365 días...

Apenas acabamos de comenzar un nuevo año y quizá sea ahora el momento de pararnos para echar la mirada un poco hacia atrás. Aprender de lo pasado a la vez que proyectamos, planificamos y por qué no: ¡soñamos y construimos!
A lo largo del año nos habremos encontrado con todo tipo de personas. Aquellas que viven creyendo tener el poder en sus manos, señal de la poca confianza en sí mismos, de la baja autoestima y la necesidad de sentirse alguien, intentando dominar a los demás. Por otra parte están aquellos que se olvidan de sí mismos trabajando por hacer presente el Reino de Dios en este mundo en ocasiones tan inconcebible. Pero de todos y de todo hemos de aprender, saber coger lo mejor de cada persona intentando que la vida no pase por nosotros sin dejar huella. Aprendiendo de los aciertos y también de los errores, de lo que me ha ayudado a crecer y de lo que me ha impedido avanzar, sabiendo a la vez agradecer y pedir perdón.
Contamos con un año por delante con un montón de posibilidades y metas que alcanzar. Es el momento de saber coger las riendas de nuestro tiempo, seguir abriendo puertas a la vida, construir puentes para poder unir aquello que está roto, palabras que lleguen a quienes no las reciben habitualmente, construir caminos de tolerancia y justicia.
Puede que sea el momento de poner manos a la obra ¡intentémoslo!
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