¿Por qué nos cuesta tanto ser honestos?

¿Por qué nos cuesta tanto ser honestos?
¿Por qué nos cuesta tanto ser honestos?

Estos días estoy dándole vueltas a una palabra: Honestidad. Un valor difícil de encontrar hoy día. Por supuesto que hay personas, y que todos conocemos, si nos ponemos a pensar, que la honestidad, la verdad, es la bandera de su vida, está por encima de todo, pero también nos hemos encontrado a lo largo de nuestro caminar, otras sin escrúpulos, dispuestos a llevar siempre la razón. Personas con dos caras o doble personalidad, dependiendo de quién se tenga delante, así actúan, porque no saben ser de otra manera. No son conscientes de que hay comportamientos y actitudes en la vida en las que no hay segundas oportunidades y que pueden tener consecuencias más o menos graves.

Recuerdo la época de nuestros abuelos, cuando la palabra honestidad lo decía todo. Se firmaban las cosas con un apretón de manos, porque la palabra del otro lo era todo, pero hoy día, parece que todo eso se ha perdido. Engañamos, mentimos, y seguimos como si no hubiera pasado nada, pero la falta de honestidad, con el tiempo, lo que produce es rechazo hacia la persona que actúa así.

Ojalá que nunca tengan que hablar de nosotros en ese sentido. Podremos engañar, ser mala persona, decir y actuar de manera diferente, pero nuestra conciencia es la única que nos va a juzgar y a la que no podremos engañar.

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