Embajador del Vaticano en algún país asiático o de Iberoamérica. Ése podría ser el destino del secretario personal de Benedicto XVI, Georg Gänswein, según un rumor que circula con fuerza en entornos vaticanos. Mientras tanto, el albacea de Ratzinger ha confesado que el Papa emérito dejó su "herencia material" a cinco primos, a los que ha tenido que escribir para que contesten si aceptan o no dicha herencia.
Eso sí: ninguno de ellos tendría que responder a las acusaciones de encubrimiento durante su época como arzobispo de Múnich, aunque llegado el caso sí podrían ser considerados responsables económicos.
Se trata, tal y como él mismo explicó este domingo, de "lo que todavía pueda haber en la cuenta", pues la herencia no incluye las posibles ventas de las memorias u obras literarias de Ratzinger, ni sus objetos personales, que se reparten entre el propio Gánswein, las Memores Domini y el Vaticano.
El secretario de Benedicto XVI visitó este domingo la parroquia de Santa María Consolatrice, donde entregó la sotana del difunto Papa. Siendo cardenal, ésta era la parroquia asignada en Roma, y el emérito habría decidido en su testamento entregar una de sus vestimentas eclesiales al templo romano.
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