Cuántas veces repetimos la palabra “PAZ”!. Se la deseamos a los demás, nos la damos entre nosotros, pero no sé si este mundo, tal cual está montado, de verdad se esfuerza por conseguir la verdadera paz o se priorizan otras cosas como el dinero, la venta de armas y tantas otras, mientras las mismas personas que piden la paz, “por debajo” están alimentando las guerras e intereses.
Es algo tan ansiado, especialmente en estos momentos que vivimos, que todos tenemos que empeñarnos y poner de nuestra parte nuestro pequeño granito para poderlo conseguir. Necesitamos, ansiamos, buscamos la paz interior, la paz en las familias, en el trabajo, en la vida política, entre los países… pero ¡demasiados focos de conflictos en estos momentos!
Si esto no es posible, es porque no respetamos a los demás, imponemos nuestras ideas o formas de pensar, nos falta el sentido de la equidad o solidaridad. Existe un gran cinismo derivado de la indiferencia, del egoísmo o la falta de amor.
Recordemos que la paz no es algo que se dé por sí mismo, sino que es el resultado de las diferentes realidades que nos rodean. Si no hay justicia, nunca habrá paz.
Vivimos en una sociedad consumista, competitiva, totalmente egoísta e indiferente y así jamás podremos conseguirlo. En nuestras manos está crear otro tipo de sociedad basada en la justicia en todos los sentidos.
Si fuésemos capaces de conseguir esto, conseguiríamos de verdad eso que tanto ansiamos: PAZ.