Aprendamos a abrirnos a la luz de la esperanza

Aprendamos a abrirnos a la luz de la esperanza
Aprendamos a abrirnos a la luz de la esperanza

Hoy pensaba en esa palabra: ESPERANZA. Y lo hacia porque en estos momentos en los que nos encontramos, mantenerla en casi misión imposible. Pero quizá por eso, ahora mas que nunca, es el momento de no dejarla de lado. Esperanza es esperar, pero ¿qué esperar, cuando el mundo parece que ya no es mundo? Este es el momento de la historia en el que nos ha tocado vivir, ninguno ha sido maravilloso, pero éste es el nuestro. Sé que pensar en el futuro tal y como está todo, es como una losa que nos colocan encima y que no nos deja a penas respirar, sin embargo, creo que esto no nos puede arrastrar a la desolación o al agobio. No olvidemos que estamos en Pascua, y este tiempo no es solo una palabra más. Significa que la luz es más fuerte que la tiniebla y que la esperanza tiene que ser capaz de vencer al miedo. Por eso es importante que por lo menos, intentemos abrirnos a la vida, con lo que cada día nos ofrezca.

Pienso en una frase muy repetida en el Evangelio: “No tengáis miedo”. También es verdad que el miedo es un sentimiento humano y que la mayoría de las veces es muy difícil luchar contra él, pero contamos con un arma que es la esperanza, la confianza. Si lo sabemos, ¡busquémoslas, agarrémonos a ellas!

Puede que sea un desafío que tenemos por delante, pero si somos capaces de renacer, de salir de dentro de nosotros mismos, habremos conseguido esa luz y esa esperanza que nos ayudará a salir adelante… ¡Intentémoslo!, creo que merece la pena…

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