Vivir contracorriente

Parece que eso es lo que nos toca hoy, porque el mundo se ha vuelto al revés. Estamos en un momento en el que nos toca atravesar incertidumbres, arriesgar y confiar en un camino donde la fe parece estar muy cuestionada.
Es más convencional ser indiferente o criticar hablando desde tópicos que todos ya conocemos de sobra. Sin embargo, cuando uno arriesga, cuando está convencido de lo que cree y siente, creo que merece la pena vivir contracorriente. Cuando eres capaz de tener la mirada puesta en el otro antes que en ti, cuando eres capaz de tender una mano, de escuchar, de acompañar, de guardar silencio en determinados momentos, de conseguir que la cotidianidad no se convierta en rutina, entonces habrás, habremos empezado a vivir de manera diferente, a poner tu mirada en el corazón y en lo concreto. Puede que sea difícil o complicado, ciertamente que lo es, pero si llegamos a conseguirlo, habremos conseguido vivir desde el Evangelio.
Seguro que todos conocemos a personas que viven así y que son como nosotros, pero hay algo en ellos que nos llama la atención, que te hace retener la mirada, que te cuestionan, porque saben vivir “contracorriente”. Intentémoslo….
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