentir que es un logro inmenso si destaca en estas áreas, cuando es de lo más normal el que lo logre porque su cerebro tiene los elementos necesarios para hacerlo. Entonces cuando sobresale en cualquiera de las ciencias exactas que son ámbitos que dominan los varones por costumbre más no por mayor capacidad, pues se hace una algarabía como si fuera algo notable, siendo que lo es por tan solo existir al igual que cualquier otro ser humano, sea MUJER o varón.

Con esto quiero decir que los logros que una MUJER desde niña va obteniendo son igual de meritorios que los de cualquier varón, pues a cada uno se le han dado dones o regalos específicos que si son capaces de descubrir primero ayudados por sus padres y educadores y más tarde poniéndolos  en práctica por iniciativa propia, pues hacen de la existencia de cualquiera en las etapas de la vida algo importante que permite construirse armónicamente. Todo lo contrario pasa si primero no se descubren esos dones y ni se ponen en práctica, ocasionando que la MUJER se sienta torpe y vaya malgastando capacidades, que análogamente es como una casa que va perdiendo elementos propios hasta el grado en que emocionalmente está en ruinas, donde su valía está por las opiniones que se le den, si es que se le da alguna, hasta llegar a vivir sin un proyecto de RECONSTRUCCIÓN continuo y necesario que cualquier ser humano necesita.

Por eso el ADVIENTO es un tiempo de ESPERA, PREPARACIÓN Y CONMEMORACIÓN en el ejercicio de todos los dones recibidos en el Bautismo.

Es vital que la casa de la y del creyente, es decir  el  TEMPLO VIVO DE LA RUAH DIVINA esté en constante cuidado y reparación para estar PREPARADA EN EL ADVENIMIENTO DE LA SEGUNDA VENIDA DE JESÚS EL SALVADOR y mientras tanto esté lista para celebrar su nacimiento, es decir su primera venida con la dignidad con que fue creada, sabiéndose amada y reconocida por su Creador y viviendo acorde a ello.

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