Mano derecha de Santa Teresa, llevó el Carmelo a Francia y Países Bajos Francisco beatifica en Bruselas a la española Ana de Jesús, “la Capitana de las prioras”
Día grande este 29 de septiembre para las carmelitas descalzas, que verán beatificada por el papa Francisco, en Bruselas, a la castellana de Medina del Campo, y mano derecha de santa Teresa de Jesús, M. Ana de Jesús (Lobera)
“La Capitana de las prioras” (1545-1621) fue una de las piezas fundamentales en la empresa teresiana, encargada de llevar, tras la muerte de la fundadora, la reforma más allá de las fronteras de España, donde encontraría la muerte tras abrir caminos -y conventos- por Francia y los Países Bajos
Día grande este 29 de septiembre para las carmelitas descalzas, que verán beatificada por el papa Francisco, en Bruselas, a la castellana de Medina del Campo, y mano derecha de santa Teresa de Jesús, M. Ana de Jesús (Lobera), “la Capitana de las prioras” (1545-1621) y una de las piezas fundamentales en la empresa teresiana, encargada de llevar, tras la muerte de la fundadora, la reforma más allá de las fronteras de España, donde encontraría la muerte tras abrir caminos -y conventos- por Francia y los Países Bajos.
Boletín gratuito de Religión Digital
QUIERO SUSCRIBIRME
Fiel discípula y colaboradora de Teresa de Ávila, esta carmelita descalza, destinataria del comentario del Cántico Espiritual de S. Juan de la Cruz, fundó, junto con otras hermanas, el Carmelo en Francia y en Bélgica, donde falleció en 1621, iniciándose al poco de su fallecimiento su proceso de beatificación, aunque hubo de esperar hasta el siglo XXI para que el papa Francisco promulgara el Decreto de Virtudes Heroicas, que tuvo lugar el 28 de noviembre de 2019. Cuatro años más tarde, el 14 de diciembre de 2023, se aprobó el milagro necesario para su beatificación, que ahora se celebra en la archidiócesis de Malinas-Bruselas.
Los historiadores consideran a M. Ana de Jesús "una de las piezas fundamentales de la empresa teresiana", primero durante 37 años junto a la fundadora; 39 años más después, que "vienen a ser uno de los puentes más importantes de transmisión del carisma cara a la historia".
"El primer tramo se caracteriza por haber compartido muy de cerca con la madre Fundadora, en sus doce años últimos, los momentos más decisivos en fijar el espíritu y la personalidad de la Orden; en el segundo llevó a cabo valientes decisiones y abrió caminos de floreciente expansión de la Reforma vía Francia – Países Bajos", tal y como dejó publicado uno de los mayores especialistas en la Orden, Licinio Ruano.
Recuerda este carmelita descalzo, ya fallecido, que "la propia Santa ponderaba la recia estampa, la prudencia y los aciertos de la Lobera al frente de sus comunidades, diciendo que «estaba hecha para gobernar un imperio»", y que, citando a fray Ángel Manrique, biógrafo de la próxima beata, "en su animazo no había cosa imposible".
"Caudillo de todas las monjas"
Fray Ángel la llama también "caudillo de todas las monjas", aludiendo "quizá al título de «capitana de todas las prioras», con el que el provincial calzado de Castilla la halagaba, tratando de ganársela para que entrase en su juego de reabsorber a los descalzos. Tal era la influencia y la figura clave de la madre Ana en 1580, en vida de la Santa".
M. Ana de Jesús llevó la reforma por Francia (1603) y Flandes (1607), y aunque no escribió libros ni tratados "es buena representante de la oración en la acción o de ese activismo creador desde la caridad, que nunca ahoga a la vida interior".
Tuvo gran influjo en "las casas reales de Madrid y de París; la emperatriz María; los Archiduques Gobernadores en los Países Bajos; ilustres profesores de Salamanca, incontables señores de la nobleza y del pueblo", escribe Ruano, editor él mismo de las obras completas de san Juan de la Cruz, quien también apunta que "muchas vocaciones, se sintieron imantadas y más cerca de Dios, gracias a la atracción de esta mujer, a la que la Orden del Carmen tanto le debe".